Entre los blancos del Estado turco para doblegar al pueblo kurdo se encuentra la destrucción de la naturaleza. Por eso, los manantiales de Munzur, en la región kurda de Dersim, están siendo destruidos con excavadora.
Los manantiales, un lugar sagrado para la población aleví, representan uno de los tantos hábitats naturales de Kurdistán, además de tener una profunda carga histórica. Pero ahora, el gobierno de Ankara intenta transformar el área natural en un complejo comercial.
Desde el Centro de Investigación Dersim (Dersim Araştırmalar Merkezi) señalaron a través de Twitter que en la actualidad supuestamente se realiza un trabajo de “paisajismo”. Al mismo tiempo, en la institución denunciaron la utilización de máquinas de construcción a pesar de las promesas oficiales de no hacerlo.
“Consideramos este incidente como un ataque a uno de nuestros lugares de culto. Hacemos un llamado a los responsables para que se abstengan de cometer este error”, manifestaron desde el centro de investigación.
La oficina del gobernador de la provincia de Dersim (Tunceli, para el Estado turco) había prometido previamente, debido a las fuertes protestas, que no se usarían excavadoras en los manantiales de Munzur.
Para la población aleví de la zona, el paisaje fluvial y montañoso del río Munzur es un símbolo de su región, que consideran un milagro único. Además del suministro de agua, la pesca y otros aspectos económicos, el Munzur tiene un estatu de lugar sagrado ante los ojos de la población local.
El río Munzur está directamente asociado con casi todas las mitologías, leyendas y tradiciones de Dersim. Lleva el nombre del pastor Munzur Baba, quien, según la leyenda, derramó suero de leche en la actual región cerca del distrito de Ovacık, creando así los 40 manantiales de Munzur.
Esta zona es un área que estaba protegida por el Estado turco bajo la figura de “parque nacional” y donde las actuales intervenciones son ilegales. Además, los manantiales están, teóricamente, protegidos por convenios internacionales que han sido ratificados por Turquía.
A principios de agosto, medios locales denunciaron que el gobierno turco buscaba cerrar la zona cerca del distrito de Ovacık y rediseñarla para obtener ganancias, sin ningún tipo de consulta con la población. Es más, desde el Estado enviaron militares y policías con el fin de prohibir cualquier tipo de reunión o asamblea al respecto.
El integrante del Partido Democrático de los Pueblos (HDP), Ali Önlü, denunció a la agencia ANF que “el gobierno hizo estas cosas incluso antes de 1938 (año del genocidio cometido por el Estado contra la población de Dersim) en nombre de estar ‘invirtiendo’. Se construyeron caminos y bases militares en nombre de la civilización. Todo esto tenía como objetivo separar el población desde sus raíces históricas”.
Önlü advirtió que al ver tanques, artillería y excavadoras es un lugar religioso y sagrado como Munzur, se demuestra la “mentalidad de destrucción hacia este pueblo y este país” por parte del Estado turco.
“Tratan el idioma, la fe y la identidad de estas personas con falta de respeto. En el momento de la resistencia de Gezi, el líder del AKP (partido gobernante) había difundido la mentira de que la gente iba a las mezquitas con zapatos. Pero aquí, en los manantiales Munzur, marchan con armas. Las calles están cerradas y controlan a las personas, lo que tienen en sus bolsillos. Solo permiten un cierto número de personas. Este no solo es un centro de fe, sino también de cultura y vida. Las protestas de la gente en Dersim, las instituciones religiosas y la organización de la sociedad civil son importantes y son un derecho. Este es un ataque inaceptable”, expresó Önlü.
Ante la situación que se atraviesa en los manantiales de Munzun, Hasan Şen, secretario general de la Federación de Asociaciones Dersim, declaró que el gobierno de Ankara quiere prolongar el genocidio iniciado en la década de 1930 del siglo pasado.
“Así como la mezquita de Al Aqsa, en Jerusalén, es un lugar de culto para otros, los manantiales de Munzur son un lugar de devoción para nosotros –apuntó Şen-. Para nosotros, las devociones no son algo que solo tienen lugar entre cuatro paredes. Incluso proteger la naturaleza o un solo árbol es cuidar un lugar de culto”.
El representante de la federación recordó que los manantiales de Munzur son el punto más alto de la cuenca del Éufrates, y que el agua fluye de Dersim a Anatolia, de Siria a Irak y de Kuwait al Golfo Pérsico. “Un pez en el Golfo tiene derecho a esta agua, al igual que la cabra montés en la región de origen. Este derecho debe ser respetado”, ejemplificó.
Según Şen, el verdadero propósito del proyecto estatal en Munzur es alienar a la gente de Dersim. “Eso era lo que se quiso hacer cumplir en Dersim en 1938. Se cometió un genocidio con este fin, y esto es una continuación de eso. Los manantiales Munzur son un importante lugar de culto para nosotros y se convertirá en un sitio comercial”, expresó.
El especialista estimó que “la gente de Dersim está en contra de este proyecto. No lo queremos y haremos todo lo que podamos para prevenirlo”.
FUENTE: ANF / Edición: Kurdistán América Latina