“…unamos nuestros corazones,
nuestros errores,
nuestras derrotas,
nuestra pasión,
para las batallas futuras,
para la emancipación final…”
Sacco y Vanzetti
Abdullah “Apo” Öcalan nació en Ömerli, en el Kurdistán turco, en el seno de una familia campesina, el 4 de abril de 1949. El mismo día, del mismo año, nacía en Washington, Estados Unidos, en el seno de una familia acaudalada y poderosa, la Organización del Atlántico Norte (OTAN).
Los niños kurdos conocen de sobremanera el poder militar. Desde espantapájaros armados se vigila la vestimenta que utilizan, el dialecto que hablan, la cultura que profesan. Siendo el primogénito de siete hermanos “Apo” ha de haber sido punta de lanza para con sus consanguíneos en el encuentro con el mundo.
En 1952 Turquía se unió a la conjura militar gestada por Occidente, y dándole la espalda a Oriente, atestiguó las riquezas y poderes de la era moderna militar. Actualmente es el segundo ejército poderoso de la alianza atlántica. Turquía se ha convertido en la Gladio de Occidente en Medio Oriente.
Hasta mediados de los años ´70 los niños y las niñas kurdas eran denominados “turcos de las montañas”. La sola pronunciación kurda, el alarido del “zaghareet” de una madre, la holgura y color de su vestimenta, alguna copia de literatura en kurmanji, la reivindicación de Kawa, absolutamente todo era justificativo para el estallido colérico de un espantapájaros armado.
Sin embargo, la humanidad ya había dado a luz al niño que se sobrepondría a los avatares de la historia oficiosa. Öcalan cursó la primaria y secundaria en la región de Urfa, para posteriormente proseguir sus cursos en la Universidad de Ankara, donde estudió Ciencias Políticas.
En 1973, la OTAN y él no sólo cumplirían 24 años, sino que también se encontrarían en los márgenes contrapuestos de la historia. Mientras que “Apo” se reunía junto a seis personas para formar una organización política kurda independentista, la OTAN daría su primer viraje en su política militar defensiva.
Nixon planteaba a los países miembros del tratado la urgencia de renovarse con el fin de condicionar el dinamismo político mundial. El resultado de este viraje fue un aumento en la escalada militar de los países de la alianza, modificándose leyes que coaccionaran a las poblaciones y les disciplinaran.
Pero 1978 es un año de optimismo libertario. Las ideas de un conjunto de jóvenes revolucionarios darán como resultado la conformación, el 27 de noviembre, del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), siendo “Apo” el miembro destacado en el que caería la responsabilidad de su dirección. El objetivo del PKK era solidificar y profesionalizar la lucha contra el colonialismo, el imperialismo y el capitalismo en la Turquía de la OTAN.
Con la fundación del PKK y la agitación política, las autoridades gubernamentales turcas reaccionaron severamente. En 1980, un golpe militar depuso a la junta de gobierno y tomó el poder. Los miembros del PKK fueron perseguidos, encarcelados, torturados, asesinados y desaparecidos. Sólo un puñado de jóvenes bajo el liderazgo de Öcalan se sobrepusieron y organizaron un movimiento moderno de liberación nacional.
Con tan sólo 35 años, aunque con una amplia trayectoria como líder político, el 15 de agosto de 1984 el PKK dirigido por “Apo” asalta los cuarteles militares de Eruh y Semdili y proclama oficialmente la lucha armada contra el Estado de Turquía. Sakine “Sara” Cansiz, líder y amiga de Öcalan, es encarcelada y se convierte rápidamente en un símbolo de la resistencia kurda. Hasta el día de hoy las madres kurdas colocan a sus hijas el nombre de Sakine o de Sara.
Turquía, títere de la OTAN, organiza una escalada de terror y violencia similares al terrorismo de Estado implementado en Argentina entre 1976 y 1978. Cientos de miles de exiliados, presos políticos, desaparecidos y una terrible tecnificación de la tortura, hacen entrever la mano de la CIA.
Para mediados de los años ´90 las muertes rondaban las 30.000 personas, la guerra había entrado en un punto muerto y el conflicto no se desencallaba. El PKK propone sistemáticos altos de fuego con el fin de acordar una ruta hacia la paz, pero el Estado turco se negaba, buscando una solución militar al conflicto.
Entretanto, la OTAN se embarcaba en la Guerra de los Balcanes. Financiando grupos y enalteciendo los nacionalismos, las agencias de inteligencia europeas y norteamericanas, a través de sus medios de comunicación y el financiamiento, promovían en Yugoslavia que las etnias bosnias, serbias, croatas, albanesas, se masacraran por la instauración de estados-nación “que les representaran”. Bosnia, Serbia, Croacia, Albania, y una terrible matanza, junto a zonas desestabilizadas, son la consecuencia de esta táctica militar. Pueblos que antiguamente vivían en paz se masacraban por un pedazo de frontera. La OTAN intervino la zona y se apoderó de la región.
En 1998, Öcalan viajó a Europa con el objetivo de encontrar una salida política al conflicto turco-kurdo. Un complot internacional orquestado por la CIA, el servicio de inteligencia turco y el Mossad, lo obligaron a refugiarse en varios países.
Para 1999 nadie quería albergarlo, con excepción de la Sudáfrica de Mandela. De camino al sur de África, en su paso por Kenia, es secuestrado y trasladado a Turquía. El juicio político que se le hizo fue una farsa. Sin derecho a esgrimir su voz, a ser escuchado por una corte imparcial y tras ser torturado, fue condenado a cadena perpetua agravada en una celda unipersonal, en la isla-prisión de Imrali.
El 21 de marzo del año 612 a.C., Kawa mató al tirano Zohak. Desde entonces se dice que todos los años el movimiento de liberación kurdo renace y se fortalece bajo el Newroz. Sin duda, desde el 15 de febrero de 1999, primer día de presidio impuesto a Öcalan, los kurdos renuevan su fe en su líder que les ha enseñado el camino de la lucha.
El Confederalismo Democrático y la lucha por la liberación de las mujeres es el legado de mayor significación del líder “Apo”. Desde hace ya 6574 días Öcalan dedica sus días en presidio en favor de los pueblos humildes del mundo, y del pueblo kurdo en particular. Aboga por la configuración de una nación democrática que contemple a todas las etnias de Oriente Medio, contra la balcanización de la región, y por una status político kurdo.
Es que para Öcalan, como para cualquier revolucionario y revolucionaria libertario, la revolución es, en la medida en que la mujer se libera, y en consecuencia se organiza y transforma las relaciones sociales de la dominación patriarcal y la mentalidad estatista del capitalismo moderno.
FUENTE: Alejandro Azadî/Kurdistán América Latina