Las voces contra la invasión de Turquía a la región kurda de Afrin crecen día a día. Denis Naki, el futbolista más reconocido del pueblo kurdo, se encuentra en huelga de hambre frente a la sede de la ONU para denunciar las masacres cometidas por el ejército turco.
Dicen que es un mediocampista con llegada y buen juego. Uno de esos 8 que no se ven tan seguido. Que además es aguerrido cuando va a trabar una pelota y que no se calla a la hora de denunciar los crímenes que comente el Estado turco contra el pueblo kurdo.
Deniz Naki, que nació el 9 de julio de 1989 en Alemania, se encuentra por estos días en huelga de hambre junto a decenas de personas frente a la sede de Naciones Unidas en Ginebra, Suiza. ¿La razón? Denunciar, de la forma que sea, los masivos bombardeos de la aviación turca sobre la región kurda de Afrin, en el norte de Siria, que comenzaron el pasado 20 de enero y tuvieron como consecuencia el asesinato de más de 300 pobladores y la huida de más de 200 mil civiles que se refugiaron en la región de Shehba, en el norte de Alepo.
La historia de Naki es la misma que la de millones de kurdos y kurdas que fueron expulsados de su territorio histórico. El jugador, que comenzó su carrera en la reserva del Bayer Leverkusen, es hijo de padres kurdos, que pertenecen a la minoría aleví del Kurdistán del Norte (Turquía). Desde Naciones Unidas, Naki sintetizó la razón de la protesta: “Exigimos que el ejército turco y sus aliados islamistas se retiren de Afrin y pongan fin a esta agresión”.
En declaraciones recogidas por el portal Play Ground, Naki apuntó a la complicidad del gobierno alemán con Ankara. “Alemania lleva armas a Erdogan, está claro que la guerra contra la gente de Afrin se está llevando a cabo con esas armas”, afirmó.
Siendo joven, Naki integró la selección alemana sub-19 y jugó en el Europeo Sub-19 de 2008. Un año después, fue cedido al Rot Weiss Ahlen, en donde participó en once partidos y marcó cuatro goles. El 8 de febrero de 2009 hizo su debut en la Bundesliga y en junio de ese año fichó para el FC Sant Pauli, que jugaba en el ascenso alemán. El Sant Pauli, club del barrio obrero de Hamburgo, se declaró antifascista en sus estatutos y fue el primer equipo alemán en prohibir la simbología nazi en su estadio. Jugando con esos colores, Naki convirtió un gol en la cancha del Hansa Rostock y lo celebró frente a la tribuna contraria, donde muchos de sus hinchas son abiertos fascistas, haciendo señales de cortarles el cuello. Al final del encuentro, Naki clavó en el césped una bandera del Sant Pauli.
Un futbolista perseguido
La lucha del pueblo kurdo está literalmente tatuada en la piel de Deniz Naki. En su brazo derecho tiene la palabra “Azadî”, que en kurmanjî significa “Libertad”. En su otro brazo tiene tatuado “Dersim 62”, región kurda de donde proviene su familia, de mayoría aleví y conocida por estar conformada por un pueblo combativo y rebelde. En 1937, en esa zona el Estado turco cometió una de las peores masacres que sufrió el pueblo kurdo en su historia, además de aplicar una política de recolonización, trasladando a miles de colonos turcos al lugar para borrar las huellas históricas y culturales de los kurdos. Naki también tiene tatuado al argentino-cubano Ernesto “Che” Guevara.
Cuando Deniz Naki volvió a su tierra, se sumó al Gençlerbirligi turco en 2013 pero apenas un año después decidió retornar a Alemania. La causa fue las agresiones que recibió en plena calle cuando lo golpearon luego de que manifestó su respaldo a la lucha de los pobladores de Kobanê. Con un ojo morado, Naki dijo: “Pude defenderme. Fueron sólo puños, pero un día podría ser un cuchillo. Ya es suficiente, ya no me sentía seguro. Tres personas se acercaron a mí, cuando estaba de compras, me rodearon y empezaron a descalificarme con insultos sobre mi identidad kurda y aleví”. Y agregó: “Aunque me vaya, quiero que sepan que el miedo no va a detenerme para defender los valores que sostengo”.
La ira del gobierno turco ante cualquier manifestación de rechazo a sus políticas y demostraciones de oposición son castigadas con todo el peso de la ley. Naki no fue ajeno a esto. En su cuenta de Twitter (@DenizDersimNaki), el jugador subió en 2015 una foto en la que está junto a Selahattin Demirtas, ex copresidente el Partido Democrático de los Pueblos (HDP), diputado electo y encarcelado desde el año pasado junto a otros 10 legisladores de la organización. Ese mismo año, Naki escribió una frase que hizo que su sentencia se acelerara: “¡Hello world Kobane is free!”, en referencia a la liberación por parte de las Unidades de Protección del Pueblo (YPG/YPJ) de la ciudad kurda del norte de Siria, que estuvo tomada por el Estado Islámico durante 150 días.
La carrera futbolística de Naki continuó en el AmedSpor, el equipo de Diyarbakir (Amed), la capital histórica de Kurdistán. Cuando fue fundado, el equipo se llamaba Diyarbakir Belediye Spor, pero en 2014 se decidió cambiar el nombre por el actual, que en lengua kurda es la denominación original de la ciudad.
En 2015, Naki fue sancionado por la federación turca de fútbol con una suspensión de 12 fechas, acusado de “propaganda ideológica” tras dedicar en las redes sociales la victoria frente al Bursaspor a los pobladores kurdos muertos por los ataques del Ejército turco. “Esta ha sido un importante victoria para nosotros –expresó Naki al finalizar el partido-. Supimos superar las trampas que rodeaban a este partido con la cabeza alta y la consciencia limpia. Nos llena de orgullo ser un pequeño rayo de esperanza para nuestra gente en estos tiempos difíciles. No somos sumisos y nunca lo seremos. Esta noche entramos en el campo pensando en la libertad. Porque hemos plantado nuestras semillas de libertad y esperanza. Agradecemos a todos los políticos, artistas, pensadores y a la gente que ha estado con nosotros. Ofrecemos esta victoria como regalo a todos aquellos que han sufrido y muerto bajo la opresión los últimos 50 días en nuestra tierra. Larga vida a la libertad (Her biji Azadi, en kurdo)”.
En abril de 2017, Naki fue condenado a 18 meses de libertad condicional, acusado de presunta “propaganda terrorista” a favor del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que desde 1978 lucha por la liberación del pueblo kurdo.
A principios de 2018, el jugador fue víctima de un atentado. El auto que manejaba en la autopista A4, en las cercanías de Düren, Alemania, recibió dos impactos de bala. “Había una camioneta negra a mi lado. Un disparo estaba justo encima del neumático trasero izquierdo, otro entre dos ventanas del automóvil en el lado izquierdo”, declaró Naki a la prensa. Y aseguró: “Creo que esto es algo político. Soy un objetivo en Turquía porque soy pro kurdo. El ataque me muestra que no estoy seguro en ninguna parte. Sospecho que el tirador era un agente del gobierno turco o un turco de derecha”.
A finales de enero, el Estado turco cayó sobre Naki con toda su fuerza. Después de que el jugador alentara a los kurdos y a las kurdas a denunciar la invasión militar a Afrin, la Junta Disciplinaria de Fútbol Profesional de Turquía (PFDK) suspendió al mediocampista de AmedSpor por tres años y seis meses, y le aplicó una multa por 58 mil euros.
Aunque las sanciones y amenazas del gobierno turco contra Naki se multiplican, el futbolista de 28 años sabe que el apoyo a su pueblo es tan importante como un buen pase dentro de la cancha. Sus raíces que su hunden en la combativa región de Dersim -lugar donde nació Sakine Cazis, una de las fundadoras del PKK, asesinada en París en 2013- ahora se aferran frente a la sede de la ONU para decir: “¡Basta a la invasión turca a Afrin!”.
FUENTE: Leandro Albani / La Tinta