La estrella alemana de fútbol Mesut Ozil dijo el domingo que ya no jugaría con la selección nacional porque se enfrentaba al “racismo y falta de respeto” debido a sus raíces turcas.
A su vez, Ozil se enfrentó a un aluvión de críticas en su país por haberse fotografiado con el presidente turco Tayyip Erdogan en mayo.
Su apasionada declaración es una de las más fuertes emitidas por un jugador en los últimos años sobre el tema del racismo y se encontró con reacciones encontradas.
El presidente turco Tayyip Erdogan dijo el martes que el trato a Mesut Ozil, después de que la estrella de fútbol abandonara la selección nacional alemana, fue racista e inaceptable.
Erdogan afirmó que había hablado con Ozil el lunes por la noche y describió su actitud como merecedora del más alto nivel de admiración, añadiendo que los críticos de Ozil “no podían soportar” la fotografía de la estrella del fútbol y el mandatario turco que provocó críticas antes del Mundial de Fútbol.
“Un trato tan racista hacia un joven que ha dado todo de sí al equipo nacional alemán por sus creencias religiosas es inaceptable”, dijo Erdogan a los periodistas en el Parlamento.
La respuesta inmediata de Erdogan a la situación de Ozil parecía válida. Sin embargo, la historia del futbolista kurdo-alemán Deniz Naki muestra lo cerril y falsa que es la respuesta de Erdogan.
En abril de 2017, Naki fue condenado a 18 meses de cárcel con suspensión de la pena por “difundir propaganda terrorista” a favor del PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán) tras haber dedicado una victoria decisiva del equipo Amedspor a los fallecidos en el asalto turco a las ciudades kurdas tras la ruptura del proceso de paz en 2015. Si regresa a Turquía, Naki se enfrenta a la posibilidad de ser encarcelado.
La Asociación Turca de Fútbol (TFF) prohibió a Naki jugar en el país, después de que se publicara en Internet un vídeo en el que el futbolista pedía a la gente que asistiera a una marcha en la ciudad alemana de Colonia en solidaridad con los kurdos de Afrin.
Por el contrario, varios altos funcionarios turcos, entre ellos el director de la Asociación Turca de Fútbol, Yildirim Demiroren, han apoyado a Ozil desde que anunció que no volvería a jugar con Alemania.
La prohibición de Naki fue rotundamente condenada como un ataque a la libertad de pensamiento y a la libertad de expresión. El portavoz del HDP (Partido Democrático de los Pueblos), Ahmet Yildirim, dijo que se trataba del “castigo más severo en la historia del fútbol turco” y que Naki también había sido multado con una cifra récord de 273.000 liras turcas.
No fue el fin de los ataques contra Naki. En enero de 2018, a Deniz Naki le dispararon en una autopista alemana.
Las fotos de su coche acribillado a balazos revelaron lo cerca que estuvo Naki de morir, y las autoridades alemanas están investigando el ataque como un intento de asesinato. El futbolista kurdo, nacido en Alemania, sospecha que los servicios de seguridad turcos o los nacionalistas de derecha lo atacaron por sus francas opiniones sobre la cuestión kurda.
Sin embargo, esa vez Erdogan y las autoridades turcas guardaron silencio. Erdogan no asumió la responsabilidad de la investigación del ataque, de hecho ni siquiera lo condenó.
Ozil dijo que no se sentía aceptado en la sociedad alemana a pesar de pagar impuestos allí, hacer donaciones a escuelas alemanas y ser parte del equipo que ganó el Mundial de Fútbol de 2014.
“Es con el corazón apesadumbrado y después de considerarlo mucho que, a causa de los recientes acontecimientos, ya no voy a jugar con Alemania a nivel internacional mientras tenga este sentimiento de racismo y falta de respeto”, declaró Ozil.
“Antes usaba la camiseta alemana con tanto orgullo y emoción, pero ahora no lo hago”, dijo. “Me siento indeseado y creo que lo que he logrado desde mi debut internacional en 2009 ha sido olvidado”, remarcó.
Es lo correcto apoyar a Ozil contra el racismo. Pero también debemos contar la historia de la “otra ciudad”. Debemos recordar el silencio cómplice de Erdogan y la prohibición de la TFF contra Deniz Naki, mientras Ozil estaba promocionando felizmente a Erdogan.
FUENTE: The Region / Traducido por Rojava Azadi