Miles de personas sostienen desde hace casi dos semanas las protestas en varias regiones del Kurdistán turco (Bakur) en contra de la política represiva del gobierno del presidente Recep Tayyip Erdogan. La administración central ordenó el pasado 19 de agosto la destitución ilegal de los co-alcaldes de los municipios kurdos de Amed (Diyarbakir), Van y Mardin, una medida que generó un fuerte rechazo nacional e internacional.
Los municipios ahora son dirigidos interventores (fidecomisarios) enviados por Ankara, mientras que los operativos policiales contra dirigentes y militantes del Partido Democrático de los Pueblos (HDP) se incrementaron en los últimos días.
En las primeras horas luego de las intervenciones de los municipios, las fuerzas de seguridad turcas arrestaron a unas 400 personas asaltar distintas casas en docenas de ciudades. La represión desatada por la policía también alcanza a los propios diputados y diputadas del HDP, la tercera fuerza política del país.
En Amed, Van y Mardin, cientos de personas realizan sentadas como forma de protesta ante los atropellos cometidos por el gobierno de Erdogan.
Al mismo tiempo, se conoció que la denominada Unidad de Venganza “Mártir Çiyager Hevi” atacó el 25 de agosto una comisaría en el distrito de Yenisehir, en Amed. Según un comunicado difundido por la organización, en el lugar fue colocado un artefacto explosivo que causó daños materiales.
“Afirmamos que continuaremos atacando a la policía turca que ha invadido nuestra y atacado nuestro pueblo, que reivindica el respeto a su voluntad –señalaron en el texto-. Cada agente de policía invasor debería saber que tendrán que rendir cuenta por los ataques contra el pueblo kurdo, y que estamos aquí y en todas partes para que respondan por sus acciones. Estaremos tras ellos cada momento que respiren, trabajen o caminen por la calle”.
Por su parte, en uno de los lugares donde se desarrollan las sentadas, el del HDP por la ciudad de Batman, Necdet Ipekyüz, expresó: “No solo estamos aquí, también en Amed y Van la resistencia continúa. Las acciones de protesta están teniendo lugar en muchas ciudades de Turquía. Expresamos nuestra rabia de una forma extremadamente democrática. El Estado no quiere permitir que el pueblo respire. Hablo sobre la crisis económica, los asesinatos de mujeres y la política equivocada, que va más allá de las fronteras. Para poder intimidarnos y silenciar a la población, han recurrido a los fideicomisarios para gobernar nuestros municipios”.
Desde el HDP también denunciaron que luego del intento de golpe de Estado de 2016, cuando el régimen de Erdogan ordenó la intervención de docenas de municipalidades kurdas, los interventores enviados por Ankara cometieron hechos de corrupción y endeudaron a las regiones.
Al referirse a esta situación, Ahmet Sik, diputado del HDP por Estambul, manifestó que el partido de gobierno, el AKP, debe justificar los gastos excesivos de los ayuntamientos que controla. Sik afirmó que el AKP pagó millones de dólares a asociaciones religiosas, fundaciones y sectas.
Las nuevas intervenciones ordenadas por Erdogan también permitieron el despido masivo de trabajadores. Ayer, el interventor oficial del municipio de Mardin anunció el despido de 150 trabajadores de la Administración de Agua y Alcantarillado.
En tanto, Sevda Aydin, integrante de la Asociación de Abogados por la Libertad (ÖHP), calificó la medida gubernamental como un golpe político contra los municipios y un paso más hacia una “política fascista” oficial.
“No es más que la intimidación de la gente y los representantes que votaron cuando no has salido elegido. Además, si se observan las prácticas de los fideicomisarios en el período anterior, se podrán comprender las razones por las que nos negamos a trabajar con ellos: fueron contra los logros de las mujeres, de los kurdos, eliminaron nombres kurdos, cerraron los centros culturales”, denunció la abogada.
FUENTE: ANF / Edición: Kurdistán América Latina