El representante estadounidense Frank Pallone hizo pública el sábado pasado la carta bipartidista, firmada por 35 legisladores del Congreso, y enviada al presidente Joe Biden, en la que se expresa la oposición a la propuesta de venta de aviones de combate F-16 a Turquía.
Pallone publicó una copia de la carta en Twitter, diciendo que “no debemos apoyar a los militares de Turquía hasta que se tomen medidas tangibles para detener las acciones desestabilizadoras de Erdogan y las violaciones del derecho internacional”.
Los otros firmantes de la carta son: Karen Bass, Gus M. Bilirakis, Tony Cárdenas, Judy Chu, David N. Cicilline, Jim Costa, Mike Doyle, Anna G. Eshoo, Brian Fitzpatrick, Chuck Fleischmann, Louie Gohmert, Josh Gottheimer, Raúl M. Grijalva, Raja Krishnamoorthi, Susie Lee, Ted W. Lieu, Nicole Malliotakis, Carolyn B. Maloney, James P. McGovern, Grace Meng, Grace F. Napolitano, Chris Pappas, Donald Payne, Linda T. Sánchez, John Sarbanes, Jan Schakowsky, Adam B. Schiff, Brad Sherman, Albio Sires, Christopher H. Smith, Jackie Speier, David G. Valadao y Peter Welch.
“Hemos instado enérgicamente a que se rechace esta venta porque recompensaría al presidente Recep Tayyip Erdogan por ignorar los compromisos de alianza de Turquía con Estados Unidos y la OTAN, y las enormes violaciones de los derechos humanos que su régimen sigue cometiendo en su país y en el extranjero”, se afirma en la carta.
A esto, los y las congresistas agregaron: “Los precedentes demuestran que Erdogan no cambiará su comportamiento si seguimos recompensando sus esfuerzos por socavar la alianza de la OTAN. Estados Unidos no debe proporcionar más apoyo al ejército de Turquía hasta que se tomen medidas tangibles para detener sus acciones desestabilizadoras y las violaciones del derecho internacional en el país y en el extranjero”.
A continuación publicamos la carta completa:
Estimado Presidente Biden,
Estamos profundamente preocupados por los comentarios realizados el 30 de junio en la cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Madrid, España, sobre la posible venta de F-16 del bloque 70 y actualizaciones mecánicas a Turquía. Hemos instado enérgicamente a que se rechace esta venta porque recompensaría al presidente Recep Tayyip Erdogan por ignorar los compromisos de alianza de Turquía con Estados Unidos y la OTAN y las enormes violaciones de los derechos humanos que su régimen sigue cometiendo en su país y en el extranjero.
Erdogan ha optado sistemáticamente por dar prioridad a las tácticas de división en beneficio propio por encima del bien colectivo de sus aliados. Su decisión de bloquear la entrada de Finlandia y Suecia en la OTAN hasta que reciba concesiones absurdas e inconexas deja claro que ha hecho lo mínimo para reforzar la postura estratégica de la OTAN desde que la invasión rusa de Ucrania desencadenó la mayor crisis a la que se ha enfrentado la alianza en décadas.
El uso por parte de Erdogan de tácticas alarmantes y contrarias al bien común de la alianza de la OTAN no debería ser una sorpresa. Su régimen ha utilizado repetidamente su poder militar para desestabilizar el Mediterráneo oriental, Medio Oriente, el Cáucaso meridional y el norte de África durante años. Las fuerzas turcas y las respaldadas por Turquía han utilizado armamento y componentes de fabricación estadounidense durante estas incursiones para cometer crímenes de guerra, incluyendo el bombardeo a propósito de objetivos civiles como hospitales y escuelas en Irak, Siria y Nagorno Karabaj. También se han utilizado repetidamente para violar el territorio soberano de aliados y socios de la OTAN como Grecia y Chipre. Estas no son las acciones de un aliado comprometido con Estados Unidos y Europa.
La venta de aviones de combate avanzados estadounidenses a Turquía no incentivará a Erdogan a transformarse de repente en un buen aliado. Lo más probable es que estas armas provoquen más muerte y destrucción en la región. Turquía también sigue utilizando sistemas de defensa antimisiles S-400, lo que potencialmente expone a Rusia importante información táctica sobre el armamento y las operaciones militares estadounidenses.
Además, el régimen de Erdogan sigue promoviendo elecciones injustas, reprimiendo a la sociedad civil y abusando de los derechos humanos en su país para mantener su control del poder. Con la economía turca en declive y el prestigio de Erdogan en su punto más bajo, los medios de comunicación controlados directamente por su partido gobernante represivo utilizarán cualquier venta importante de armas como propaganda para apuntalarlo, como ya han hecho con las concesiones obtenidas en la cumbre de la OTAN.
Mientras su administración intenta avanzar en la venta de nuevos F-16 y kits de modernización a Turquía, sepa que tomaremos todas las medidas que nos corresponden como miembros del Congreso para impedir que siga adelante. Los precedentes demuestran que Erdogan no cambiará su comportamiento si seguimos recompensando sus esfuerzos por socavar la alianza de la OTAN. Estados Unidos no debe proporcionar más apoyo al ejército de Turquía hasta que se tomen medidas tangibles para poner fin a sus acciones desestabilizadoras y a las violaciones del derecho internacional en el país y en el extranjero.
Gracias por su atención a estas preocupaciones, y esperamos su oportuna respuesta.
FUENTE: ANF
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