Algunos gobiernos o algunos pueblos creían, y todavía lo creen, que lo que sucede en otros lugares de nuestro planeta no nos afecta, porque estamos aquí, distantes de lo que sucede en ese lugar lejano.
Cuando surgieron noticias del virus que provenía de China, algunas personas lo trataron como un virus que infectaba solo a los chinos y no a otras personas. Algunos pensaban que solo afectaría a “la raza amarilla”. Algunos han dicho que no afectará a los miembros de su religión, porque están en el camino correcto.
Algunos, algunos, algunos…
La cantidad fenomenal de racismo subconsciente que muchos tienen en nuestro mundo moderno es más aterradora que el virus mismo.
No olvidemos que algunos países negaron el problema del virus como si fuera un juego político, y algunos países no tomaron las medidas adecuadas. Hubo muchas falacias sobre cómo los gobiernos y los pueblos enfrentaron este peligro.
¿Pero nos preguntamos por qué?
Todos en este mundo están en una carrera por su vida. Algunos buscan dinero, otros buscan fama, otros buscan estabilidad psicológica. Otros viven solo para su familia.
Hay muchas razones para la transformación del ser humano, en este mundo moderno, en una máquina que come, bebe, trabaja, trabaja, trabaja, duerme, y luego vuelve a la rutina perpetua de todos los días.
Esta transformación en una máquina humana nos despojó de la conciencia humana, la conciencia de nuestra realidad, nuestra tierra y nuestras almas.
Nos hizo como alguien persiguiendo un espejismo.
El racismo subconsciente causó guerras, incendios, limpieza étnica y extremismo religioso, que dio lugar a grupos extremistas. Este extremismo penetró en las sociedades a medida que los virus penetran hoy.
Todas estas circunstancias y trastornos llevaron a la creación de la máquina humana, que está vinculada al individualismo y a los préstamos bancarios; la persona que buscó un sueño y pronto se vio envuelta entre sus medicamentos, su salud y su tratamiento psicológico, y entre todos esos días de estrés que vivieron tratando de construir su futuro, ese futuro que desafortunadamente no existe en nuestra región o nuestros países.
Todo esto y los preparativos de guerra que todos conocen: estamos en la cúspide de una tercera guerra mundial, que con su fuego puede devorarlo todo.
En medio de esas crisis, el coronavirus viene hacia nosotros.
Puede ser un virus como cualquier otro virus, pero la diferencia es el momento de su aparición este año.
La comunicación de masas moderna, la ciencia moderna, el dinero y la tecnología disponible han ayudado a hacer avanzar a las personas.
Ahora, después del coronavirus, los humanos están pensando más humanamente en otras partes del mundo, independientemente de su color, raza o religión, compartiendo su interés, sus temores y su futuro.
Lo que hace que esto sea diferente hoy en día es que los humanos unen sus esfuerzos y pensamientos humanos para sacar a la humanidad del colapso.
Los humanos de hoy se enfrentan a esta crisis.
El dinero, la fortuna, el automóvil o la casa no lo ayudarán, porque el enemigo no distingue entre los seres humanos, porque “humano” significa una sola cosa en su diccionario.
Hoy todas las ideologías caen frente a una ideología de que todos somos seres humanos. Porque no hay diferencia entre nosotros.
Hoy caen las teorías de la superioridad racial, religiosa o geográfica.
Hoy es importante el miedo y la preocupación por usted y su familia.
Tu conocimiento de que no eres solo una cosa, un número nacional o una cuenta bancaria, que no eres solo una cosa.
Eres existencia, eres conciencia, eres un espíritu flotando en su lugar.
Hoy debemos solidarizarnos unos con otros para escapar de este dilema. Después de que se produzcan cambios en nuestro mundo moderno, el mundo posterior a 2020 no será el mismo que antes.
Nuestra conciencia hacia el ser humano y hacia nuestra especie, hacia nosotros mismos y hacia otros que comparten este planeta con nosotros -desde animales, pájaros, peces y otras criaturas-, es el camino hacia la salvación y hacia un futuro mejor.
Los viejos conceptos, los valores obsoletos y los hábitos cansados no podrán hacer frente a tales crisis.
Debemos avanzar hacia nuevos conceptos y valores que puedan sobrevivir en todas las circunstancias, y en la más oscura de las circunstancias, valores que incluyen todo lo que nuestro planeta comparte con nosotros, lejos de la ignorancia y los mitos del pasado.
Los valores que nos permiten sobrevivir a estas crisis gobernarán el mundo después del coronavirus.
FUENTE: Hovik Kurd / Syrian Democratic Times / Traducción y edición: Kurdistán América Latina