La periodista Nazila Maroofian fue puesta en libertad bajo fianza. Salió de la prisión de Qarchak, en Waramin, al sur de la capital iraní, Teherán, el miércoles pasado. Así lo escribió en la plataforma X, anteriormente conocida como Twitter. Además, publicó una foto de ella misma, haciendo el signo de la victoria y sin el hiyab obligatorio. Nazila indicó: “¿Te arrepientes de la foto que publicaste después de tu liberación? ¿Admites que cometiste un error? NO. No hice nada malo. Saludos a todos”.
Maroofian fue detenida el lunes en una comisaría de Teherán, sobre la base de una orden de detención preliminar. La medida se produjo a menos de 24 horas de su liberación de la tristemente célebre prisión de Evin, donde estuvo recluida desde principios de julio por supuesta “propaganda” contra el régimen de iraní.
Después de su liberación, la joven de 23 años compartió una foto de sí misma en X, en la que no tenía un pañuelo en la cabeza. Aparentemente, no usar el pañuelo en la cabeza fue la razón por la que la detuvieron nuevamente.
Nazila Maroofian estudia en la Universidad Allameh Tabatabai de Teherán y actualmente trabaja para la plataforma de medios de comunicación independientes Rouydad 24. Nazila es de Saqez (Seqiz), en el Kurdistán oriental, ciudad natal de Jina Mahsa Amini. La muerte violenta de la joven de 22 años mientras estaba bajo custodia de la Policía Moral iraní, el pasado septiembre, desencadenó el levantamiento “Jin, Jiyan, Azadî” (Mujer, Vida, Libertad), la mayor oleada de protestas que ha sacudido la República la Islámica de Irán desde su fundación en 1979.
El 19 de octubre del año pasado, Maroofian publicó una entrevista con el padre de Amini, Amjad, en el sitio web Mostaghel. En esta entrevista, Amjad Amini rechazó la información oficial según la cual la muerte de su hija se debió a una enfermedad.
El título de la entrevista, que fue retirada poco después de su publicación, era claro: “El padre de Mahsa Amini: ‘¡Están mintiendo!’”. Pocos días después, Nazila Maroofian fue detenida en Teherán y conducida por primera vez a la prisión de Evin. Allí fue sometida a amenazas durante el interrogatorio y a tortura psicológica. La recluyeron en régimen de aislamiento y sufrió dos infartos leves desde el inicio de su detención.
Por último, a finales de enero, Maroofian fue condenada a dos años de prisión, más cinco de libertad condicional, por “propaganda contra el régimen” y “difusión de mentiras con el fin de perturbar a la opinión pública”.
El Tribunal Revolucionario de Teherán también le impuso una multa y la prohibición de salir del país durante cinco años. En aquel momento, Nazila Maroofian ya había quedado en libertad bajo fianza de 600 millones de tomanes (unos 13.000 euros). En junio, unas semanas antes de ser detenida de nuevo, fue agredida por las fuerzas de seguridad iraníes en Teherán y se le impidió trabajar en el sector público por haber desobedecido el código de vestimenta del régimen al no llevar hiyab.
Hace una semana, Nazila ingresó en el hospital Taleghani de Teherán con dificultad para respirar y taquicardia. Al cabo de unas horas, abandonó la clínica y fue trasladada a la sección de mujeres de la prisión de Evin.
FUENTE: ANF / Edición: Kurdistán América Latina
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