Rusia y Estados Unidos han apelado a Turquía a que des-escale la tensión en Siria después de que el presidente, Recep Tayyip Erdogan, haya amenazado con lanzar una operación terrestre en el norte del país contra posiciones kurdas en Siria e Irak, y en plena ola de bombardeos que se han saldado con medio centenar de muertos.
“Apelamos a la desescalada en Siria para proteger a los civiles y mantener el objetivo común de vencer al Estado Islámico (ISIS)”, ha pedido el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Ned Price, quien ha añadido que “seguimos oponiéndonos a toda acción militar no coordinada en Irak, que viole su soberanía”.
“Esperamos convencer a nuestros colegas turcos para que se retengan de recurrir a un uso excesivo de la fuerza en territorio sirio para evitar una escalada de las tensiones”, ha declarado Alexandre Lavrentiev, enviado especial del presidente ruso, Vladimir Putin, en Siria.
“Instamos a Turquía a tratar de encontrar una solución al problema kurdo”, ha añadido.
Sin pedir permiso a Putin y a Biden
El presidente turco alardea de que Turquía lanzó en la madrugada del domingo su campaña de bombardeos aéreos en el norte de Siria e Irak sin pedir el visto bueno ni de Moscú ni de Washington, y que la operación puede continuar.
“No hemos mantenido ninguna conversación ni con (el presidente estadounidense Joe) Biden, ni con Putin”, dijo Erdogan a la prensa en el avión en el que regresaba el lunes de la inauguración del Mundial de Qatar 2022.
“Eso sí, ambos saben que nosotros podemos hacer este tipo de cosas en esta zona. Siempre hemos dicho que podríamos llegar una noche, de repente”, acotó el mandatario.
Erdogan justifica esta operación en represalia por el atentado del pasado domingo 13 de noviembre en el centro de Estambul, con un saldo de seis muertos y 81 heridos, y del que responsabiliza a las guerrillas kurdas del PKK y YPG, pese a que ambas se han desmarcado del ataque.
El líder islamista turco ha exigido a sus aliados, sobre todo a Estados Unidos, para que cesen en su apoyo a las milicias YPG, que Ankara considera una sucursal siria del PKK.
“Lamentablemente”, Estados Unidos ha enviado “miles de vehículos, equipos, munición y armas” a las YPG, ha denunciado Erdogan, para reiterar que había expuesto sus quejas por este apoyo tanto a Biden como a sus predecesores Barack Obama y Donald Trump, pero sin obtener respuesta.
Tampoco Rusia se ha salvado de sus críticas. “Tenemos un acuerdo con los rusos desde (la conferencia de) Sochi en 2019. Ellos tienen la responsabilidad de limpiar la zona de terroristas. Lamentablemente no lo han hecho, por mucho que se lo hayamos recordado”, se ha quejado.
Garra de espada
La aviación turca lanzó el domingo la operación “Garra de Espada”, una serie de bombardeos que se han saldado con 37 muertos, de ellos 11 civiles kurdos, además de 18 miembros de las fuerzas militares del régimen sirio.
La coalición kurdo-árabe que integra a las YPG y defiende el norte de Siria, las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS),han recordado los compromisos de rusos y estadounidenses para protegerles y para evitar bombardeos contra civiles.
Obuses lanzados desde Siria sobre suelo turco, concretamente en la región fronteriza de Gaziantep, dejaron un saldo de tres muertos y 15 heridos el lunes, acrecentando la tensión.
La petición kurda de ayuda es ya un SOS ante la amenaza de Erdogan de lanzar una operación terrestre contra Rojava. El presidente turco lleva amagando desde mayo con ordenarla.
Entre 2016 y 2019, Turquía lanzó tres operaciones militares contra los kurdos arrebatándoles, entre otros, el cantón de AfrIn y rompiendo la continuidad territorial de Rojava. Ankara sueña con completar su ocupación con la excusa de crear una “zona de seguridad” de 30 kilómetros de profundidad a lo largo de la frontera. Y el atentado de Estambul puede ser la excusa perfecta.
El comandante en jefe de las FDS, Mazloum Abdi, ha vuelto a desmentir relación alguna con el atentado y no ha ocultado su sorpresa por la falta de respuesta del régimen sirio al ataque mortífero turco contra una de sus columnas militares.
FUENTE: Naiz / Edición: Kurdistán América Latina
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