Uno de los pocos textos de Abdullah Öcalan traducidos al castellano es “Confederalismo Democrático” (CD), en el cual se explican las líneas generales de la ideología que rige al PKK. Resumen Latinoamericano presenta los principales fragmentos de esa obra para, de esta forma, entender todavía más la lucha del pueblo kurdo.
***
El CD está abierto a otros grupos y facciones políticas. Es flexible, multicultural, anti-monopólico y orientado hacia el consenso. La ecología y el feminismo son pilares centrales.
En el marco de este tipo de auto-administración, una economía alternativa se vuelve algo necesario, lo que incrementa los recursos de la sociedad en lugar de explotarlos y así hace justicia a las múltiples necesidades de la sociedad.
La composición contradictoria de la sociedad requiere grupos políticos con formaciones tanto horizontales como verticales. Grupos centrales, regionales y locales necesitan estar balanceados de esta manera. Únicamente ellos, cada uno para sí, son capaces de lidiar con su situación concreta y especial y desarrollar soluciones apropiadas a problemas sociales de largo alcance. Es un derecho natural el expresar la propia identidad cultural, étnica o nacional con ayuda de asociaciones políticas. El CD está abierto a compromisos que conciernen a tradiciones estatales o gubernamentales. Permite la coexistencia equitativa.
***
El CD se apoya sobre la experiencia histórica de la sociedad y su herencia colectiva. No es un sistema político moderno arbitrario sino que acumula historia y experiencia. Es la descendencia de la vida de la sociedad. El Estado continuamente se orienta hacia el centralismo en busca de los intereses de los monopolios de poder. Justamente lo opuesto es certero para el CD. No son los monopolios sino la sociedad la que está en el centro del foco político. La estructura heterogénea de la sociedad está en contradicción con todas las formas de centralismo. El centralismo distinto sólo desemboca en erupciones sociales. Dentro de la memoria de la gente se han formado grupos sueltos de clanes, tribus u otras comunidades con cualidades federales. De esta manera fueron capaces de preservar su autonomía interna.
***
Los monopolios económicos, políticos, ideológicos y militares son construcciones que contradicen la naturaleza de la sociedad a través de la simple pugna por un superávit. Éstos no crean valores. Tampoco puede una revolución crear una nueva sociedad. Sólo puede influenciar el tejido ético y político de una sociedad.
El CD como categoría sociológica es la contraparte de esta historia y yace en la voluntad de luchar si es necesario y en la diversidad étnica, cultural y política.
En contraste con un entendimiento centralista y burocrático de la administración y el ejercicio del poder, el CD posee un tipo de auto-administración política donde todos los grupos de la sociedad y todas las identidades culturales pueden expresarse en reuniones locales, convenciones generales y consejos. Esta explicación de la democracia abre el espacio político a todos los estratos de la sociedad y permite la formación de grupos políticos diferentes y diversos. De esta manera, también se avanza la integración política de la sociedad como un todo. La política se vuelve una parte de la vida cotidiana. Sin la política, la crisis del Estado no puede ser resuelta ya que la crisis es avivada por una falta de representación de la sociedad política. Términos como federalismo o auto-administración, como se encuentran en las democracias liberales, necesitan ser concebidos de nuevo. Esencialmente, no deberían ser concebidos como niveles jerárquicos de la administración del Estado-Nación sino como herramientas centrales de expresión y participación social. A cambio, esto adelantará la politización de la sociedad.
***
En esencia, el Estado-Nación es una entidad militarmente estructurada. Los Estados-Nación son eventualmente los productos de todo tipo de guerras internas y externas. Ninguno de los Estados-Nación se ha originado por sí mismo. Invariablemente tienen un registro de guerras.
La militarización sólo puede ser contrarrestada con la ayuda de la autodefensa. Las sociedades sin mecanismo de autodefensa pierden su identidad, su capacidad de una toma de decisiones democrática y su naturaleza política. Por lo tanto, la autodefensa de una sociedad no está limitada a su sola dimensión militar. También presupone la preservación de su identidad, de su propia conciencia política y de un proceso de democratización.
El CD puede ser denominado como un sistema de autodefensa de la sociedad. El paradigma social del Confederalismo no implica un monopolio militar de las fuerzas armadas, quienes sólo tienen la tarea de asegurar la seguridad interna y externa. Están bajo control directo de las instituciones democráticas y es la sociedad quien debe ser capaz de determinar sus obligaciones. Una de sus tareas será la defensa del libre albedrío de la sociedad de las intervenciones internas y externas. La composición del liderazgo militar necesita ser determinado en términos y partes iguales tanto por las instituciones políticas como por las agrupaciones confederadas.
***
En el CD no hay lugar para ningún tipo de lucha hegemónica. Esto es especialmente cierto en el campo de la ideología. La hegemonía es un principio seguido usualmente por las civilizaciones clásicas. Las civilizaciones democráticas rechazan los poderes e ideologías hegemónicos. Cualquier forma de expresión que atravesara los lazos de la auto-administración democrática llevaría la auto-administración y la libertad de expresión ad absurdum. El manejo colectivo de los asuntos de la sociedad requiere comprensión con respecto a las opiniones disidentes y las formas democráticas de tomar decisiones.
Aunque en el CD el foco está en el nivel local, organizar el Confederalismo globalmente no está excluido. Contrariamente, necesitamos establecer una plataforma de sociedades civiles nacionales en términos de una asamblea confederada para oponerse a las Naciones Unidas como asociación de Estados-Nación bajo el liderazgo de los super poderes.
***
Bajo ciertas circunstancias, la coexistencia pacífica (del CD) es posible siempre y cuando el Estado-Nación no interfiera con los asuntos centrales de la auto-administración. Tales intervenciones requerirían la autodefensa de la sociedad civil. El CD no está en guerra con ningún Estado-Nación pero no se quedará de brazos cruzados ante los esfuerzos de asimilación. El derrocamiento revolucionario o la fundación de un nuevo Estado no crean un cambio sustentable. A largo plazo, la libertad y la justicia sólo pueden ser alcanzadas dentro de un proceso dinámico confederado y democrático. Ni el rechazo total ni el reconocimiento total del Estado son útiles para los esfuerzos democráticos de la sociedad civil. La superación del Estado, en particular del Estado-Nación, es un proceso a largo plazo.