Más de 400 delegados de 49 países y 95 organizaciones, movimientos y partidos de todos los continentes diferentes viajaron a París del 3 al 5 de noviembre para asistir a la primera Conferencia Mundial de la Juventud.
Los temas de debate fueron los diferentes aspectos de la crisis globalizada, así como las posibles soluciones que pueden ofrecer los movimientos juveniles radicales. Los y las delegadas debatieron específicamente su lugar en estas luchas como jóvenes y, por tanto, como creadores del futuro del mundo.
La conferencia giró en torno a tres principios básicos: los de la autonomía de los jóvenes, la liberación de la mujer y el cambio de sistema. Como afirmaron muchos y muchas oradoras, las jóvenes de nuestro tiempo nacen en un periodo de caos, con el clima y el orden mundial en declive. El “fin de la historia”, proclamado a la caída de la Unión Soviética (URSS), ha dado paso a un sistema mundial capitalista de contradicciones cada vez mayores. “El reto al que nos enfrentamos es abordar estos problemas y construir un futuro en el que todos seamos libres. Esto tiene lugar en un contexto de escalada de guerras, aumento de las tensiones entre los actores imperialistas, conflictos por los recursos y destrucción del medio ambiente, auge del fascismo y de las políticas nacionalistas; en resumen, una Tercera Guerra Mundial”, coincidieron.
Esta conferencia fue especialmente oportuna en su afirmación de la necesidad del internacionalismo, ya que en las últimas semanas hemos visto la adopción popular de la lucha internacional con el apoyo mundial espontáneo a los pueblos de Palestina y Kurdistán.
Las luchas de las mujeres de todo el mundo son fundamentales en este empeño, tal y como afirman los principios: todo el sistema en el que vivimos está construido sobre los cimientos de la dominación masculina… ¿Cómo podemos luchar contra el patriarcado e iniciar una nueva era? Para responder a la pregunta de cómo iniciar una nueva era bajo el liderazgo de una juventud radical y políticamente consciente, se reunieron en París delegados y activistas de movimientos sociales de muchas partes del mundo.
Los debates se centraron en las prácticas de resistencia históricas y actuales, en un intento de abordar la cuestión de cómo se puede coordinar una estrategia de liberación global, pero también adaptarla a las condiciones locales. Los delegados intercambiaron historias de sus luchas particulares en todo el mundo.
Un delegado del pueblo mapuche, que lucha por los derechos a su tierra natal tradicional, destacó la necesidad de conectar estas cuestiones: “El capitalismo nos oprime globalmente. Un enorme potencial de los vínculos internacionales es concienciar sobre la lucha de un determinado territorio, que podría ser totalmente eliminado si estuviera aislado”.
En el panel titulado “Entender el mundo de hoy”, Rachelle, Secretaria General de Anakabayan, una organización juvenil de Filipinas, destacó: “Tenemos que hacer avanzar la lucha popular y llegar a todos los sectores de la sociedad, para crear un nuevo orden mundial”.
La conferencia no sólo consistió en talleres y paneles en los que se debatió la estrategia revolucionaria, sino también en un intercambio de solidaridad comunitaria y cultural. Los delegados comieron juntos y bailaron por las noches al ritmo de música tradicional de Brasil y Kurdistán. También compartieron literatura y arte de todo el mundo, ya que partes del espacio de la conferencia se transformaron en galerías y bibliotecas para la contemplación y educación de los asistentes. De este modo, los y las asistentes se unieron no sólo en la lucha, sino también en la alegría y el aprecio mutuo por las culturas y formas de vida de los demás, luchando por un internacionalismo verdaderamente holístico.
Ignacio, de la organización chilena Liberación, dijo: “Me da esperanza ver que personas de América Latina, Asia, África y Europa se reúnen aquí, dándose cuenta de que, a pesar de sus diferencias, hay muchas cosas que les conectan”.
En el discurso de clausura, Florian André señaló que esta conferencia nació de las ideas de Abdullah Öcalan, quien propuso un paradigma de Confederalismo Democrático bajo el liderazgo de la juventud.
Por lo tanto, se declaró que su libertad física del confinamiento en prisión aislada debería ser importante para todos aquellos que luchan por un futuro más democrático. Y también, Lewis Maghanga, de Kenia, el país donde Öcalan fue secuestrado en una conspiración internacional en 1999, tomó el micrófono y manifestó: “Nuestra lucha continua pasa necesariamente por la exigencia de la libertad de Öcalan”, a lo que siguieron los cánticos de “libre libre Öcalan” de todos los y las participantes a su alrededor.
Para concluir la conferencia el último día, todos los y las delegadas se reunieron para la declaración final, de la cual reproducimos un fragmento:
Es necesaria la unidad de todas las fuerzas democrático-revolucionarias y antisistémicas del mundo. Como “Juventud Escribiendo la Historia” trabajamos (…) sobre la base de principios y objetivos comunes y de nuestra decidida oposición al capitalismo, dejando espacio para las diferencias, las contradicciones y la diversidad en la teoría y en la práctica.
Luchamos contra todas las formas de dominación, explotación, el capitalismo y su ideología, el liberalismo, que divide a la sociedad bajo la bandera de la falsa libertad y promueve el individualismo, el patriarcado y la destrucción de la naturaleza. Estamos unidos en nuestra lucha contra todas las formas de ocupación y colonialismo y reconocemos el derecho a la legítima defensa en toda sociedad.
Consideramos que uno de los deberes internacionalistas más urgentes de los jóvenes en su lucha es, en primer lugar, luchar resueltamente contra las políticas imperialistas que se extienden desde nuestras respectivas patrias.
Consideramos a la juventud como la parte más dinámica de cualquier sociedad y el motor de cualquier cambio. Consideramos la organización autónoma de la juventud, basada en su propia fuerza y voluntad independiente, como una garantía del papel pionero de la juventud y la clave para la renovación constante de nuestras luchas y organizaciones.
Los gobernantes están coordinados en todo el mundo, por lo que contamos con la cohesión global y la solidaridad internacional (…) Juntos trabajaremos por la libertad de todos los presos revolucionarios (…) Declaramos nuestro apoyo a las reivindicaciones de la campaña “Libertad para Abdullah Öcalan – ¡Una solución política para la cuestión kurda!”.FUENTE: ANF / Edición: Kurdistán América Latina
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