En noviembre de 2014 comenzó la batalla por reconquistar la ciudad iraquí de Sinjar (Shengal-Şengal en kurdo) de las manos de ISIS.
Meses antes, los combatientes extremistas del Estado Islámico (ISIS o Daesh) habían irrumpido en la provincia ante la indefensión de la población de mayoría yezidí, un grupo social con religión de origen zoroastrista e idioma kurdo.
Tanto el ejército de Iraq como los “peshmerga” del gobierno regional del Kurdistán iraquí de Masud Barzani se retiraron de la zona abandonando a su suerte a la población. ISIS masacró a la población yezidí a la que considera blasfema. Miles de mujeres, jóvenes y niñas fueron secuestradas y vendidas en mercados como esclavas.
Cientos de miles de yezidís huyeron, muchos a las montañas junto a la ciudad de Şengal.
En ayuda de la población yezidí sólo acudieron las milicias kurdas de distintos territorios, del Kurdistán sirio (Rojava) las YPG-YPJ, del Kurdistán turco (Bakur) las HPG del PKK, y además ayudaron a que los Yezidí organizasen sus propias milicias de autodefensa, las YBŞ.
Entre todos estos grupos aseguraron un corredor humanitario desde Şengal hasta Rojava que salvó la vida a la mayor parte de la población yezidí. La ciudad quedó completamente devastada por ISIS, librándose una batalla con las milicias kurdas casa por casa.
La liberación completa de la ciudad no se consiguió hasta los primeros meses de 2016.
Los yezidí consideran que fueron traicionados por el gobierno del Kurdistán iraquí al retirar sus tropas de la zona.
El gobierno del Kurdistán Iraquí sigue siendo hostil a esta población, a la que tiene sometida a un completo bloqueo y embargo económico, y a la que incluso amenaza con atacar por su apoyo al modelo de Confederalismo Democrático establecido en Rojava.
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FUENTE: Rojava Azadi