La Comisión de Antigüedades (CA) en la región kurda de Afrin, en el norte de Siria, documentó una serie de violaciones por parte de las fuerzas ocupantes turcas sobre los sitios arqueológicos. El objetivo es enviar la investigación a la UNESCO.
Los sitios arqueológicos más expuestos a las violaciones y a la destrucción fueron los monumentos que demuestran la existencia de civilizaciones de miles de años. Las antigüedades también fueron uno de los principales objetivos de los ataques de la ocupación turca.
Desde el primer día de los ataques turcos el 20 de enero de 2018 a Afrin, los principales blancos fueron los sitios arqueológicos estratégicos como Ain Dara y del profeta Hori (Nebi Hori), seleccionados por la UNESCO como monumentos históricos.
Después de la ocupación turca, los mercenarios lanzaron una campaña de destrucción contra sitios arqueológicos, donde robaron antigüedades y vendieron a comerciantes turcos para luego ser enviadas a otras partes del mundo.
La CA trató de documentar todos los sitios arqueológicos que habían estado expuestos desde el primer día de la agresión turca.
El copresidente de la CA, Hamid Nasir, indicó que la comisión nunca dejó “de buscar los hechos y violaciones que están expuestos a diario en Afrin”. Nasir señaló que el trabjo de la CA prosiguió pese a la ocupación turca y la prohibición a ingresar a la región kurda. Para el representante del CA, el objetivo es documentar el “robo, saque y destrucción” producida por el Estado turca y sus aliados.
Desde la CA, alertaron que muchas colinas que contienen restos arqueológicos están expuestas al proceso de demolición, destrucción y excavación para buscar monumentos y tesoros, en hechos totalmente ilegales.
En Afrin, hay 92 restos arqueológicos dispersos por los pueblos y distritos del cantón, los cuales fueron destruidos. La comisión además documentó la destrucción de 35 sitios arqueológicos.
Una de las colinas documentadas recientemente por la comisión con videos e imágenes es Tel Zrafke, donde se puede ver a una excavadora que destruye gran parte de la zona. También hay registros de zonas bombardeadas por la aviación turca.
Entre los sitios arqueológicos que están siendo robados y destrozados está la Iglesia Marmaron, en la antigua aldea de Brad, que se colocó en 2011 en la lista de protección de antigüedades de la UNESCO. Según la historia, el fundador de la comunidad maronita, Saint Maron, fue enterrado en Brad. La CA denunció en su momento que la iglesia fue destruida por las tropas de la ocupación turca.
A su vez, se documentó la destrucción de pinturas en mosaico y el robo de piezas, especialmente en las ruinas de Raza, en el pueblo de Tirmsha, en el distrito de Rajo. Otros santuarios religiosos destrozados fueron los del pueblo yezidí.
A pesar de que la CA presentó numerosos archivos y documentos a Naciones Unidas, la UNESCO y otros organismos internacionales, hasta ahora no se tomó una medida concreta, a nivel internacional sobre el robo y la destrucción de los sitios arqueológicos de Afrin.
El Director General de Antigüedades y Museos en Siria, Mahmoud Hammoud, dijo en los medios que Turquía había robado 16.000 piezas de antigüedades del país desde el comienzo de la guerra.
A finales de abril, el gobierno sirio volvió a denunciar a los terroristas apoyados por Turquía y reveló que realizaban excavaciones arqueológicas a gran escala en tierras agrícolas y colinas de Afrin en busca de antigüedades y tesoros auríferos.
Según la agencia de noticias SANA, los terroristas centraban sus actividades de excavación en cementerios y lugares cercanos al sitio arqueológico de Tal Janders y a las ruinas del sitio del Profeta Hori. Al mismo tiempo, se advirtió que todo ese trabajo ilegal se lleva a cabo bajo la supervisión de las autoridades de Turquía.
Algunos grupos recibieron desde territorio turco modernas herramientas de perforación y buldóceres facilitados por miembros del gobierno de Recep Tayyip Erdogan, señalaron desde el gobierno de Damasco.
FUENTE: Shervin Mustafa / ANHA / Russia Today / Traducción y edición: Kurdistán América Latina