En Raqqa dos hermanas han superado la norma social y han abierto un taller de carpintería. Ahora trabajan con ocho empleados. El negocio les va bien.
En al-Raqqa, las hermanas Sevsen y Betul al-Hamud rompieron con la idea social de “profesiones masculinas” y abrieron un taller de carpintería. Las dos mujeres son de Deir ez-Zor, toda la familia se ha trasladado a al-Raqqa. Betul, de 22 años, vive con su marido y sus dos hijos. Su hermana Sewsen, que es dos años mayor, vive con sus hijos y sus padres. Su marido fue asesinado en Deir ez-Zor por los islamistas.
Después de mudarse a Raqqa, las hermanas buscaron trabajo y se formaron durante siete meses en un taller de carpintería cerca del ayuntamiento. Les gustaba el trabajo y querían ganarse la vida con él.
Con el apoyo de una organización humanitaria que trabaja en Raqqa, pudieron alquilar un taller de carpintería. Como su familia también les apoyaba, los prejuicios de la sociedad no eran un obstáculo. Hoy en día, hay ocho empleados que trabajan en el taller de carpintería, además de Sewsen y Betul.
“Tenemos muchos productos de madera diferentes. A petición hacemos muebles de dormitorio o de oficina. El negocio va bien y nuestros productos son más baratos que en otros lugares”, afirma Betul al-Hamud dice sobre su trabajo.
Las hermanas planean ampliar su taller en el futuro y quieren firmar contratos con empresas. En cuanto a las dificultades que surgen en su trabajo profesional, Betul cuenta: “Por supuesto que hay dificultades en este trabajo. Por ejemplo, a veces es difícil levantar los muebles fabricados. El hecho de que la sociedad no considere la carpintería como una profesión femenina no nos ha influido. Al contrario, trabajamos diariamente para seguir desarrollándonos”.
ANF/REDACCIÓN