Gran parte del lago Urmia, situado en la ciudad de Urmia, en el Kurdistán iraní (Rohjilat), ya se ha secado. Este cambio provoca tormentas de sal que contaminan las ciudades y granjas cercanas. Estas tormentas también causan problemas medioambientales y sanitarios a las personas y animales que viven en sus cercanías. Según los informes, en el futuro pueden producirse más tormentas de sal.
Una de las principales razones de la desecación del lago es la construcción de presas. Para reducir los costes de construcción, la República Islámica de Irán ha rellenado algunas partes del lago con arena y piedras. Esta medida ha bloqueado el flujo natural del agua y ha provocado gradualmente el vaciamiento del lago.
Los activistas medioambientales creen que los esfuerzos de restauración de las autoridades se quedan sólo en el papel, con el objetivo de saquear el presupuesto de la restauración del lago. A pesar de los muchos y vistosos programas y promesas, la realidad es que ninguno de estos esfuerzos ha mejorado la situación. El hecho de que las autoridades no hayan tomado precauciones demuestra su falta de atención ante uno de los mayores desastres medioambientales de Irán.
FUENTE: JINHA / Traducción y edición: Kurdistán América Latina
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