La única pregunta era saber cuándo iba a desencadenarse la agresión y cuál sería la reacción de las potencias imperialistas que actúan en la región, Rusia y los Estados Unidos. Si las FDS (Fuerzas Democráticas Sirias) han necesitado mucho más tiempo del necesario para recuperar Raqqa, es porque los preparativos de la defensa de Afrin tenían necesidad de ese tiempo, para llevar armas y combatientes al enclave.
Falsos pretextos, verdaderas razones
La visita mediatizada de miembros del Estado mayor turco a Moscú unos días antes del comienzo del ataque no dejaba ninguna duda: el ataque iba a tener lugar con la bendición de Rusia, que controla absolutamente el norte de Siria. Las razones de esta carta blanca dada por Rusia al ejército turco son aparentemente múltiples: de una parte, un favor hecho a Erdogan en recompensa de los grandes acuerdos firmados por Gazprom con Turquía; pero, también, un juego inter-imperialista que consiste en debilitar la influencia estadounidense y la de la OTAN en la región. El reciente anuncio estadounidense de la constitución de una fuerza “guardafronteras” de 30.000 hombres y mujeres, de hecho principalmente gentes kurdas del YPG, encargada de la seguridad de la frontera norte de Siria, aunque haya sido precipitadamente desmentida luego, ha proporcionado un pretexto inesperado a Erdogan. Porque su temor es la posibilidad de una unión de los tres cantones, Jazira, Kobane y Afrin, que formarían una continuidad en su frontera.
Para impedirlo, Turquía ocupa el territorio sirio que separa los tres cantones, la región de Jarablus y de Al Bab, anteriormente ocupada por el Estado Islámico, y coloniza de hecho el territorio, expulsando a la población kurda de sus pueblos, e instalando sus servicios postales, su administración e incluso sus propios programas escolares en las escuelas.
Nacionalismo turco exacerbado
La ausencia de reacción concreta del gobierno sirio muestra una complicidad de hecho entre Erdogan y Assad. Por el momento, el dictador turco ha conseguido parcialmente lo que quería: suscita un incremento de apoyo nacionalista en la población turca y en los partidos políticos kemalistas; incluso el CHP socialdemócrata apoya su intervención. Toda la gente que querría oponérsele arriesga la cárcel o la muerte. “Es bastante peor que durante el golpe de Estado fascista de 1980”, nos dice un militante de izquierda turco, “el menor tweet o me gusta en Facebook puede enviarnos a la cárcel; ¡las concentraciones o las manifestaciones significan un suicidio!”.
Erdogan puede también presumir de tener el apoyo de una parte de la oposición siria, puesto que ciertas brigadas yihadistas del ESL marchan junto a sus tanques, con las banderas desplegadas. Por el momento, por lo que sabemos, solo la Corriente de Izquierda Revolucionaria siria ha declarado su total apoyo a la resistencia de Afrin contra la invasión turca.
Resistencia kurda
El problema de Erdogan es la feroz resistencia que encuentra su ejército. No consigue avanzar a pesar de los centenares de ataques realizados por sus F-16, de las toneladas de bombas lanzadas (se habla incluso de la utilización de napalm en ciertos sectores). En el décimo día de su intervención, sus tanques no han podido progresar más que 200 metros en la frontera y sus tropas una decena de km como máximo en algunos pueblos, mientras el número de víctimas civiles aumenta, en una población compuesta en un 50% de refugiados que huye de las atrocidades del Estado Islámico y de las brigadas yihadistas, así como de los bombardeos del régimen.
La población civil de Afrin, autóctona o refugiada, sigue siendo solidaria con la resistencia de las FDS/YPG/YPJ, porque este pequeño territorio ha puesto en pie la igualdad de derechos para todos y todas, igual que en los otros dos cantones de la Federación y porque reinaba allí una prosperidad y una estabilidad relativas. La agresión turca vuelve a hundir a centenas de miles de personas refugiadas en la pesadilla de la que habían huido.
La gente kurda de Afrin espera que la solidaridad internacional acuda en su ayuda. Por el momento, las fuertes movilizaciones, en Alemania, Gran Bretaña, Francia, están protagonizadas por la diáspora kurda. La presencia de los partidos de izquierda, de los sindicatos, sigue siendo muy débil. Debemos aportar rápidamente nuestro apoyo a estas personas combatientes que defienden un proyecto pluralista, antifascista, feminista y multiétnico a contrapelo total de la evolución política y social en Medio Oriente.
FUENTE: Mireille Court / https://npa2009.org / Fecha de publicación: 31 de enero de 2018 / Traducción: Faustino Eguberri para Viento Sur