El territorio de Kurdistán, ubicado entre Turquía, Irak y Siria, tiene una larga de historia de conflictos por su autonomía y emancipación, donde resaltan el reconocimiento de la sección iraquí-kurda por parte del gobierno de Irak en 1970, y los esfuerzos de resistencia contra el Estado Islámico en Kobane, que iniciaron en 2014, con la toma de 350 asentamientos. Frente a la actual crisis geopolítica y económica por la pandemia de Covid-19, los actos de violencia étnica contra la población kurda han aumentado, principalmente por parte de Turquía.
Según la investigación en materia de derechos humanos realizada por Arab News, periódico con sede en Arabia Saudí, fuerzas militares y autoridades de Turquía restringieron el suministro de agua en la población kurda ubicada al norte de Siria, con objeto de tomar represalias contra grupos opositores.
Los cortes en el suministro de agua se suscitaron de manera escalonada, y la región de Hasaka es la más afectada, debido a la presencia de fuerzas armadas turcas. Según la Administración Autónoma Norte y Este de Siria (AANES), los intentos de brindar agua potable a los habitantes de Hasaka se han complicado con el aumento de la actividad militar y medidas de represión.
Diversas leyes internacionales, el Estatuto de Roma, y la Declaración Universal de los Derechos Humanos, estipulan que la restricción deliberada en el suministro de agua se considera un crimen de lesa humanidad. Asimismo, ante la contingencia sanitaria, un bajo o nulo suministro de agua empeora la calidad de vida en la población vulnerable.
Por su parte, Voz de América (VOA), organización internacional de medios televisivos en Estados Unidos, en colaboración con reportajes locales, indicó que las autoridades gubernamentales de Irak han advertido sobre un aumento de tensiones y represalias étnicas contra la población kurda en diversas regiones del país, especialmente en Kirkuk, como consecuencia de una mezcla de medidas de arabización, intervenciones estadounidenses, e intereses del Estado Islámico.
La arabización se define como una ocupación árabe con motivos de expansión a partir de una imposición de lengua, cultura y etnia. Uno de los conflictos prominentes en territorios de Siria, Irak y Turquía, consiste en una mezcla de este proceso con intereses de facciones radicales del islam, para desplazar y erradicar grupos civiles y militares.
En octubre de 2019, fuerzas militares de Turquía y Siria implementaron la Operación Primavera de la Paz, con objeto de lanzar una ofensiva contra las personas asociadas al Partido de los Trabajadores de Kurdistán (KPP), en especial las Fuerzas Democráticas de Siria (FDS), localizadas al norte de Siria, donde han ocurrido los incidentes más violentos y represores. Este evento ha propiciado un recrudecimiento de la violencia contra el pueblo kurdo, debido a una facilidad geopolítica e intereses en común entre Turquía, Siria, e Irak.
FUENTE: NotiPress