Genocidio armenio
“Durante esta sangrienta tragedia, un hombre estaba sentado en el balcón de su terraza respirando el aire fresco de la mañana y contemplando el resplandor rosado del fuego que se desataba desde el avión: era el gobernador de Mardin, era Bedreddin Bey. Los bárbaros degollaban y quemaban a sus súbditos, él fumaba su cigarrillo.”
(Hyacinthe Simon1 monje dominico)
El genocidio armenio, al igual que el genocidio asirio y las masivas deportaciones de griegos, tuvo lugar con una planificación exhaustiva por parte del gobierno de los Jóvenes Turcos y fue llevada a cabo en diferentes fases sobre las poblaciones de toda Anatolia. La primera fase supuso la imposición de un acoso y violencia esporádica a las minorías cristianas por parte de los Jóvenes Turcos, cuando estos lanzaron su política de “nacionalización” cultural y económica. El miedo a una rebelión por parte de los armenios apoyados por potencias internacionales entre las élites otomanas, estimuló las persecuciones en el invierno de 1914-1915 cuando, por ejemplo, todos los funcionarios armenios fueron despedidos de sus puestos y los soldados armenios fueron desarmados y colocados en batallones de trabajo.
La siguiente fase fue la detención, deportación y asesinato de todas las élites armenias, que comenzó en la ciudad de Estambul, donde entre 235 y 270 clérigos armenios, médicos, editores, periodistas, abogados, profesores y políticos armenios sufrieron este destino. Esto despojó a la comunidad de sus líderes políticos, intelectuales, culturales y religiosos. Las detenciones se expandieron por toda Anatolia y se arrestaron a docenas de hombres armenios y asirios, a los que se les hacía confesar deslealtad y alta traición bajo torturas. Mientras tanto, las autoridades gubernamentales extorsionaba grandes sumas de dinero a las familias de los detenidos, que ofrecían una compensación económica a cambio de la liberación de sus esposos, padres e hijos.
El 23 de mayo de 1915 dio comienzo la tercera fase donde el régimen autorizó oficialmente la deportación general de todas las armenias otomanas al desierto de Deir ez Zor. Ya en la primavera de 1915, el Ministerio del Interior comenzó a deportar armenias a nivel local, primero a Anatolia central y luego al desierto de Deir ez Zor. A partir de mayo de 1915, las deportaciones masivas se convirtieron en auténticas marchas de la muerte. Esta fase final coroló el genocidio armenio, miles de personas murieron por el camino debido a las durísimas condiciones de su deportación, otras miles más fueron asesinadas en masa. Al final de la guerra, los aproximadamente 2.900 asentamientos armenios de Anatolia (pueblos, ciudades, barrios) fueron despoblados y entre un millón y un millón y medio de armenios habían sido asesinados. Podemos ver la crueldad de estos actos en un testimonio recogido a un superviviente asirio en 1921:
“Por la noche”, relató el asirio, “una gran multitud de gendarmes bien armados llegó desde la ciudad. Inmediatamente ordenaron separar a los armenios de los asirios. Entonces ataron a los armenios y los llevaron a un cuarto de hora de distancia. Pronto se oyeron muchos disparos… Nos dimos cuenta de que nuestros compañeros armenios estaban siendo masacrados… Cuando los gendarmes volvieron al pueblo, los asirios pensamos que pronto nos tocaría a nosotros también. Nos proporcionaron linternas y tuvimos que ir hacia el lugar de la matanza… Tuvimos que arrojar a los armenios asesinados a un pozo profundo. Había varios entre ellos que aún respiraban, uno incluso podía caminar, se lanzó al pozo voluntariamente. Cuando todos los muertos y medio muertos habían sido arrojados, tuvimos que sellar el pozo y amontonar tierra y cenizas sobre él.”2
Genocidio armenio. Fuente: https://www.fernandezfabricio.com/2015/04/100-anos-del-genocidio-armenio-la.html
Algunos grupos reducidos de armenios y asirios pudieron salvar la vida gracias a sus vecinas kurdas o árabes, que les acogieron y escondieron en sus casas. A día de hoy, las nietas y bisnietas de las armenias que sobrevivieron a la masacre relatan estos hechos y aún temen el poder de destrucción del Estado turco. Women Defend Rojava en 2019 realizó una entrevista a dos nietos de supervivientes del genocidio armenio, aún siendo ya muy mayores, recuerdan perfectamente lo relatado por sus padres y familiares sobre la masacre.
Hombre armenio en Qamişlo: Rezamos y esperamos que nuestras plegarias sean escuchadas, que nuestras demandas sean aceptadas. Pero los Estados internacionales no tienen conciencia. Si tuvieran conciencia no habrían esperado 100 años para admitir que entre un millón y medio y dos millones de personal fueron masacradas y asesinadas. ¿Es eso conciencia? No. Voy a decir al mundo entero: Desde los árabes a los kurdos, a los cristianos y a todos los pueblos del mundo, ¿Dónde está la conciencia humana cuando dos millones de personas son masacradas?
Mujer armenia en Qamişlo: Primero nos reportaron que nuestras armas estaban confiscadas y entonces fuimos atacadas. Ellos raptaron a nuestras hijas y nuestras mujeres, y entonces fue nuestro turno. Nos atacaron y nos asesinaron. Solo algunas personal aquí y allá pudieron escapar, pudieron huir, escondiéndose en los valles, los bosques y los campos. Individuos como mi padre y mi tío. Pero no hubo una huida general. Familias enteras fueron asesinadas. Excepto mi padre, mi tío y mi hermana, ninguno más de mi familia pudo escapar, el resto fueron asesinados. ¿Quién los asesinó? Alemania los asesinó. Ellos tratan de culpar a los kurdos, pero no fueron los kurdos. Alemania hizo la división y puso a la gente una contra otra. Escapamos de nuestras casas, pasamos hambre, fue una experiencia terrible. Comimos lo que caía en nuestras manos. Tanta violencia y sufrimiento sobre nuestra tierra.
Hombre armenio en Qamişlo: Hoy los aviones bombardean sin saber a quién están matando. Pero antes ellos sabían al pecho de quién estaban apuntando. Ellos veían y sabían a quién estaban matando. Primero mataron a nuestros estudiantes, después a nuestros religiosos y a nuestros sacerdotes y finalmente asesinaron a nuestros profesores. Todas las armas que los cristianos tenían fueron confiscadas. Los chicos jóvenes que estaban en buenas condiciones físicas no los mataron inmediatamente, para que los estados extranjeros no supieran qué estaba ocurriendo. Pero estos países: Rusia, Francia, Italia, Alemania e Inglaterra fueron cómplices de Turquía. Ellos apoyaron a Turquía y al sultán Hamid. Tuvieron un acuerdo con Turquía. Su objetivo era matar a todos los armenios, hasta el último. Ellos ordenaron asesinar a todos los cristianos, jóvenes y viejos por igual. Y los Estados internacionales procedieron sin conciencia. Ningún Estado ha admitido este genocidio, y ahora, después de 100 años, ¿qué es lo que queréis admitir?
Mujer armenia en Qamişlo: Tenemos miedo de Turquía. Hasta este momento, te digo, tenemos miedo. Sentados en nuestras casas y tenemos miedo. Él es un tirano, ¿no sabes esto? Los kurdos no nos hicieron nada. Nuestro bisabuelo ara amigo de los kurdos. Y hasta este momento, nosotros y los kurdos somos amigos. Los kurdos no son hostiles con nosotros, tenemos hijas y nueras kurdas y los kurdos no nos han hecho nada. Quien amenaza nuestras vidas es Turquía. Hasta este momento, sentados en nuestras casas, tenemos miedo.
Tanto el genocidio armenio, como el genocidio asirio y las masivas deportaciones de griegos nunca han sido reconocidos por el Estado turco a pesar de las múltiples evidencias de las masacres. Tampoco ningún Estado colonial, como fue el Estado alemán, que tenía sobrado conocimiento de las masacres, ha sido juzgado o ha admitido su negligencia. Hasta el día de hoy, las comunidades cristianas de Oriente Próximo, así como las bisnietas de aquellas cristianas que pudieron escapar al genocidio, piden justicia y el reconocimiento de dichas masacres. Cada 24 de abril se recuerda el comienzo de este genocidio y es el día de la fiesta nacional en el Estado armenio.
Masacre de Simele
“Mis abuelos nos decían: ‘Vinimos y nos instalamos aquí para poder volver a nuestro lugar en Iraq’. Pero con el paso del tiempo construyeron su vida aquí y se establecieron.”
Ator Ishaq
Tras el desmembramiento del Imperio Otomano las nuevas fronteras trazadas por el colonialismo europeo generaron sentimientos nacionalistas entre los diferente pueblos de la región, kurdos, árabes, asirios, armenios, etc. Con la creación del mandato británico en Mesopotamia las tensiones nacionalistas entre kurdos y árabes, así como entre musulmanes y cristianos fueron azuzadas por el Estado colonial, que entregó la mayor parte de la parcela de poder a los árabes. Los asirios de la Iglesia Asiria del Este, que habían huido de las masacres en 1915 y 1923-25 hacia los asentamientos asirios de las montañas del norte de Iraq, fueron utilizados como arma arrojadiza entre kurdos y árabes bajo el control del imperio británico.
Con la independencia del Reino de Iraq en 1932 y su entrada a la Liga de las Naciones la posición árabe se reforzó bajo la corona del rey Faysal II. Los asirios pidieron una región autónoma de facto en el nuevo Estado independiente de Iraq y trataron de presionar a la Liga de las Naciones para que protegieran sus derechos como minoría religiosa. Pero ni el antiguo mandato colonial, ni la Liga de las Naciones, hicieron nada para asegurar su protección. Los asirios se sintieron profundamente traicionados por el antiguo mandato británico, que les dejó en una posición vulnerable frente a las fuerzas árabes y kurdas en el territorio.
Los nestorianos crearon una milicia para presionar al Reino de Iraq y un conflicto estallo en julio de 1933 en la ciudad de Dirabun. Aunque no causó muchas bajas en ninguno de los dos bandos, llevó a una fuerte propaganda anticristiana entre la población musulmana. La respuesta de los árabes no se hizo esperar y el ejército fue enviado bajo el mando de Bakr Sidqi3 al norte del país para frenar las revueltas asirias. En la región montañosa de Bekher entre las ciudades Zakho y Duhok centenares de hombres adultos asirios fueron fusilados. Las mujeres y las niñas no tuvieron un mejor destino, centenares de mujeres fueron violadas y asesinadas de formas cruentas, niñas menores fueron secuestradas y nunca más se volvió a saber de ellas4. Un niño que sobrevivió a la masacre relató su experiencia:
“Mis amigos y yo vimos cómo un avión entraba en Simele y empezaba a disparar. Los asirios se reunieron en las casas. Como los hombres estaban siendo masacrados, las mujeres empezaron a hacer que los niños pequeños (incluyéndome a mí) parecieran niñas para que no los mataran. El tercer día después de que empezara la matanza, (algunos llevaban uniformes iraquíes, otros no) reunieron a algunos asirios y les dijeron: ‘U os hacéis musulmanes u os mataremos’.”5
Mientras el ejército iraquí perpetraba la masacre, en la que se estima que tres mil personas fueron asesinadas, los vecinos kurdos, árabes y êzîdis aprovecharon el momento para robar las pertenencias y propiedades de sus vecinos asirios, ocupando sus pueblos y apropiándose de sus rebaños y terrenos. Más de 60 aldeas asirias fueron saqueadas.
“Después de matar a todos los hombres, los soldados desnudaron a los muertos, llevándose sus cosas de valor, y fueron a por las mujeres. Los árabes y los kurdos saquearon la ciudad. Las mujeres más guapas fueron maltratadas, despojadas y las dejaron marchar. La esposa de Yako, el supuesto líder de los asirios que se había marchado a Siria, fue violada repetidamente, despojada, para más tarde dejarla ir, al igual que sus dos hijas.”6
Debido a la masacre, alrededor de 6.200 asirios abandonaron las llanuras de Nínive inmediatamente hacia el vecino mandato francés de Siria y en los siguiente años se les unirían otros 15.000 refugiados. La mayoría de ellos se concentraron en la región de Cizirê y construyeron varias aldeas a orillas del río Xabûr.
Ator Ishaq: Mis abuelos nos decían: ‘Vinimos y nos instalamos aquí para poder volver a nuestro lugar en Iraq’. Pero con el paso del tiempo construyeron su vida aquí y se establecieron. Excavaron casas en la tierra y también se hicieron sus terrenos. Así se olvidaron de volver y se convirtieron en los asirios de Siria. Al principio se distribuyeron en el distrito de Til Temir, cada tribu nombró su pueblo según su ubicación. Por ejemplo, los que venían de un lugar alto de Iraq llamaban a su pueblo ‘Ser Sibiko’ o ‘Til Tewil’. Que significa «lugar alto». Tenemos la tribu Tiyar, que procedía de Tiyar. El nombre Til Temer en asirio es ‘Tiyar’. Tenemos a Txuma. Este es también un lugar famoso, con árboles y agricultura. La zona verde significa ‘Txuma’. Til Cuma es el nombre del pueblo en árabe, pero su nombre asirio es ‘Helmond’. Porque también eran del distrito de Helmond, en Iraq, y así se trasladó con él. Sucede que cada pueblo tiene su propio significado. Había unos 34 pueblos asirios a orillas del río Xabûr. Esta línea de pueblos asirios tiene unos 40 kilómetros de largo y 10 de ancho.7
1Ümit Üngör, Uğur. 2017; How Armenian was the 1915 Genocide?; “Let them not return”; Ed. Berghahn Books; pág. 40
2Ümit Üngör, Uğur. 2017; Idem; pág. 46
3Bakr Sidqi al-Askari: originario de una familia kurda de Kirkuk hizo carrera militar desde muy joven bajo el imperio Otomano y más tarde en el Ejército Real Iraquí. Fue uno de los principales responsables de la Masacre de Simele en 1933, lo que le llevó a un ascenso en la jerarquía militar. Más tarde orquestó un golpe de estado contra la administración de Yasin al-Hashimi en 1936, bajo el reinado de Gazhi, para finalmente ser asesinado en 1937.
4Donabed, Sargon George. 2015; Iraqi building a ‘Nation’-State; “Reforging a Forgotten History: Iraq and the Assyrians in the Twentieth Century”; Ed. Edinburg University Press Ltd; pág. 110
5Elias Haroon Bazi (Hejerke-Simele), entrevista con el autor, 24 de febrero de 2008, Toronto. Idem. pág. 110
6Barclay Acheson, executive secretary, Near East Foundation to Hon. Wallace S. Murray, chief, Division of Near Eastern Affairs, 13 September 1933, 890g.4016 Assyrians/90.
7Nûdem, Şervîn; Gûldivê Luqman. 2021; Encamên Lêkolîn û Analîza Sosyolojîk li ser Jin û Civaka Rojava / Bakur û Rojhilatê Sûriyê; Ed: Akademiya Jineolojî; pág. 86
Fuente: Destino Oriente Próximo Autora: Sara A. de Ceano-Vivas Núñez
Be the first to comment