Este lunes Recep Tayyip Erdogan cumplirá una ambición de larga data cuando preste juramento como presidente con nuevos poderes sobre un país que ha dominado y remodelado durante su gobierno en los últimos 15 años.
Al mando de la presidencia ejecutiva, Erdogan también nombrará un gabinete simplificado que, según él, impulsará el crecimiento para hacer de Turquía una de las economías más grandes del mundo.
Erdogan ganó por estrecho margen un referéndum el año pasado para reemplazar la democracia parlamentaria del con un sistema de presidencia omnipotente. A esto lo siguió con una victoria electoral muy reñida el mes pasado, de la que salió fortalecido.
El mandatario turco dice que los cambios, la mayor revisión de la gobernanza desde que se fundó la república turca moderna a partir de las ruinas del Imperio Otomano hace casi un siglo, son necesarios para impulsar el crecimiento económico de Turquía y garantizar su seguridad.
Sus partidarios lo ven como una recompensa justa para un líder que ha puesto los valores islamistas en el centro de la vida pública, ha defendido a las clases trabajadoras piadosas y construido aeropuertos, hospitales y escuelas.
“Turquía entra en una nueva era con la ceremonia de juramento presidencial el lunes -dijo Erdogan el fin de semana-. “Con el poder que nos otorga el nuevo sistema presidencial, obtendremos resultados más rápidos y más fuertes”.
Los opositores argumentan que los nuevos poderes marcan un mayor autoritarismo, acusando a Erdogan de erosionar las instituciones seculares establecidas por el fundador moderno de Turquía, Mustafa Kemal Ataturk, y alejándolo de los valores de la democracia y la libertad de expresión.
En vísperas de la toma de posesión de Erdogan, las autoridades turcas despidieron a más de 18.000 empleados estatales, la mayoría de ellos que integraban la policía y el ejército, en lo que el gobierno dijo que sería el decreto final bajo el estado de emergencia impuesto tras el fallido golpe de Estado en 2016.
Más de 150.000 empleados estatales han perdido sus empleos en la represión tras el intento de golpe, y el ministro del Interior de Turquía dijo en abril que unos 77.000 fueron formalmente acusados y encarcelados durante sus juicios.
Nuevo gabinete
Desde que asumió el cargo en 2003, primero como primer ministro y más tarde como presidente, Erdogan ha dominado Turquía, estrechando su control sobre un país de 81 millones de habitantes, mientras dominaba centros de poder rivales, incluido el ejército, que derrocó a gobiernos anteriores.
Bajo su liderazgo, Ankara inició conversaciones de adhesión con la Unión Europea (UE), que se estancaron en medio de las críticas de la UE por la violación a los derechos humanos en Turquía. Los lazos con los Estados Unidos y otros socios de la OTAN también se han deshilachado, pero Turquía sigue siendo crucial para cualquier esperanza de estabilidad en Siria e Irak y para frenar los flujos de refugiados a Europa.
Erdogan es el líder más exitoso y divisivo de Turquía en la historia reciente, por lo que ha prevalecido en una docena de elecciones locales, parlamentarias y presidenciales.
Prestará juramento esta tarde antes de asistir a una ceremonia en el enorme palacio presidencial que ha construido en la capital.
Erdogan ha dicho que anunciará el gabinete el lunes por la noche, prometiendo reducir su equipo ministerial a 16 de más de los 20 actuales.
El sábado también dijo que abordaría las altas tasas de interés, la inflación y un amplio déficit en cuenta corriente. “Llevaremos a nuestro país mucho más allá al resolver (estos) problemas estructurales de nuestra economía”, indicó.
La inflación subió el mes pasado por encima del 15 por ciento, su nivel más alto en más de una década, a pesar de los aumentos de las tasas de interés de 500 puntos básicos por parte del banco central desde abril. La lira también ha caído en un quinto de valor frente al dólar este año.
Erdogan describió las altas tasas de interés como “la madre y padre de todos los males”, y dijo en mayo que esperaría ejercer un mayor control económico después de las elecciones.
Bajo los nuevos cambios, el puesto de primer ministro será eliminado, y Erdogan seleccionará su propio gabinete y regulará los ministerios y eliminará a los funcionarios públicos, todo ello sin la aprobación parlamentaria.
Después de su victoria electoral hace dos semanas, Erdogan dijo que no escatimaría esfuerzos para estimular el crecimiento económico.
“No nos detendremos hasta que llevemos a Turquía, que salvamos de conspiradores, golpistas y sicarios políticos y económicos, pandillas callejeras y organizaciones terroristas, a una de las 10 economías más importantes del mundo”, expresó.
FUENTE: The Region / Traducción y edición: Kurdistán América Latina