Los ecologistas han salido a las calles de Estambul para protestar contra la incapacidad del Estado turco para combatir los devastadores incendios forestales que asolan al país. Los activistas realizaron una concentración frente a la Ópera de Süreyya, en Kadiköy. A ellos se sumó, entre otros, el diputado del CHP, Ali Şeker. En una pancarta podía leerse: “¡Turquía está en llamas, no pueden gobernar! ¡No mires, interviene!”.
En un discurso, el político del CHP se quejó de que el gobierno había tardado un año en responder a una pregunta parlamentaria sobre la protección contra los incendios y de la queja que afirmaba que no tenía aviones hidrantes. Şeker advirtió que los incendios se extenderán por la falta de acción y pidió un mayor compromiso con la naturaleza.
Utku Şahin leyó una declaración en nombre de la Alianza de Estambul para el Desarrollo Urbano, la Naturaleza y la Ecología, en la que criticó que Turquía llevara escasas semanas luchando contra los previsibles incendios forestales.
A pesar de que los científicos ya habían predicho grandes incendios en julio y agosto, dos semanas antes del inicio de los mismos el Ministerio de Agricultura todavía no había tomado ninguna medida. “A pesar de las advertencias pertinentes, el ministerio responsable de la protección de los bosques no hizo los preparativos adecuados en tres años –remarcó-. Tampoco ha cumplido con su responsabilidad de proporcionar equipos y personal para luchar contra el fuego. A pesar del aumento de los ingresos, no han mejorado los recursos necesarios ni las condiciones de trabajo”.
“Debido a que el ministerio no proporcionó la infraestructura necesaria para luchar contra los múltiples focos de los incendios que arden al mismo tiempo, entregó sus grandes áreas forestales al fuego”, dijo Şahin, señalando que pueblos enteros habían ardido en distritos como Marmaris, Manavgat y Milas. “Muchos animales murieron y las casas se redujeron a cenizas”, agregó.
Şahin detalló que “el oeste del país está expuesto al fuego, mientras que el este está expuesto a las inundaciones. El hielo del glaciar del monte Ararat se está derritiendo y está provocando inundaciones en Van: los animales han muerto en masa, las casas se han derrumbado sobre las cabezas de la población y nadie habla de las peticiones de ayuda de los habitantes de la región. Por si todo esto fuera poco, se han lanzado paquetes de té a las víctimas del incendio en el oeste. Y como si los animales no fueran seres vivos, simplemente dijeron: ‘Pagaremos por ello’”.
El activista denunció que “el gobierno y la industria se han beneficiado en este tiempo y han impulsado numerosos proyectos con los que se incrementa la destrucción ecológica”. Şahin destacó que el gobierno del AKP tiene una política basada en la industria del hormigón y el asfalto, algo que hace insoportable la vida en las ciudades.
FUENTE: ANF / Edición: Kurdistán América Latina
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