Una nueva oleada de detenciones de alcaldes y políticos kurdos ha sacudido en los últimos días el panorama político de Turquía, en una aparente señal de que el presidente, Recep Tayyip Erdogan, apuesta por la confrontación para ganar votos nacionalistas.
Este viernes, un tribunal decretó el ingreso en prisión preventiva de Ayhan Bilgen, alcalde de la ciudad de Kars, en el este de Anatolia, adscrito al izquierdista Partido Democrático de los Pueblos (HDP), y portavoz de los derechos de la minoría kurda.
Junto a él ingresaron en la cárcel 16 concejales y políticos del HDP, al tiempo que Ankara nombró al gobernador como alcalde en funciones, una táctica que ya ha usado en otros 48 municipios en los que el HDP ganó las elecciones municipales de 2019.
Las nuevas detenciones se basan en una investigación de la Fiscalía sobre unos incidentes de 2014, en los que medio centenar de personas murieron durante protestas de la izquierda kurda contra la pasividad de Turquía frente al asedio del grupo terrorista Estado Islámico a la ciudad kurda de Kobane, en Siria. La Fiscalía acusa al HDP de haber incitado a la violencia al convocar estas manifestaciones, aunque el partido asegura que la gran mayoría de los muertos eran precisamente manifestantes kurdos.
La oleada de detenciones seis años después de los hechos, ha causado sorpresa en Turquía y parece indicar que Erdogan ha elegido una vía de confrontación con la izquierda kurda para dividir a los partidos de oposición nacionalistas.
Erdogan pierde popularidad
La actual coalición gubernamental está compuesta por el islamista AKP, que gobierna Turquía desde 2002, y el ultraderechista MHP como socio menor, pero las encuestas hacen temer al presidente que en las próximas elecciones, previstas para 2023, podría perder.
Un sondeo de la empresa Avrasya señala que, de haber elecciones ahora, Erdogan se quedaría en un 38% frente al 42% del probable candidato del CHP, Ekrem Imamoglu, alcalde de Estambul.
Imamoglu ganó la alcaldía el año pasado gracias a una coalición del socialdemócrata CHP con el partido IYI, escindido del MHP en 2017, apoyada por los votos de los simpatizantes del HDP, al igual que ocurrió en otras plazas como Ankara, Adana y Mersin. Pero unir en un mismo frente a los izquierdistas kurdos con la derecha nacionalista turca, que todavía considera al HDP brazo político de la guerrilla kurda, el proscrito Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK), exige mucha diplomacia por parte de los dirigentes de ambos bandos.
Dinamitar este frente y atraer a los votos nacionalistas parece ser la única opción de Erdogan si quiere ganar las próximas elecciones, quizás adelantándolas sobre la fecha prevista.
Atizar el nacionalismo
“La única manera para la alianza AKP-MHP de mantenerse en el poder, aunque está lejos de garantizarse, es consolidar sus votos nacionalistas. La operación contra el HDP por los incidentes de Kobane de hace seis años, así como las iniciativas en política exterior, son parte de esta estrategia”, dice el politólogo Necmi Erdogan en declaraciones a EFE.
A las dificultades económicas, con la lira turca cayendo a mínimos históricos, se añade la aparición de dos nuevos partidos creados por figuras históricas del AKP que se han salido de la formación por desavenencias con Erdogan.
Uno de ellos es el ex primer ministro y ex ministro de Exteriores Ahmet Davutoglu, y el otro es el antiguo ministro de Economía Ali Babacan, ambos pesos pesados del partido, que podrían llevarse parte de los votos del AKP si deciden aliarse con el CHP.
Pero los votos del HDP, cerca del 10% del electorado, son imprescindibles para la oposición, y una ofensiva fuerte contra este partido puede poner en aprietos a la derecha moderada que intenta no aparentar ni como amigo ni como enemigo de la izquierda kurda.
Un cierre de filas rotundo del partido IYI con el HDP podría motivar a muchos de sus votantes a regresar al MHP, mientras que un rechazo demasiado evidente dificultaría que los simpatizantes de la izquierda kurda votaran por un candidato de la coalición CHP-IYI.
“Las elecciones de 2019 demostraron que la estrategia de nuestro partido (de no presentar candidatos propios en distritos con fuerte presencia del CHP-IYI) podía batir a Erdogan. Por esto están decididos a neutralizar el HDP”, declaró el vicepresidente del HDP, Mithat Sancar.
Política autoritaria
Pero la oleada nacionalista no se limita al sector kurdo. “Estamos en una fase autoritaria en la que ni siquiera se aceptan las decisiones del Tribunal Constitucional”, sentencia el politólogo Tarik Sengül, al recordar a EFE las recientes ofensivas contra los colegios de abogados o el de médicos, así como a otras instituciones cívicas. “Se trata de dividir a la oposición, tanto si se adelanten los comicios como si no. En el pasado ha funcionado utilizar la cuestión kurda como factor divisorio; veremos si vuelve a funcionar”, concluye el experto.
FUENTE: Dogan Tilic / Atalayar / Edición: Kurdistán América Latina