El Partido Democrático de los Pueblos (HDP), la tercera fuerza política de Turquía, alertó de que, a pesar de los intentos del régimen de asociar al PKK (Partido de los Trabajadores de Kurdistán) o a las YPG (Unidades de Protección del Pueblo) al atentado ocurrido el pasado 13 de noviembre en Estambul, de las 25 personas que fueron detenidas tras el ataque, “muchos de ellos, incluida Albashir (la acusada principal), o bien han trabajado anteriormente con el Estado Islámico (ISIS) o las fuerzas proxy de Turquía en Siria, como el Ejército Sirio Libre (ESL), o tienen vínculos familiares con dichas organizaciones”.
A continuación reproducimos el comunicado completo del HDP:
En la noche del 19 al 20 de noviembre, Turquía lanzó un gran ataque aéreo y de artillería contra el norte y el este de Siria (Rojava). Esto se presentó como una respuesta al atentado de Estambul seis días antes, que el ministro turco del Interior, Süleyman Soylu, había atribuido, a la mañana siguiente, al “grupo terrorista PKK/YPG”; el gobierno turco se niega a distinguir entre el PKK y las YPG.
Tras el atentado, la prohibición de compartir información distinta sobre el suceso de las declaraciones del gobierno, limitó las críticas a la versión oficial. Todo atentado exige una investigación exhaustiva de su causa y sus autores, pero aún más cuando se utiliza como casus belli.
También debemos señalar que el derecho internacional no justificaría, en ningún caso, una respuesta militar a un atentado terrorista de este tipo. El HDP presentó una propuesta en el Parlamento turco para que se investigara a fondo el atentado, pero esta propuesta fue rechazada por los votos de la coalición mayoritaria (de los partidos) AKP-MHP que apoya plenamente al presidente Erdogan.
Mazloum Abdi, comandante en jefe de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), que colaboran estrechamente con la Coalición Internacional contra el ISIS y que incluye a las YPG, ha pedido una investigación internacional.
Dicha investigación, si es que alguna vez se lleva a cabo, tardará mucho en producirse. Mientras tanto, queremos exponer por qué la narrativa del gobierno turco no tiene ninguna base en pruebas y contradice toda lógica. Aquellos que le dan crédito cuando se utiliza para apoyar una guerra agresiva, proporcionan apoyo a esa agresión.
Nuestro conocimiento hasta ahora tiene que basarse en la información presentada en los medios de comunicación progubernamentales, por lo que no podemos saber hasta qué punto es exacta o qué más se sabe, pero no se ha hecho público.
Sin embargo, está claro que la narrativa oficial ofrecida por el ministro del Interior y la policía bajo su control, está plagada de incoherencias, contradicciones e improbabilidades, que aumentan con cada nueva prueba que se publica.
Tanto el PKK como las YPG han negado firmemente su implicación en el atentado y han expresado sus condolencias a las víctimas. El gobierno turco ha utilizado este atentado como pretexto para legitimar otro ataque contra los kurdos al otro lado de la frontera, alegando que se trataba de un caso de “legítima defensa”.
Los detalles básicos de la historia siguen cambiando. Por ejemplo, se nos dijo que Ahlam Albashir, la mujer acusada de colocar la bomba, entró en Turquía a través de Afrin (Rojava). Más tarde, esto cambió a Idlib (provincia de siria ocupada por Ankara). Nos dijeron que llevaba cuatro meses en Turquía. Los vecinos dijeron que había vivido allí durante un año. Nos dijeron que había dejado la bolsa con la bomba durante un tiempo y que luego había regresado, pero las pruebas del circuito cerrado de televisión contradecían esto.
Nos dijeron que era una agente entrenada del PKK y tanto que iba a huir a Grecia como que iba a ser “eliminada”. Pero fue capturada en Estambul, y la ropa que llevaba en el momento del atentado se encontró en el piso con ella.
Más de 25 personas han sido detenidas tras el atentado, pero ni siquiera una de ellas es kurda. Todos ellos son de ascendencia árabe y muchos de ellos, incluida Albashir, o bien han trabajado anteriormente con el Estado Islámico o las fuerzas proxy de Turquía en Siria, como el Ejército Sirio Libre (ESL), o tienen vínculos familiares con dichas organizaciones.
Todo ello socava la narrativa oficial del gobierno turco, que culpó instantáneamente a los kurdos de Siria, lo que consideramos un esfuerzo por encubrir y mistificar la situación, en lugar de revelar la verdad y averiguar quién está realmente detrás del atentado.
Mazloum Abdi declaró a Al Monitor que las fuerzas de autodefensa habían investigado los antecedentes de Albashir y habían determinado que “procede de una familia vinculada al Estado Islámico”. Tres de sus hermanos murieron luchando por el Estado Islámico. Uno murió en Raqqa, otro en Manbij y un tercero en Irak. Otro hermano es comandante de la oposición siria apoyada por Turquía en Afrin. Estuvo casada con tres combatientes diferentes del Estado Islámico y la familia es de Alepo.
Ahmad Haj Hasan, acusado de organizar el atentado, habría declarado a la policía que su hermano murió combatiendo en el Ejército Sirio Libre.
El teléfono de Albashir mostró que había recibido un par de llamadas de Mehmet Emin İlhan, presidente de distrito del Partido del Movimiento Nacional (MHP), que está aliado con el gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) y proporciona al gobierno un apoyo vital.
En respuesta a este descubrimiento, İlhan vaciló entre admitir y negar que hubiera sido llamado a declarar ante la policía. Afirmó que la cuenta telefónica que se había comunicado con la terrorista le había robado su identidad. No ha habido información sobre investigaciones posteriores de esa cuenta telefónica para comprobar la veracidad de esta afirmación.
Si se trata efectivamente de un caso de usurpación de identidad, hay que encontrar al verdadero autor de la llamada. No es nada difícil identificar quién es el autor de la llamada, pero no hay absolutamente ningún avance en este sentido. Sospechamos que no existe ese “otro autor” de la llamada.
Para concluir:
Hemos visto cómo se ha utilizado el bombardeo como excusa para atacar el norte y el este de Siria, de acuerdo con el objetivo declarado públicamente por el gobierno turco de controlar una franja de 30 kilómetros a lo largo de toda la frontera.
Observamos que no sería la primera vez que el gobierno atribuye erróneamente un atentado al PKK (véase, por ejemplo, el atentado en Ankara en octubre de 2015, o el atentado en Diyarbakir en noviembre de 2016, que fue reivindicado por ISIS); que había fuertes sospechas (incluso en un informe de seguridad de la Unión Europea) de implicación de la inteligencia turca en los atentados de ISIS que precedieron a las elecciones de noviembre de 2015; y que Turquía ha llevado a cabo invasiones en Siria en el periodo previo a todas las votaciones clave recientes, empezando por el ataque a Jarablus, antes del referéndum de 2017.
El gobierno de Turquía afirma que existen amenazas a la seguridad por parte de las FDS y las YPG en el norte de Siria, y que el ejército turco está haciendo uso del derecho a la autodefensa.
Los datos del Armed Conflict Location and Event Data Project (ACLED) muestran, sin embargo, que la realidad es exactamente la contraria a este discurso oficial: Turquía ha sido la principal amenaza para la seguridad de los kurdos en Siria desde que derrotaron a ISIS.
Desde el 1 de enero de 2017 hasta el 1 de agosto de 2020, los datos de ACLED “registraron 3.319 ataques del ejército turco o de proxys turcos contra las FDS/YPG o civiles en Siria, en comparación con 22 ataques de las FDS/YPG a Turquía. De esos 22 incidentes, 10 no pudieron verificarse de forma independiente. En otras palabras, es posible que el número real de ataques transfronterizos atribuidos a las YPG/FDS no sea superior a 12.
Además, estos 12 incidentes ocurrieron todos después de que Turquía lanzara la Operación Primavera de Paz, el 9 de octubre de 2019.
FUENTE: ANF / Edición: Kurdistán América Latina
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