Irán, Rusia y Turquía se reunirán este miércoles para tener conversaciones de alto nivel sobre el futuro de Siria. Los tres países se encuentran en una alianza poco probable, en una de las guerras más impredecibles y complejas del mundo. Rusia e Irán han estado apoyando al gobierno de Bashar Al-Assad en Siria, mientras tanto Turquía ha sido el principal respaldo de la oposición siria. Turquía es miembro de la OTAN, mientras que Rusia e Irán a menudo despiertan la sospecha de esas fuerzas internacionales, lideradas por Estados Unidos. La hostilidad de Rusia e Irán hacia la OTAN y las potencias occidentales en general también es de ese tipo.
En pocas palabras, que Turquía entre en una alianza con Irán y Rusia no debería tener sentido.
Antes de llegar a Estambul el miércoles, en un aparente ataque a Turquía y a Estados Unidos, el presidente iraní Hassan Rouhani argumentó que los intereses extranjeros en Siria estaban participando en actividades ilegales.
“Desde nuestro punto de vista, la presencia de fuerzas extranjeras en Siria sin la autorización del gobierno del país es ilegal y debe ser detenida”, dijo Rouhani desde Teherán.
Pero también hay otros factores en juego que lleva a estos países a conversar entre ellos. En un artículo para Radio Farda, Mike Eckel argumenta que cada uno se ha unido para equilibrarse con el otro: “Turquía quiere mantener a raya a Irán, pero quiere que Assad se vaya; Rusia quiere lazos más estrechos con Turquía pero también necesita a Siria para su base naval mediterránea en Tartus; Irán quiere mantener las líneas de suministro a Hezbolá en Líbano y evitar que Turquía se traslade a Irak”.
Y aunque todo esto podría ser cierto, como hemos argumentado antes, lo que particularmente reúne a estas fuerzas es su preocupación compartida sobre la cuestión kurda. Turquía no aprecia que los kurdos en Siria hayan logrado construir un poder político propio y ve a estos movimientos como una amenaza a su integridad territorial.
Irán siempre ha sido cauteloso con su propia población kurda, que ha estado luchando por la autodeterminación por el mismo tiempo que la población kurda de Turquía. Irán también siente que el territorio kurdo se interpone en el camino de sus propios sueños de influencia territorial en la región.
Y Siria, simplemente, teme que los kurdos quieran declarar su propio Estado, pese a que los kurdos han argumentado constantemente que quieren que los límites territoriales sirios sigan siendo los mismos.
Y donde todos se alinean es en un sentimiento mutuo de sospechas hacia los kurdos, especialmente teniendo en cuenta su disposición a trabajar con los Estados Unidos contra el llamado Estado Islámico (ISIS). Irán, Turquía y Rusia comparten la visión ingenua de que la relación táctica entre los Estados Unidos y los kurdos en Siria es asimétrica, con los Estados Unidos tomando la iniciativa y los kurdos actuando como fuerzas sustitutivas (la verdad es probablemente lo contrario).
“Los estadounidenses buscan evitar que el gobierno sirio tome el control de todas las áreas e incluso piensan dividir el país”, dijo el presidente Rouhani a los periodistas en Teherán el martes pasado.
Ahora que Estados Unidos afirma que se retirará de Siria, Turquía, Rusia e Irán se reunirán hoy con más confianza de que pueden modelar el destino de un país devastado por la guerra.
Trump hizo el anuncio de que Estados Unidos se retirará de Siria el jueves, y el viernes dos altos funcionarios del gobierno confirmaron que el mandatario había exigido la congelación del presupuesto asignado de 200 millones de dólares para la reconstrucción de Siria. Para llenar el vacío previsto que quedaría atrás, el presidente francés Macron declaró su apoyo a las Fuerzas Democráticas de Siria (SDF) -una alianza árabe-kurda contra ISIS-, mientras que funcionarios del Reino Unido también manifestaron su apoyo a los kurdos.
Todo esto ha abierto una brecha entre las potencias occidentales y Turquía, que considera a las fuerzas kurdas de Siria como “terroristas”, a pesar de su relación táctica con los Estados Unidos contra ISIS.
Ahora, con los Estados Unidos fuera de escena, y un Erdogan envalentonado que está dispuesto a arriesgar las relaciones Unión Europea-Turquía y Estados Unidos-Turquía, el trío siente que pueden garantizar una Siria de la posguerra que excluya a los kurdos del camino.
“Algunas fuerzas intentaron arruinar las relaciones entre nuestros países”, dijo Erodgan en una conferencia de prensa conjunta con el ruso Vladimir Putin, “pero nuestras relaciones se han fortalecido aún más”.
FUENTE: The Region / Traducción y edición: Kurdistán América Latina