En 2012 el PYD, un partido político kurdo relacionado al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) localizado en Turquía, aprovechó la espiral de caos de la guerra civil Siria para expulsar a las fuerzas del régimen de gran parte del Norte de Siria (Rojava – Kurdistán Oeste) y dirigir una revolución social. A pesar de haber un conflicto abierto con ISIS y los rebeldes sirios respaldados por Turquía, y bajo el embargo desde Turquía y el Gobierno Regional del Kurdistán de Irak, el PYD está guiando la lucha por una serie de ambiciosos cambios sociales a través de TEV-DEM; una alianza de organizaciones políticas y sociedades civiles. Estos objetivos están basados en el “Nuevo Paradigma” del PKK y su líder, Abdullah Öcalan. Encarcelado de por vida en Turquía, Öcalan ha liderado a su partido lejos del clásico Marxismo-Leninismo hacia unas determinadas políticas con un énfasis en el Confederalismo Democrático (una descentralización del poder político con un hincapié en las asambleas a pequeña escala), una revolución femenina, y la importancia del ecologismo. Estos tres elementos son el pilar central oficial de la revolución social en Rojava.
Organizados en tres cantones discontinuos, con ISIS y las fuerzas respaldadas por Turquía separando dos de ellos, la revolución ha sido un enorme salto adelante en términos de la liberación de la mujer y la extensión del modelo confederal en las áreas y comunidades de mayoría no-kurda. A pesar de décadas de subdesarrollo, y del actual embargo, se han dado también tentativos pasos para desarrollar una economía más social mediante el estímulo de cooperativas de trabajadores, el desarrollo de sindicatos, y la socialización de la poca industria (principalmente petróleo) existente. Sin embargo, debería ser destacado que en esta etapa de la revolución, un cambio en el sistema económico no es el foco principal – contrario a lo que algunos podrían pensar nosotros seguimos usando dinero aquí y ¡la propiedad privada aún existe!
Una revolución no es un destino final, sino otro paso hacia la construcción de una sociedad más allá del capitalismo, un paso, el cual, una vez dado, cambia las responsabilidades y los desafíos a los que se enfrentan los revolucionarios. Habiendo derrotado al Régimen y conseguido el control de una gran parte del norte de Siria, los cantones se están enfrentando a dos tipos de problemas. El primero son los problemas de seguridad; los cantones necesitan están unidos físicamente y deben ser encontradas soluciones a las actuales fuerzas hostiles en Siria, Irak y Turquía. Simultáneamente la revolución necesita ser desarrollada e intensificada. Como todas las revoluciones, ésta no cuenta con un apoyo universal. Pese a que los grandes terratenientes y empresarios nunca son propensos a apoyar la revolución, los miembros de las comunidades no-kurdas en la región se están volviendo lentamente más solidarios con lo que está ocurriendo.
A pesar de que la revolución tiene sus raíces en el movimiento de liberación kurda, ésta aboga por proporcionar un proyecto político para todas las comunidades en el norte de Siria. Desde la revolución, se están construyendo estructuras políticas más amplias y abiertas y se están realizando planes a largo plazo. Aunque el modelo confederal, con sus estratos de asambleas populares y estructuras democráticas, no está tan extendido como algunos en Occidente pensarían, las asambleas de barrio, las cuales constituyen su nivel más bajo, se están extendiendo. Teniendo tan sólo algunos años el sistema confederal aquí busca los 11 años de progreso que se han logrado al norte de la frontera en Bakur (El norte de Kurdistán ocupado por Turquía).
Se está poniendo un gran énfasis en la educación como una herramienta para desarrollar el conocimiento de la gente y el apoyo a la revolución. La revolución inicialmente comenzó dentro de la comunidad kurda, pero crear apoyos en las otras comunidades que existen en la región -árabes, siriacos, chechenos, armenios, etc. – es una prioridad política. Trabajar con estas diferentes comunidades, algo inseguras e incluso críticas con la revolución, para construir apoyos es un trabajo duro y lleva tiempo.
Como parte de mi trabajo estoy ayudando al TEV-DEM aquí en Qamishlo organizando en torno a este tema. Se ha lanzado una campaña bajo el eslogan “únete a tu comuna local. Apoya el sistema confederal” centrada en los niveles más bajos del sistema confederal, las comunas de barrio y las mala gel (casas de la gente), las asambleas y comisiones que operan aquí alimentan ideas y delegan al sistema político, y sirven como centros comunitarios ofreciendo educación y servicios cívicos. Estas estructuras aún no están tan extendidas como podrían estar y muchas personas sólo las usan cuando tienen problemas personales que necesitan resolver. Estamos realizando seminarios y eventos públicos sobre la importancia del modelo confederal, así como visitando diferentes centros comunitarios, y hablando con la gente en la calle y en sus casas.
Para cambiar fundamentalmente esta sociedad se están enfatizando en la educación para fortalecer a la mujer
A medida que cruzamos la ciudad volando o asistiendo a reuniones, navegando por un tablero de diferentes puntos de control a través del camino, hallamos diversos niveles de apoyo hacia las comunas y la revolución en general, a menudo a lo largo de líneas étnicas. La comunidad siriaca cristiana aquí, por ejemplo, está dividida en dos: una mitad apoya la revolución y la otra mitad al régimen. La división de los barrios siriacos es clara – dos fuerzas de seguridad y dos conjuntos de murales y banderas compitiendo. Cuando más tiempo paso aquí los barrios del régimen se están volviendo más fáciles de localizar, ellos son (o eran antes de la revolución) principalmente los barrios de clases más altas con casas más bonitas y tiendas que incluso ahora están siempre llenas de cosas para comprar.
La escasez de muchas necesidades básicas en las áreas revolucionarias de Rojava es un obstáculo para muchas personas a la hora de apoyar la revolución. A pesar de que el petróleo y el pan son bastante abundantes debido a las históricas políticas del régimen de “desarrollo” de la región, hay una escasez de necesidades básicas debido al embargo.
Sin una mejora material en la vida de las personas, mucha gente no verá la revolución como una exitosa. Una gran tarea para el movimiento de solidaridad internacional debe ser el presionar a Turquía y al Gobierno Regional Kurdo para derogar su embargo.
El movimiento de las mujeres
La revolución de las mujeres que se están desarrollando aquí tiene profundas raíces y no ha surgido de la nada. El PKK hizo de la liberación de las mujeres uno de sus pilares centrales de sus políticas en 1990 y la Yekîtiya Star (Unión Star) en Rojava, el predecesor de Kongreya Star, ha estado organizando a las mujeres frente a la represión del régimen desde 2005. Más allá de la masiva participación de las mujeres en las YPJ y las fuerzas de seguridad, el movimiento femenino está consiguiendo grandes cosas en la sociedad civil. Además de conseguir un cambio legislativo, por ejemplo aprobando leyes prohibiendo el matrimonio forzado y la legalización del aborto, en los niveles básicos una serie de centros de mujeres, programas educacionales, organizaciones de grupos, y periódicos y estaciones de radio han sido creadas. La revolución se están institucionalizando a través del requisito de la paridad de portavoces y un mínimo del 40% de representación femenina en todas las estructuras. Kongreya Star estima que los índices de participación femenina en el sistema comunal oscila entre el 50-70%.
Cuando se ve en el contexto de una sociedad profundamente conservadora sobre la cual esta revolución se está construyendo, una en la cual una estricta separación de género en los roles sociales y la violencia contra las mujeres era común, estos avances son incluso más impresionantes. Para cambiar fundamentalmente esta sociedad se está poniendo un especial énfasis en la educación para fortalecer a la mujer. Kongreya Star lleva a cabo semanalmente sesiones de educación para sus miembros, por ejemplo, y existen programas de reeducación para hombres que presentan un consistente comportamiento problemático.
Obviamente, la revolución de Rojava no ha emergido totalmente formada en una respuesta espontánea al horror del conflicto sirio. Se construye sobre las experiencias y las prácticas de otras partes del movimiento de liberación kurdo. Durante 40 años su organización líder, el PKK, ha resistido una gran cantidad de violencia estatal para desarrollarse desde una pequeña fuerza guerrilla Marxista-Leninista hasta convertirse en un gran movimiento híbrido cuyas extensas organizaciones cívicas con palpables dentro de la vida diaria de cientos de miles de personas. El PYD y sus aliados han estado ocupados en los años anteriores a que la revolución comenzase, extendiendo sus ideas y construyendo las asambleas y las fuerzas de autodefensa que serían necesarias posteriormente. Ahora que el régimen ha sido desalojado, las organizaciones aquí siguen teniendo una visión a largo plazo: construir las instituciones e infraestructuras necesarias para desarrollar aún más la revolución y posicionar la fe en la educación y la diplomacia para comunicar esta visión política a través de las diferentes comunidades.
Pese a que los organizadores en Occidente pueden verse tentados a proyectar sus sueños de una perfecta y espontánea revolución en Rojava, este no es el caso. La revolución aquí se está construyendo lentamente sobre una planificación, unas estructuras y educación a largo plazo.
*Peter Look es un miembro del Plan C trabajando actualmente en Qamishlo con TEV-DEM. Su último reportaje para Plan C puede encontrarse aquí.*
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Fuente: Kurdish Question
Autoría: Peter Loo
Fecha de publicación del original: 18/12/2016
Traducido por Rojava Azadî