La captura de dos importantes oficiales del Estado Islámico, Yasser Abdul Aziz Agvmy, de nacionalidad saudí, y Abu Bakr al-Masri, uno de los emires más activos en el frente de Kobane, ha reavivado las sospechas de colaboración entre el ISIS y las autoridades de Turquía.
Los dos oficiales fueron capturados por militantes de las YPG en la localidad de Kobane, fronteriza con Turquía. Según las YPG, ambos mandos han confesado haber recibido apoyo militar y logístico por parte de Turquía, país en el que recibían tratamiento los militantes heridos de la organización terrorista.
Los emires capturados han añadido también que productos tales como comida y material médico los proporcionaba Turquía, mientras que la ayuda de mantas y ropa provenía de Arabia Saudí. Además, han confirmado que el Estado Islámico vende petróleo a compradores turcos.
Hay más fuentes que corroboran los detalles de las confesiones, sobre todo el tráfico de petróleo y el cuidado médico de terroristas del ISIS en suelo turco.
Además de lo mencionado, la confesión de Abdul Aziz permite conocer los métodos y las tácticas militares utilizadas por el ISIS durante su intento de tomar Kobane.
Abdul Aziz ha descrito cómo Abu Bakr al-Masri diseñó el plan de ataque, compuesto por 82 combatientes divididos en seis grupos. El primer grupo era el encargado de tomar el puesto de control al sur de la ciudad, al tiempo que un segundo grupo liderado por Abu Bakr al-Masri atacaba la entrada a Kobane de “Rashid Bnar”, valiéndose de un terrorista suicida para romper las defensas de ese punto.
Un tercer grupo debía tomar la zona este de la ciudad, entre Kobane y Tal Abyad, mientras que un cuarto grupo atacaba la colina Pshntor.
Por último, los grupos quinto y sexto debían aprovechar la confusión y la dispersión de los defensores para adentrarse en la ciudad.
Los terroristas habían planeado extenderse rápidamente por toda la ciudad, asentándose únicamente en unos pocos puntos específicos, después de lo cuál contarían con el apoyo de dos grupos armados provenientes de las ciudades de Sarin y Jarablus, y con el de un tercero de menor tamaño, encargado de llevar munición desde Turquía. Este grupo debía entrar a Kobane a través del punto fronterizo situado al este conocido como Kanye Kordan.
Tenían planeado, además, evitar que los civiles abandonasen la ciudad al momento de tomarla, para asegurar así el recibir muchos menos ataques aéreos y de artillería.
La operación no salió como lo planificado, por lo que los atacantes del ISIS se encontraron con una gran resistencia que les impidió lograr sus objetivos.
Según Abdul Aziz, en el momento del ataque, se desplegaron por toda la ciudad, asesinando tanto a civiles como militares.
FUENTE: Al Masdar News