Duras denuncias contra el cambio demográfico en Afrin

La Administración Autónoma de los cantones de Afrin y Shehba, en el norte de Siria, difundió esta semana una declaración en la que se denunció el asentamiento de extranjeros en los territorios ocupados ilegalmente por Turquía y el cambio demográfico en la región.

La declaración se hizo en el campamento de Serdem, en Shehba, con la participación de desplazados internos de Afrin y representantes de la Administración Autónoma del Norte y el Este de Siria (AANES). La declaración fue leída por los concejales del cantón de Afrin, Mistefa Nebo y Rêgaz Lolo.

En el comunicado se señaló que los conflictos entre los movimientos radicales apoyados por Turquía continúan a expensas del pueblo. “El pueblo desplazado de Afrin y los partidos e instituciones de Shehba condenan las políticas del Estado de ocupación turco para el cambio de la estructura demográfica de Afrin y el asentamiento de los palestinos en las casas de los ciudadanos desplazados, especialmente los kurdos, con el apoyo de Qatar y algunas facciones palestinas”, remarcaron.

En la declaración se reaccionó al silencio de las organizaciones de derechos humanos, por lo cual se exigió “que las violaciones cometidas sean documentadas, registradas y expuestas lo antes posible. El público también debe ser informado, y los asesinos deben rendir cuentas”.

En el texto se detalló que “el Estado turco ocupa gran parte del norte y el este de Siria en violación del derecho internacional. Los territorios ocupados están vinculados de facto a la administración turca por sus gobernadores provinciales y están dominados por milicias comandadas por Turquía. Estos grupos están formados en gran parte por los restos del ISIS, el antiguo Frente Al-Nusra, pero también por milicias yihadistas como Ahrar al-Sham o Faylaq al-Sham. Entre ellos, hay conflictos regulares por el saqueo o el territorio. Hay un clima de terror. Los secuestros, las torturas y las ejecuciones extrajudiciales son moneda corriente. Estas condiciones significan que cada vez más los habitantes originales tienen que abandonar la región. En su lugar se alojan colonos leales”.

“El resto de la población kurda está sometida a una campaña de asimilación, ya que el Estado turco está llevando a cabo un plan de tres etapas en el norte y el este de Siria –alertaron-. Primero se desplaza a la población kurda, luego se arabiza la región y finalmente se turquifica”.

Según la Organización de Derechos Humanos de Afrin (ODHA), se están construyendo asentamientos coloniales en Afrin con el apoyo de las llamadas organizaciones benéficas Helping Hand For Relief and Development (Mano Amiga para el Alivio y el Desarrollo – HHRD) y Swasia Charity Foundation, ambas con sede en Estados Unidos.

Según se informó, ambas organizaciones están desempeñando un papel en la construcción de complejos residenciales coloniales cerca de la aldea de Kafr Rum, en el distrito de Shera, y en el asentamiento de Helping Hand, cerca del centro de la ciudad de Afrin. Además, se ha informado de que la organización International Relief and Development está construyendo 100 casas en una granja de la aldea de Kubala, en el distrito de Sherawa.

El cantón de Afrin es el más occidental de Rojava y del norte y este de Siria, hogar de 200.000 personas de etnia kurda. Aunque la población era mayoritariamente kurda, era el hogar de diversos grupos religiosos, incluidos yazidíes, alauitas y cristianos, junto con musulmanes suníes.

El 20 de enero de 2018, Turquía lanzó ataques aéreos contra 100 localidades de Afrin, como inicio de una invasión que denominaron “Operación Rama de Olivo”.

La Fuerza Aérea turca bombardeó indiscriminadamente a civiles, así como a posiciones de las YPG/YPJ, mientras que facciones y milicias organizadas bajo el paraguas del Ejército Nacional Sirio (ENS), respaldado por Turquía, llevaron a cabo un asalto terrestre.

Para el 15 de marzo, las milicias respaldadas por Turquía habían rodeado la ciudad de Afrin y sometido a bombardeos. Un ataque aéreo turco alcanzó el único hospital en funcionamiento de la ciudad, matando a 16 civiles.

Los civiles huyeron y las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) se retiraron, y el 18 de marzo Turquía ocupó de facto Afrin. Entre 400 y 500 civiles murieron en la invasión, en su inmensa mayoría como resultado de los bombardeos turcos. Otros civiles fueron ejecutados sumariamente.

Antes de la invasión turca, Afrin había sido una de las zonas más pacíficas y seguras de Siria, y prácticamente nunca había entrado en combate durante la guerra civil, pero sí tuvo escaramuzas ocasionales entre las YPG/YPJ y las fuerzas yihadistas en sus fronteras. Como resultado, Afrin ofreció refugio pacífico a más de 300.000 desplazados internos de otras partes de Siria.

Antes de la invasión turca, la población de Afrin estaba compuesta por más del 90 por ciento de kurdos. Según diversas fuentes, este porcentaje se ha reducido entre el 15 y el 22 por ciento debido a la ocupación. Los 300.000 desplazados internos de Afrin confirman estas cifras. Al mismo tiempo, más de 450.000 personas fueron reasentadas en Afrin, principalmente miembros de grupos mercenarios y sus familias, así como refugiados de otras partes de Siria con vínculos con Turquía. La Fundación Barzani y el partido del calan Barzani (PDK-ENKS) desempeñan un papel importante en los movimientos expansionistas de Turquía. Desde el comienzo de la revolución de Rojava, el PDK y el ENKS han estado tratando de desestabilizar la región a través de ataques terroristas, apoyo a mercenarios islamistas y campañas de difamación contra la Administración Autónoma de Rojava y allanar el camino para una ocupación turca. La ocupación de Afrin ha dado lugar a un régimen de terror.

Al mismo tiempo, se prohibió el idioma kurdo y se colgaron banderas turcas y fotos del presidente Erdogan por todas partes. Se expidieron documentos de identidad turcos. Los topónimos fueron turquificados. Por ejemplo, la plaza Azadî pasó a llamarse plaza Atatürk. Además, los lugares sagrados yazidíes fueron saqueados y destruidos.

Alrededor de 9.000 personas han sido secuestradas en los últimos años, y alrededor de un tercio de ellas siguen desaparecidas. Estos actos atroces fueron cometidos por Hayat Tahrir al-Sham, un afiliado de al-Qaeda, así como por los remanentes de ISIS y extremistas de derecha turcos. Solo en los últimos seis meses, 12 personas han sido asesinadas por los ocupantes y 173 han sido secuestradas.

FUENTE: ANF / Edición: Kurdistán América Latina

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