“Las personas se educan entre sí. Cuando se reúnen diez personas y se le pide una solución a un problema o se le propones una pregunta, colectivamente buscan una respuesta. Creo que de esta manera encontrarán la correcta. Esta discusión colectiva los politizará” (Salih Muslim, copresidente de PYD, noviembre de 2014)
Como nos explicó Alvar Xelîl, miembro del consejo del TEV-DEM, el proyecto político de Rojava (norte de Siria) no es “solo cambiar el régimen sino crear una mentalidad para llevar la revolución a la sociedad”. Dorşîn Akîf, un maestro de la academia, agrega: “La percepción tiene que cambiarse, porque la mentalidad es muy importante para nuestra revolución ahora. La educación es crucial para nosotros”.
El primer problema que la revolución tuvo que enfrentar fue el lenguaje de la educación. Durante cuatro décadas bajo el régimen de Assad, los niños kurdos tuvieron que aprender árabe y estudiar en árabe. El idioma kurdo fue prohibido de la vida pública; enseñar era ilegal y podía castigarse con prisión e incluso tortura.
Tras la revolución de Rojava, se intensificaron los esfuerzos por los idiomas, las culturas y las historias de los pueblos en el norte de Siria, donde se estableció un sistema educativo basado en la vida común de los pueblos, multilingüe y multicultural, en lugar del idioma único basado en el Estado-nación, y un sistema de cultura y raza únicas.
Los niños árabes, kurdos y de otras nacionalidades del norte de Siria reciben educación en sus propios idiomas durante los grados 1° a 3°. En los grados 4° a 6°, aprenden los idiomas de otras personas con las que viven juntos.
Uno de los desafíos que enfrenta la academia es que las personas en el noreste de Siria piensen que tienen que ir al extranjero para obtener una buena educación. “Queremos cambiar eso -dijo un instructor en la Academia Mesopotámica en Qamishlo, descartando esta noción inculcada por las fuerzas hegemónicas-. No queremos que la gente se sienta inferior acerca de dónde viven. En el Medio Oriente hay una gran cantidad de conocimiento y sabiduría, y estamos tratando de descubrirlo. Muchas cosas que pasaron en la historia pasaron aquí”.
Los Comités de Educación del norte de Siria también están implementando el mismo sistema en las escuelas secundarias y universidades. En muchos centros de la ciudad, los niños árabes, kurdos y siríacos están aprendiendo el idioma y la cultura de los demás.
La forma en que las personas interpretan la historia afecta la manera en que actúan, dijo uno de los miembros de la academia a The Region, por lo que “hablamos de la organización social pre-sumeria. También vemos cómo el Estado surgió históricamente y cómo se ha construido su concepto. Pero el poder y el Estado no son lo mismo. El poder está en todas partes, pero el Estado no está en todas partes. El poder puede operar de diferentes maneras”.
El poder, por ejemplo, está presente en la democracia de base, que no tiene nada que ver con el Estado. La Jineolojî (Ciencia de la Mujeres) considera que las mujeres son la quintaesencia de la democracia. “Vemos los mecanismos políticos: los parlamentos de mujeres, las comunas de mujeres; y los parlamentos generales (mixtos), las comunas generales, los parlamentos vecinales. Aquí en Rojava siempre tenemos espacios mixtos y exclusivos para mujeres. En los mixtos, la representación de las mujeres es del 40 por ciento y además siempre hay una copresidencia para garantizar la igualdad”, definen desde Rojava.
El objetivo principal de la población del norte de Siria es permitir que el sistema escolar se transfiera a la sociedad. Por eso, fueron interferidas las clases de nacionalismo y de historia que daba el Estado. Sin embargo, es necesario hacer cambios radicales en otras clases. Se efectuaron algunos cambios basados en el género en los libros de preescolar y jardín de infantes. Pero esto no es suficiente. La mentalidad que se impone a los niños a través del viejo sistema educativo es lo que debe cambiar.
FUENTE: The Region / Traducción y edición: Kurdistán América Latina