“El enemigo puede haber destrozado Kurdistán, pero Kurdistán está como un todo en nuestras mentes y corazones”, afirma la joven guerrillera Nûda, que lucha en las filas de las Unidades de Defensa del Kurdistán Oriental (YRK), en las montañas de Rojhilat (Kurdistán iraní).
Nûda, de 22 años, es originaria del distrito İdil, en Şırnak, e hija de una familia patriótica de la tribu Kiçî. Nûda se ha criado con lealtad al país, la tierra y el pueblo.
El Estado que empezó a reconocer y la persecución de la que fue testigo, la hizo madurar prematuramente. Cuando era muy joven, decidió unirse a las filas de la guerrilla con su prima Yerîvan. Ingresaron en la insurgencia en 2013. Compartir la vida de guerrilleras durante y después del entrenamiento, unió a las primas todavía más.
Yerîvan cayó mártir tras un ataque aéreo llevado a cabo por el Estado turco en 2016. El martirio de su prima, amiga y compañera hizo que crecieran aún más sus sentimientos de venganza. “Cuando nos unimos, hicimos una promesa: no traicionaríamos este camino y no nos abandonaríamos, pasara lo que pasara. Su muerte incrementó aún más nuestra unidad y nuestro vínculo. Continuaré su lucha con mayor devoción. Nunca olvidaré la promesa que nos hicimos la una a la otra. Vivo con los recuerdos que ella me dejó. Continuaré mi lucha con todas mis fuerzas para cumplir sus sueños con éxito”, asevera Nûda.
“Como mujer de Kurdistán del Norte (sudeste de Turquía), el principal objetivo de mi presencia en las montañas de Rojhilat es mi deseo de luchar contra la presión del régimen iraní contra las mujeres –relata-. Veíamos la televisión todos los días. Han ejecutado a mujeres, niños, jóvenes… No podía permanecer en silencio ante el pueblo oprimido”.
Nûda explica que “como mujer quiero cumplir con mis deberes patrióticos en Rojhilat. El enemigo puede haber destrozado Kurdistán, pero en nuestras mentes y corazones Kurdistán es un todo, y si hay un ataque contra el pueblo kurdo es nuestro principal deber luchar. Quiero jugar este papel y misión hasta el final. Quiero vengar a nuestras madres, mujeres, niños y jóvenes”.
Al referirse a la juventud de Rojhilat, la guerrillera asegura: “Deberían dirigirse a las montañas en lugar de ser masacrados en la frontera, o llevar una vida de drogadictos; en lugar de, en particular las mujeres, ser abandonadas en silencio en casa. Sólo dirigiéndose a la montaña podemos luchar eficazmente contra este régimen y desempeñar nuestro papel”.
FUENTE: ANF / Edición: Kurdistán América Latina
