La fuerza líder de la Revolución Rojava en Siria, las Unidades de Protección de las Mujeres (YPJ) han inspirado a muchas personas y grupos en todo el mundo desde que se formaron, el 4 de abril de 2013. La agencia de noticias ANHA entrevistó a las hermanas Cudi (que en realidad son gemelas) que están en las YPG y explicaron cómo se unieron y lo que la fuerza de autodefensa significa para ellas.
Las gemelas vinieron de Afrin, donde perdieron a su familia, su hogar y su tierra en la guerra contra el Estado turco. Los invasores habían ocupado sus tierras y atacaron, destruyeron, masacraron a personas, además de saquear aldeas y ciudades de la región kurda del norte de Siria. Pero través de las YPJ pudieron levantar la bandera de la resistencia y contraatacar, señalaron las hermanas. De esta manera, se unieron a las filas de la revolución, se organizaron y se convirtieron en parte de la resurrección de las mujeres kurdas.
El ejército de las YPJ, indicaron las gemelas, apareció en un momento en el que eran conscientes de que las mujeres estaban siendo insultadas, violadas, ignoradas y marginadas de manera brutal y despiadada. Por eso, se unieron a las YPJ y tomaron las armas y las posiciones para defender sus barrios, casas, pueblos, ciudades y tierras. Muchas mujeres, luchando por defender estos objetivos y la dignidad de las mujeres, han muerto en la guerra. Las YPJ también han estado a la vanguardia de la lucha contra el Estado Islámico (ISIS) y sus prácticas y mentalidad brutales.
La revolución de Rojava
Desde el comienzo de la Revolución de Rojava, las mujeres han estado a la vanguardia de la revolución, agregando moral, motivación, entusiasmo y haciendo una diferencia, afirmaron las hermanas Cudi. En este contexto, y en la lucha de las YPJ junto a su hermana gemela, Sara Cudi expresó sus sentimientos: “Somos hermanas y gemelas, además de combatientes armadas y camaradas. A veces, trato de escribir y expresar estos sentimientos y anhelos en mis diarios. Se experimenta un sentimiento diferente: experimento emociones intensas. Quiero escribirlos y expresarlos. Pero es difícil expresar estos sentimientos. Es una situación extraña. Es un sentimiento que no puedo expresar. Veo a mi hermana como mi compañera, alguien que lucha a mi lado. Caminamos juntas por el camino de la revolución y esto me alegra: me da fuerzas. Me levanta el alma”.
“Hay muchos aspectos que hacen que la Revolución Rojava sea única, diferente y colorida –agregó Sara-. Llama la atención desde lejos. Hemos visto a muchas personas en esta revolución: hermanos y hermanas, madres y padres, madres e hijas luchando juntas en las filas de la revolución. Es una revolución popular. Es nuestra unidad con nuestro pueblo lo que vuelve magnifica nuestra revolución. Eso nos hace crecer. Si hay una revolución de personas, hay victoria. Por eso brilla esta revolución”.
La primera victoria de la revolución
Para Sara Cudi, la participación proactiva de las mujeres en la revolución es la primera victoria en Rojava: “Ha habido muchas revoluciones. Las mujeres no lideraron muchas revoluciones. No todas las revoluciones permiten a las mujeres pasar a un primer plano y expresarse. Por primera vez, asistimos a una revolución liderada por mujeres. Esto nos da tanto a nuestra gente como a nosotras una gran moral y entusiasmo. La participación de las mujeres es una parte importante de la revolución. Sería muy diferente si las posturas, luchas, identidad y energías de las mujeres no estuvieran presentes en esta lucha”.
Esta es una revolución de mujeres
Las hermanas, en la entrevista, coincidieron que el liderazgo de Abdullah Öcalan impulsó a la revolución a las mujeres. Sara Cudi explicó: “Como mujer, tomamos nuestro lugar en esta revolución y tenemos una pesada carga sobre nuestros hombros. Somos conscientes de esto. La responsabilidad de muchas personas está sobre nuestros hombros. Nuestra revolución no es una revolución normal. Es una gran revolución. Da emoción y moral. Si queremos entender esta revolución, primero debemos evaluar a las mujeres que luchan en ella. Porque esta es una revolución de mujeres”.
“Quizás nadie creyó que esta revolución lograría tal progreso –expresó la combatiente-. Porque no ha habido una situación similar en la historia. Por primera vez, se lleva a cabo una lucha así gracias a nuestro liderazgo. Muchos no creían que las mujeres pudieran realizar con éxito estas tareas. Pero el poder de las mujeres ha sido evidente en esta revolución. Son, nuevamente, las mujeres las que asegurarán el éxito y liderarán la revolución. Son, de nuevo, las mujeres las que nos llevarán a la victoria. La mujer proporciona la inspiración, la motivación y la fe para impulsar esta revolución”.
En esta revolución, según Sara, “no aceptamos la desigualdad. También tenemos derecho a vivir libremente. Para enriquecer nuestra sociedad, primero debemos tomar nuestra libertad. Necesitamos revelar la verdad de la historia y la realidad de las mujeres. Toda mujer debería darse cuenta de sus puntos fuertes. Debemos revelar la verdad de las mujeres que fueron enterradas en la historia, saqueadas, destruidas, ignoradas. No debemos aceptar que las mujeres deban vivir bajo este tipo de presiones constantes. Debemos eliminar las presiones que se ejercen sobre las mujeres. Para vivir en libertad, las mujeres deben ser fuertes y valientes”. La dominación masculina en la sociedad se está eliminando mediante la participación de las mujeres en la revolución, agregó Sara.
Sufrimiento personal y colectivo
Las hermanas Cudi remarcaron el sufrimiento personal y colectivo que se está produciendo, incluso cuando la revolución busca abordar las preocupaciones de desigualdad y opresión. Sara explicó: “Hay miles de asesinatos sin resolver en nuestro país. Conocemos a nuestra madre Berfo y su lucha. Y sabemos de los ataques del Estado turco en Afrin. Conocemos a nuestro enemigo. Y es por eso que no creemos que esté viva, incluso si es doloroso darse cuenta de eso. Nuestra madre era una mujer resistente. No abandonó el pueblo hasta el último minuto. No hemos tenido noticias de ella desde que fue ocupada. ¿Puede alguien olvidar a su madre, su hogar, su aldea? ¿Puede una persona borrar su tierra natal de su memoria? Incluso si hay migajas, la gente existirá con estos recuerdos y vivirá con ellos”.
Las hermanas apuntaron que muchas personas tienen que ocultar su dolor con sonrisas porque no hay tiempo para llorar. La prioridad, según ellas, es participar en la lucha contra el enemigo. Porque esa lucha les permite establecer una vida justa y libre para su país, su tierra y su gente.
FUENTE: ANHA / Medya News / Traducción y edición: Kurdistán América Latina
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