Durante un partido celebrado en Bursa el domingo (hace dos semanas) con un equipo de fútbol de la provincia suroriental de Diyarbakır (Amed), los aficionados del Bursaspor expusieron carteles que simbolizaban las ejecuciones extrajudiciales y los secuestros que habían tenido lugar en Turquía durante la década de 1990, en el apogeo del conflicto turco-kurdo.
Algunos hinchas del Bursaspor levantaron carteles de un “Toro Blanco”, un modelo de automóvil Renault, utilizado en la década de 1990 por las Unidades de Inteligencia y Antiterroristas de la Gendarmería turca (JİTEM) para secuestrar a las personas que luego mataban.
Otros sostenían carteles de Mahmut Yıldırım, conocido por su nombre en clave “Yeşil” (Verde). Yıldırım, un personaje oscuro en la historia reciente de Turquía, fue un asesino a sueldo utilizado por JİTEM en varias operaciones, antes de desaparecer en 1998.
La afición del Bursaspor comenzó a agredir a los jugadores del Amedspor incluso antes de que comenzara el partido, cuando una multitud de ellos se reunió frente a un hotel donde se alojaba el equipo de la provincia de población kurda el sábado por la noche. Los hinchas del Bursa corearon “Qué feliz es el que dice ‘soy un turco’”, frase introducida por Kemal Atatürk, el fundador de la Turquía moderna, mientras portaban antorchas encendidas y lanzaban petardos y fuegos artificiales.
La afición del Bursaspor volvió a agredir a los jugadores del Amedspor en el momento de su aparición en el terreno de juego antes del inicio del partido. Durante el partido continuaron lanzando objetos a los jugadores, hiriendo levemente al portero del Amedspor, que en realidad es turco.
Muchos en las redes sociales pidieron a las autoridades que detuvieran el partido, sin embargo el juego continuó con los futbolistas tratando de jugar bajo una lluvia de objetos arrojados.
El ministro del Interior de Turquía, Süleyman Soylu, anunció en Twitter que todos los funcionarios que ignoraron los carteles que simbolizaban las ejecuciones extrajudiciales y los secuestros que se llevaban al estadio, fueron suspendidos de sus funciones.
“Las imágenes que no tienen nada que ver con ver fútbol en el partido de fútbol en Bursa no son aceptables y no son apropiadas para el deporte”, dijo en Twitter.
Pero la policía dentro del estadio no tomó ninguna medida ante las agresiones de los aficionados del Bursaspor durante todo el partido, a pesar de las advertencias del ministro del Interior.
Mientras tanto, el Colegio de Abogados de Diyarbakır presentó una denuncia penal en relación con la multitud que se había manifestado contra los jugadores del Amedspor el sábado por la noche, pidiendo a las autoridades que prohibieran la entrada a los estadios a las personas identificadas como implicadas en ataques racistas.
Los jugadores del Amedspor también sufrieron agresiones a la salida del terreno de juego y en su vestuario, informó el club en su cuenta oficial de Twitter.
“¿Se suponía que nuestros jugadores debían morir para que se detuviera el partido?”, preguntó el club, dirigiéndose a la cuenta de Twitter de la Federación de Fútbol de Turquía.
El hashtag #Amedsporyalnızdeğildir (#Amedsporisnotalone) se masificó en Twitter en Turquía, y muchos condenaron los ataques, mencionando en particular que muchas personas en el sur de Turquía, incluido Diyarbakır, han estado luchando con la falta de refugio, comida y agua limpia, y están de duelo por las vidas de sus seres queridos, tras los terremotos del 6 de febrero.
El Partido Democrático de los Pueblos (HDP) ha publicado la siguiente breve declaración en relación con los hechos: “Condenamos los ataques racistas contra Amedspor en Bursa. La atmósfera en la que viaja el espíritu de los asesinos de los 90 y los remanentes del JITEM no entorpecerá al Amedspor ni acabará con la esperanza de paz. Los responsables deben rendir cuentas ante la ley. Somos millones los que no nos arrodillaremos ante el fascismo”.
FUENTE: Medya News / Traducción: Rojava Azadi Madrid / Edición: Kurdistán América Latina
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