Hasankeyf todavía puede ser salvado de la destrucción

El agua del embalse de Ilisu ha alcanzado el enclave histórico de Hasankeyf, en la provincia de Batman, en Kurdistán del Norte. La Coordinadora de Hasankeyf llama a detener la inundación y a prevenir un desastre.

La Coordinadora Hasankeyf, una asociación de iniciativas para salvar el emplazamiento cultural histórico en Kurdistán del Norte, exige que se detenga la inundación del Valle del Tigris por la presa de Ilisu. En un llamamiento publicado hoy dice:

“Hasta la fecha, 35 pueblos han sido inundados por la presa de Ilisu. Ahora el agua ha alcanzado a Hasankeyf. El sitio forma parte, a nivel universal, del patrimonio cultural y natural más importante de la humanidad. Los habitantes del Valle del Tigris no están preparados para ello y están siendo expulsados de sus hogares. Especialmente en la provincia de Siirt, muchas personas tuvieron que huir de sus pueblos debido a la rápida subida del agua y tuvieron que dejar atrás partes de sus propiedades”.

No es demasiado tarde

“Desde agosto, se ha sacado a la gente de Hasankeyf. Cuarenta familias siguen viviendo en el pueblo porque no tienen otro lugar donde vivir y no saben dónde llevar sus animales. A pesar de la destrucción en el valle del Tigris todavía podemos detener la catástrofe. Incluso ahora, el abandono del proyecto Ilisu sigue siendo beneficioso para nosotros y para las generaciones futuras. Hay que instar al gobierno a que detenga la inundación de la presa de Ilisu. La situación es muy urgente, no tenemos tiempo que perder.

Un lugar único en la historia de la humanidad

La inundación de Hasankeyf comenzó en julio de 2019. El sitio cultural, cuyas raíces se remontan a la Edad de Bronce, es un lugar único en la historia de la humanidad: veinte culturas orientales y occidentales han dejado aquí sus huellas. 5.500 cuevas, cientos de monumentos descubiertos anteriormente y un fascinante entrelazamiento con las rocas y el Tigris dan al sitio un significado global. Según los expertos, Hasankeyf y el valle del Tigris que lo rodea -uno de los últimos grandes ecosistemas fluviales que quedan en Turquía- cumplen nueve de los diez criterios para ser inscritos en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO y proporcionan un medio de vida a hasta 100.000 personas. Pero el gobierno turco quiere que la ciudad histórica quede sumergida por el bien de la central hidroeléctrica de Ilisu, que está diseñada para funcionar durante 50 años y es uno de los proyectos de presa más controvertidos del mundo.

ANF /REDACCIÓN