La comunidad aleví: doble víctima en el desastre del terremoto

Turkish citizens check the historic Habib Najjar mosque which destroyed during the devastated earthquake, in the old city of Antakya, Turkey, Saturday, Feb. 11, 2023. Antakya, known as Antioch in ancient times, has been destroyed many times by earthquakes. It was destroyed yet again by an earthquake earlier this month, and residents are wondering if its ancient glories will ever come back. (AP Photo/Hussein Malla)

Esta semana (por la anterior) me llamó la atención lo que parecían ser pequeñas noticias. Era un artículo compartido por la agencia de noticias Pirha, que sirve a la comunidad aleví en Turquía, sobre libros infantiles islámicos que se habían distribuido en un campamento para sobrevivientes alevíes del terremoto que se habían quedado sin hogar. Me hizo darme cuenta, una vez más, de que en tiempos de extrema tragedia, el periodismo lento es muy necesario para comprender realmente todas las dinámicas.

Las noticias han sido abrumadoras desde que ocurrieron los terremotos hace más de dos semanas, con más de 42.000 personas que han muerto solo en Turquía, un número que seguirá aumentando en las próximas semanas. Es horrible, es paralizante, con los medios, por supuesto, enviando una corriente de noticias y análisis sobre personas comunes cuyas vidas han sido destruidas, sobre supervivencias milagrosas de humanos y animales, sobre expertos que analizan el fraude y la corrupción en la construcción para explicar el alto número de muertos, sobre las innumerables réplicas que exacerban los traumas de las víctimas.

Libertad

Es lógico que el periodismo de noticias rápidas e intensas se acelere en estos tiempos. Pero cuando las noticias son tan grandes y devastadoras, el riesgo es que las noticias “pequeñas” que no parecen tan impactantes queden ocultas.

La comunidad aleví es enorme y tiene creyentes de diferentes etnias, pero nunca se han respetado sus derechos. Hay, por ejemplo, una batalla judicial de décadas sobre el estatus de los cemevis, los lugares de culto de los alevíes, a los que se aplican reglas diferentes a las de las mezquitas. Además, la demanda de la comunidad de que sus hijos estén exentos de clases obligatorias sobre el islam sunita, respaldada por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, ha permanecido sin respuesta durante décadas.

Para los extraños, puede parecer un error torpe e involuntario que se haya distribuido un libro islámico para niños en un campamento aleví. Incluso, pueden considerar una exageración que la comunidad se preocupe por tal cosa en tiempos de gran crisis. Pero cuando conoces los antecedentes, sabes que esto no es un error torpe. La entrada al campamento no deja lugar a malas interpretaciones sobre la religión de la gente del lugar, como es bien conocida la Asociación Cultural Alevi Pir Sultan Abdal. En las escuelas de Turquía, los niños alevíes no pueden escapar de las clases islámicas, ¿y ahora tampoco pueden escapar de los libros islámicos en sus propias comunidades? “Un esfuerzo misionero para asimilar a nuestros niños”, lo denominó una persona en el informe de Pirha.

Pueblos fantasmas

Es una noticia, pero es una expresión de un agravio de mucho tiempo. Así como es noticia ahora que las aldeas alevíes están casi desiertas después de los terremotos. La gente se fue a ciudades más grandes, más alejadas de las líneas de falla y es posible que nunca regrese. Para los de afuera, puede parecer el tipo de noticia que no es específica para las comunidades alevíes. Después de todo, otras aldeas afectadas por el terremoto también se han convertido en pueblos fantasmas, donde solo quedan personas que no tienen ningún otro lugar a donde ir y tratan de sobrevivir de alguna manera en tiendas de campaña, constantemente en alerta por otro temblor.

Pero los pueblos alevíes tienen una historia diferente que contar. Me viene a la mente un incidente de hace un par de años. Los refugiados sirios llegaban a Turquía y el Estado estableció un campamento para 27.000 de ellos en Kahramanmaraş, en un área con aldeas alevíes con una población total de 6.000 personas. También se estableció una nueva zona industrial, lo que intensificó el temor de los aldeanos de que cambiaría la demografía de sus tierras ancestrales. Sus temores tenían sus raíces en la historia: en la década de 1970, los alevíes se vieron obligados a emigrar de Kahramanmaraş debido a la violencia a gran escala contra ellos contra la cual el Estado no tomó ninguna medida.

Las insuficientes operaciones de búsqueda y rescate después del terremoto y la falta de ayuda adecuada también se sintieron más en las aldeas alevíes. ¿El Estado pretendía que estos ciudadanos perdieran la última pizca de confianza que pudieran haber tenido en el Estado, obligándolos no solo a abandonar los pueblos donde habían vivido durante generaciones sino también a nunca regresar?

Tumbas

La comunidad aleví, en sí misma, no necesita mucha explicación para comprender completamente la importancia de las noticias sobre los libros infantiles islámicos. Para ellos, el artículo de Pirha es suficiente. Para otras comunidades dentro de Turquía y para el público en el extranjero, estas historias deben explicarse adecuadamente y colocarse en una perspectiva histórica, social, cultural y religiosa más amplia. Ahí es donde entra en juego el periodismo lento. Tomar semanas, meses, tal vez un año para hacer un seguimiento de lo que sucede con la población de un pueblo. Sigue a los que se quedan, sigue a los que se van. Visita las tumbas, mira a los jóvenes que crecen. ¿Cómo evolucionan sus vidas? ¿Qué tan bien son capaces (y capacitados) para preservar su religión y cultura?

Cuanto más grande es el desastre, más urgente es la necesidad, además de todas las noticias rápidas cruciales, de reducir la velocidad periodística para captar el mayor impacto en las comunidades marginadas. Y eso, nuevamente, te muestra los verdaderos colores de un país.

A continuación publicamos el artículo de la agencia Pirha:

Los miembros de una fundación islámica fueron a PSAKD Zülfikar Yılmaz Tent City, en Adıyaman, y distribuyeron el folleto de Said-i Nursi titulado “Acerca del terremoto” a las víctimas del seísmo. En reacción a la situación, el secretario de la Asociación Cultural Yalıncak Sultan Alevi, Sevim Yalıncakoğlu, dijo: “Este folleto tiene como objetivo la asimilación. Están haciendo trabajo misionero con los niños alevíes. No les daremos la oportunidad”.

Sevim Yalıncakoğlu, secretario de la Asociación Cultural Alevi Yalıncak Sultan, que se encuentra en la ciudad de tiendas de campaña, reaccionó ante este hecho. Afirmando que el folleto distribuido tenía fines de asimilación, Yalıncakoğlu declaró: “Esta es una ciudad de tiendas de campaña creada por la Asociación Cultural Pir Sultan Abdal (PSAKD) en el distrito de Adıyaman Cumhuriyet. Las organizaciones de ayuda vienen y dejan su ayuda aquí. Acaba de llegar un grupo político islamista llamado Fundación Şüheda. Parecían tener buenas intenciones y repartieron juguetes a los niños. Pero les dieron un folleto también. Este folleto está orientado a la asimilación. Si tu corazón es verdaderamente puro, si distribuyes lo que la gente necesita aquí, tienes nuestro respeto, pero se está haciendo un trabajo misionero hacia los niños alevíes. Por eso también estamos aquí, y no les daremos la oportunidad. No permitiremos que asimilen a nuestros hijos”.

A esto, agregó: “Esta es una ciudad de tiendas de campaña creada por una institución aleví. Les preguntaron a las personas que recibieron provisiones aquí: ‘¿Quiénes son ustedes? ¿Cuál es su credo, su etnia?’. Nosotros no preguntamos. Tampoco hacemos propaganda del alevismo. Porque esta es un área completamente humanitaria. Esta es una zona de personas que han sufrido un desastre, se han empobrecido y lo han perdido todo. No podemos dejar que conviertan este lugar en una oportunidad. Aquí solo se necesita actividad humanitaria. Sabemos que en estas situaciones siempre se dice: ‘No hay que hacer política’. Sin embargo, tratan de hacer política, pero no les dejaremos”.

FUENTE: Fréderike Geerdink / Medya News / Traducido y editado por Rojava Azadi Madrid

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