Shirzad Kamangar, miembro del Consejo Ejecutivo del PJAK (Partido de la Vida Libre de Kurdistán), habló con Kurdistán América Latina sobre las elecciones presidenciales en Irán, la relación de este país con Turquía y el futuro de las revolucionarias y los revolucionarios del Kurdistán iraní (Rojhelat).
-¿Cómo valoran las elecciones de Irán?
-En la sociedad libre, las elecciones son uno de los principios de la democracia, pero en Irán y en países con régimen dictatoriales las elecciones son diferentes. La persona que no esté con la República Islámica de Irán no puede ser candidato, la persona que se oponga no puede tomar un lugar, la mujer no puede ser elegida como presidenta.
El proceso de las elecciones presidenciales en Irán, desde sus inicios hasta el día de hoy, se ha dado de la misma manera. Todos aquellos que ocuparon puestos en el gobierno, desde el comienzo del régimen hasta ahora, ocuparon antes lugares fundamentales en la dirección y en los servicios de inteligencia del país. El presidente es elegido en un periodo clave y para una razón especifica. Todo aquel que opere por fuera de este plan, como en el periodo anterior de Ahmedinejad, es detenido y encarcelado. Como líder religioso del régimen, Jamenei una semana antes de las elecciones dijo que no es importante quién resulte ganador, sino aquel que lleve al pueblo a las urnas.
En estas elecciones, dos personas fueron tenidas en cuenta. Rohani y Reisi. Reisi fue una de las personas que en 1986 llevó adelante la masacre de aproximadamente 7.000 políticos. Lo que hicieron fue llevar a los pueblos a una situación de votar entre el malo y el peor. Es decir, la gente se vio obligada a votar a Rohani para desarrollar su proyecto.
-¿Cómo desarrollará estos próximos cuatro años Irán su relación con los países occidentales? ¿Habrá cambios o no?
-En el periodo anterior de presidencia, Rohani estableció su gobierno sobre la base de acuerdos con sectores reformistas y conservadores. Su presidencia, según lo dictado por el Estado, llevó adelante una diplomacia blanda frente a los otros países. Es decir, a través de Rohani y sus políticas suaves, sobrepasar la crisis de Oriente Medio y los problemas y el embargo sobre Irán. Hoy, dados los cambios en la política internacional frente a Irán, principalmente Estados Unidos y los países árabes, no es posible seguir llevando adelante esta diplomacia y política suave.
Actualmente, a nivel regional y de Estados Unidos, se pretende poner obstáculos al régimen a través de intervenciones directas en Oriente Medio y países árabes. Para enfrentarse a un cambio y a la crisis interna en las áreas política, económica, social y cultural, si Irán no ofrece ciertas concesiones, tanto debido al problema interno como a la inconformidad y la oposición de Estados Unidos y los países de la Unión Europea (UE), no podrá continuar sus relaciones con estos países.
-¿Para Irán qué consecuencias puede tener la visita de Trump a Arabia Saudita?
-Sin dudas, uno de los objetivos de la visita de Trump es la construcción de un frente contra el régimen iraní. Por otro lado, busca vender sus armas y explosivos a otros países, bajo el nombre de la lucha contra el terrorismo. Yo creo que es una visita que va a fortalecer a Trump. Al mismo tiempo, para fortalecer a los países árabes pueden construir un plan contra Irán.
-Turquía está construyendo un muro en la frontera con Irán, con su apoyo. ¿Cuál es el objetivo de esto? ¿Es para limitar el movimiento de la guerrilla? ¿O ante una supuesta guerra contra Irán poder impedir el paso de los refugiados?
-El régimen de Irán y Turquía únicamente están de acuerdo en el asunto de los kurdos. Durante años, en la época del Imperio Otomano y Sefewi, Irán y Turquía estuvieron enfrentados. Como ustedes lo han expresado, este muro tiene varios objetivos. Por un lado, se construirá en contra de la guerrilla. Es evidente que en el futuro quieren llevan adelante un amplio ataque contra los kurdos del norte. Por otro lado, para preparar condiciones de un ataque a Irán y construir una situación diferente, se pretende obstaculizar el paso de los refugiados. Turquía por su lado prepara condiciones contra Irán, del mismo modo lleva a Azerbaiyán a hacerlo por el suyo.
-¿Cómo es la relación entre Irán y Turquía?
-Ahora hay una aparente serenidad entre ambos. Básicamente, el Estado turco pretende desde el interior, junto a Azerbaiyán, desarrollar la oposición al régimen. Las contradicciones con respecto al conflicto sirio es otro de los problemas entre ambos regímenes. En el pasado, Turquía se esforzó por eliminar la influencia de Irán sobre Siria y a Al Assad, pero a pesar de todos los esfuerzos no lo logró. Esta oposición y contradicciones históricas se mantienen.
-¿Rohani ganó nuevamente las elecciones? ¿Cómo va a continuar la lucha del PJAK?
-Estas elecciones fueron muy importantes para Irán, porque cambiaron el equilibrio de Oriente Medio. El Estado y los colonizadores no pueden continuar como antes. El Estado de Irán llevó adelante la guerra hacia fuera de sus fronteras. Irán, hasta ahora, condujo la guerra en Siria, Yemen y Líbano. Pero dada la intervención sobre Irán, tanto a nivel regional como del conflicto interno, ya no puede continuar como antes. El régimen quería imponer su hegemonía a la región, pero ahora se encuentra en una situación de defensa.
La nueva presidencia de Rohani no puede ser como la anterior, porque lo que pretenden es enfrentarse de una forma suave a los ataques externos, pero esto es muy difícil. El conflicto interno y externo puede potenciarse mutuamente y unidos, más allá de concretar o no acuerdos, el conflicto puede tener dimensiones aún mayores.
Por lo que parece, el Irán no tiene intención de cambiar en su política interna y externa. Se puede observar que existe una autoconfianza, pero a la vez se observa que existe un temor oculto entre los gobernantes de Irán. En este periodo todos de la misma manera, sean reformistas o conservadores, defenderán al régimen.
Edición y traducción: Kurdistán América Latina