Este miércoles el ejército turco bombardeó la aldea de Hoshan, la carretera M4 y el barracón de Saqir, al oeste de Ain Issa, ciudad del norte de Siria.
Fuentes locales informaron a la agencia de noticias ANF que en el ataque se utilizaron bombas de racimo. Un civil resultó herido.
No es la primera vez que el Estado turco utiliza este tipo de armamento, prohibido por los convenios internacionales, concretamente por la Convención de Oslo, que entró en vigor el 1 de agosto de 2010.
Las bombas de racimo se utilizaron anteriormente contra asentamientos civiles y fuerzas guerrilleras en varias ocasiones en el sur del Kurdistán (Bashur, norte de Irak).
Estas bombas suponen un peligro a largo plazo. Pueden no explotar después de ser lanzadas y estallar en cualquier momento. Según Handicap International, los residuos de las bombas de racimo mataron al menos a 149 personas en ocho países y regiones en 2018. Un total de 26 países y regiones aún soportan los restos químicos de estas bombas.
En el marco de los intentos de invasión de Turquía en el norte y el este de Siria, se conoció que en el cantón kurdo de Afrin, ocupado ilegalmente por el Estado turco y sus mercenarios, el grupo terrorista Jabhat al-Shamiya secuestró a Mahir Miqdad, un pobladorde la localidad de Dersiwan, en Shera, y lo llevaron a la ciudad Azaz. Luego del secuestro, los terroristas pidieron un rescate de 5.000 dólares.
Desde marzo de 2018, el régimen turco y sus aliados aplican en Afrin un sistema de saqueos, cambio demográfico y represión sistemática. Entre el 29 de julio y el 23 de agosto, los terroristas secuestraron a al menos a 101 personas en la región, según la Organización de Derechos Humanos de Afrin (ODHA). Del total de personas, 17 son mujeres y tres son menores de edad.
Por su parte, desde la Dirección de Lugares Históricos de Afrin se reveló que más de 60 lugares históricos han sido saqueados por Turquía. Sólo en 2021, se realizaron excavaciones con maquinaria de construcción en 15 montículos de asentamientos. Durante la invasión en 2018, el templo de Ishtar de Ain Dara fue destruido por un ataque aéreo turco. Entre los sitios destruidos y saqueados se encuentran lugares considerados patrimonio cultural de la humanidad por la UNESCO.
El copresidente de la Dirección de Lugares Históricos, Selah Sîno, consideró que la destrucción y el saqueo son una estrategia histórico-política del Estado turco. Para el funcionario, Turquía “intenta destruir la historia. Quiere imponer su propia comprensión de la historia en la región y distorsionar las realidades. El Estado turco se ocupa de la historia otomana, que quiere imponer en Afrin. Está violando el Acuerdo de La Haya de 1954. Está violando el derecho internacional, pero nadie dice nada”.
“En la zona de Nabi Huri se realizaron excavaciones con maquinaria de construcción. El cementerio romano, situado a 650 metros de Nabi Huri, fue excavado y saqueado. En 2019, un mosaico de Nabi Huri fue arrancado y sacado del país a través de rutas de contrabando. La Dirección de Lugares Históricos de Afrin ha documentado este crimen”, denunció.
El mausoleo de Nabi Huri (“Profeta Huri”), venerado como sufí cumplidor de deseos tanto por los musulmanes como por los cristianos, se encuentra fuera de las murallas del sitio helenístico de Cyrrhus, situado en el actual distrito de Shera, cerca de Afrin, en la zona de Çiyayê Kurmênc. La ciudad, también conocida como “Hagioupolis” o “Khoros”, data del año 280 a.C. (época helenística).
FUENTE: ANF / Edición: Kurdistán América Latina
Be the first to comment