Siria fue el pegamento que unió a Turquía y Rusia en los últimos años, pero las continuas tensiones sobre la provincia de Idlib, en el noroeste de Siria, han expuesto los límites de la cooperación entre dos países, dijo el analista Galip Dalay.
Los desarrollos que se dan en Idlib “contrastan con la imagen emergente de las relaciones turco-rusas en los últimos años, que fueron mejorando rápidamente (atrayendo mucho el escrutinio internacional)”, dijo Dalay en un análisis para el Brookings Institute.
El gobierno sirio respaldado por Rusia lanzó en abril pasado un asalto a Idlib, la última provincia importante controlada por los rebeldes en el país, a pesar de un acuerdo de 2018 entre Ankara y Moscú que tenía como objetivo establecer una zona desmilitarizada en la provincia, que alberga a unas tres millones de personas, incluidas muchas desplazadas por la guerra civil de Siria.
Unas 700.000 personas huyeron hacia la frontera turca cuando el gobierno sirio intensificó su ataque a la provincia en las últimas semanas, mientras que 13 soldados turcos fueron asesinados por bombardeos sirios en Idlib.
“Siria estaba en el centro del deterioro de las relaciones entre Turquía y Estados Unidos, ya que Washington cooperó con las milicias kurdas en el país en la batalla contra el Estado Islámico, ignorando las preocupaciones de seguridad nacional de Ankara”, dijo Dalay. Por otro lado, la aceptación rusa de las operaciones militares de Turquía contra las fuerzas kurdas en el noroeste de Siria, los acercó, puntualizó.
“Por lo tanto, el pegamento de las relaciones Moscú-Ankara fue Siria, pero para ser más precisos, fueron los kurdos sirios”, señaló Dalay. El analista agregó que el proceso de Astana que involucra a Turquía, Rusia e Irán, y el acuerdo de Sochi de 2018 sobre Idlib, también habían reformado las relaciones entre Turquía y Rusia.
“Pero Turquía y Rusia prevén diferentes escenarios para el final del juego en Siria”, afirmó Dalay.
“Si bien Rusia y su socio en Damasco se centraron durante mucho tiempo en ganar la guerra civil en otras partes de Siria, el reciente ataque a Idlib arrojó luz sobre las diferencias entre Rusia y Turquía y expuso los límites de su cooperación”, aseveró.
Más allá de Siria, Turquía y Rusia tienen aspiraciones estratégicas competitivas para casi todos sus intereses compartidos, analizó Dalay, y estimó que las relaciones caracterizadas por la desconfianza en lugar de la convergencia geopolítica tenían límites desde el principio.
FUENTE: Ahval / Traducción y edición: Kurdistán América Latina