El siguiente texto es del libro Sosyalizmde Israr – Insan Olmakta Isrardir (Insistir en el socialismo significa insistir en el ser humano), del líder kurdo Abdullah Öcalan, publicado en 1998. Fue escrito antes de la deportación de Abdullah Öcalan a la isla-prisión de Imrali, donde se encuentra encarcelado desde 1999.
A continuación publicamos un fragmento del libro:
En los años 90, el desarrollo revolucionario en Kurdistán pasó a ser el centro de interés internacional. Decisivo para este desarrollo fue el cambio de la situación internacional tras el colapso del socialismo real, el fortalecimiento del movimiento de liberación kurdo, así como la reconsideración de Turquía por parte de sus socios occidentales, en particular por los principales estados de la OTAN. La importancia internacional de nuestra lucha se debe a que muchas luchas de liberación nacional en otras regiones del mundo ya no persiguen sus objetivos internacionalistas; además, nuestro movimiento es un movimiento internacional debido a la diversidad étnica de Mesopotamia y Oriente Medio; otro factor de internacionalización radica en el papel de Turquía, que se pretende que desempeñe un papel importante como miembro de la OTAN en Oriente Medio. Por lo tanto, la revolución en Kurdistán ha asumido un papel central para el internacionalismo en todo el mundo.
En nuestro partido hemos analizado las razones del colapso del socialismo real desde el punto de vista político, histórico y geográfico, y hemos superado los errores cometidos en estos países. En los países socialistas reales no se había creado ni una personalidad socialista ni una democracia socialista. A diferencia de estos estados, el movimiento revolucionario en Kurdistán no se orienta por el concepto clásico de revolución que prevalece en el socialismo real ni por el entendimiento del partido en ese país. De esto también surge el significado internacional de nuestro movimiento. Nuestros éxitos están relacionados sobre todo con el desarrollo de un nuevo modelo de partido y de dirección, y no sólo con nuestro trabajo militar, político y diplomático.
En nuestra región, en Mesopotamia, han surgido importantes civilizaciones a las que la humanidad debe mucho. Pero si se considera la creciente pérdida de valores culturales en todos los continentes, o la sobreexplotación y destrucción del medio ambiente natural, hay que preguntarse si la humanidad no se encuentra hoy en un estado de oscuridad. Soy de la opinión de que estos problemas deben afrontarse con una nueva filosofía de la liberación. Y esta filosofía de la liberación debe estar conectada con una fuerte voluntad de cambio. Oriente Medio y Mesopotamia han producido muchos profetas y filósofos, y si queremos avanzar en la actualidad, debemos volver a estos orígenes de nuestra historia.
El imperialismo ha creado un tipo de humano alienado e inhumano. Rechazamos este proceso, y al rechazar la alienación y la vida a costa de otros, incluyendo las generaciones futuras, nos oponemos al surgimiento de la humanidad. ¿El propósito de la existencia humana es acumular más y más riqueza y lujo? Nosotros simplemente decimos que vivimos para convertirnos en humanos. Nunca nos alejaremos de esto.
La situación actual, especialmente en Oriente Medio, y sobre todo en Kurdistán, sólo puede describirse como una barbarie. Estamos resistiendo esta barbarie. Y ciertamente tendremos éxito. Nuestros oponentes nos llaman “terroristas”. Así tratan de encubrir su propia barbarie y su régimen terrorista.
Es importante preguntarse una y otra vez qué sistema está detrás de los asesinatos y las masacres, qué sistema, o qué Estado, tiene un carácter verdaderamente terrorista. Y es importante seguir llamando a los más grandes terroristas por su nombre.
Particularmente, Estados Unidos proclamó un “nuevo orden mundial”. Cada día resulta más y más evidente que es el mayor desorden en la historia de la humanidad. Estamos experimentando un desequilibrio causado por una injusticia sin límites, por la destrucción del equilibrio natural y el tejido social de la humanidad. En el siglo XXI la humanidad enfrentará problemas más grandes que en los siglos XIX y XX.
Por ello, es indispensable una renovación socialista que ponga al ser humano, su naturaleza y su libertad, en el centro de la sociedad. Repetir una época con una antigua comprensión clásica de la revolución, con viejos métodos de lucha o guerras populares, ya no responde a las exigencias de los tiempos. El nuevo orden de la humanidad necesita una solución socialista más desarrollada y actualizada, con nuevos aspectos morales, filosóficos y científicos. La necesidad de un nuevo internacionalismo contra el desorden imperialista también surge de esto.
Nosotros, el PKK (Partido de los Trabajadores de Kurdistán), utilizaremos nuestra fuerza para convertirnos más en un partido de la sociedad, el humanismo, la humanidad y el internacionalismo, que en un partido de liberación nacional. Porque la perspectiva de la humanidad se ha oscurecido. Debemos abrir nuevos horizontes. A pesar de todas las dificultades actuales, debemos seguir desarrollando la humanidad. Esto nos llevará a una nueva fase de internacionalismo.
Incluso después del colapso del socialismo real, continúan los ataques contra el socialismo. Europa se esfuerza por enterrar el socialismo para siempre. La situación es similar a la de la era europea de la restauración. Como en las décadas que siguieron a la Revolución Francesa (la primera mitad del siglo XIX, NdT), hay un fuerte deseo de evitar cualquier cambio progresivo. Se despertó una inmensa hostilidad hacia el socialismo, lo que llevó a los europeos a distanciarse de la revolución. Sin embargo, no se eliminan las contradicciones del sistema capitalista.
Por otra parte, hay que actualizar el socialismo científico. Porque no es la esencia del socialismo la que ha colapsado, sino que han fracasado viejas tácticas y estrategias, que no eran apropiadas para la época actual. Además, es necesario un desarrollo alternativo de la sociedad. Creemos que en nuestra práctica hemos dado pasos en esta dirección.
El socialismo es más necesario que nunca para la humanidad. La humanidad sobrevivirá con el socialismo, o perecerá en la barbarie del capitalismo. Si no queremos la destrucción de la humanidad, debemos trabajar consistentemente en el socialismo. Nuestro objetivo es la liberación del hombre, que ha sido destruido por el sistema capitalista-imperialista. Así que no es factible que nos rindamos ante el capitalismo.
Sólo a primera vista, la revolución en Kurdistán es nacional; en el fondo es una revolución de la humanidad. Su resultado no será una república nacional, sino una revolución por una república de la humanidad. No queremos crear nuevas fronteras. Las fronteras no son importantes para nosotros. Tratamos de crear seres humanos creativos y un pueblo creativo. Esa es nuestra contribución y un paso adelante para el socialismo científico.
Las relaciones entre los pueblos kurdo y turco son complejas y en parte caóticas. El imperialismo, a través de sus colaboradores, ha instalado un sistema de opresión y explotación en ambos pueblos de diversas maneras. Sin embargo, lo que estamos experimentando no es una explotación “ordinaria” ni una mera opresión política o nacional. Más bien, nuestro pueblo está amenazado por un genocidio del que hay pocos ejemplos en la historia de la humanidad. Hoy en día, el colonialismo turco está tratando de eliminar al pueblo kurdo. El régimen kemalista cuenta con el apoyo de algunos estados como los Estados Unidos y Alemania, que por intereses estratégicos y egoístas dan su aprobación a la política criminal de Turquía. Al mismo tiempo, los políticos de estos estados no quieren admitir su participación y corresponsabilidad en la cuestión kurda, que es apoyada por la Turquía fascista.
Los demócratas y socialistas de Occidente deben denunciar la hipocresía de sus estados. Esto sería un importante acto de solidaridad internacional con el pueblo kurdo y los pueblos de todo el mundo.
Ningún crimen es tan imperdonable como el genocidio. Todos los países capitalistas tienen su parte en el genocidio del Kurdistán. No es por nada que nosotros, que no aceptamos nuestra aniquilación física y psicológica, seamos etiquetados como la organización terrorista número uno del mundo. Por eso se han hecho grandes montajes en Europa. Por ejemplo, se utilizó el asesinato de Olof Palme contra nosotros para desacreditar al PKK como organización terrorista. Alemania no nos ataca por algunas protestas violentas. Quieren destruir el socialismo con nosotros, y como no pueden, se enfadan. Estamos orgullosos de defender los ideales socialistas en Europa.
Siempre estamos dispuestos a reorganizar nuestras relaciones con el pueblo turco. Estamos dispuestos a reorganizar la historia de los pueblos, sus libertades culturales y políticas en una unidad geográfica sobre la base de la igualdad. El requisito básico es que se detenga el genocidio del pueblo kurdo y que las relaciones sean justas e igualitarias.
El régimen colonialista turco responde a nuestras propuestas con más derramamiento de sangre y chovinismo. Con una intensa propaganda chovinista, los gobernantes de Turquía tratan de impedir cualquier desarrollo internacionalista en el pueblo turco. Pero con esfuerzo y persistencia convenceremos al pueblo turco. En nuestro país desarrollaremos un internacionalismo ejemplar junto con el pueblo turco. No caeremos en el pantano del nacionalismo estrecho. No permitiremos que la cuestión de las fronteras nos determine. No discutiremos cuánta tierra pertenece a quién. Si creamos la libertad de los pueblos, también hemos creado el internacionalismo más significativo.
Para el movimiento de liberación en Kurdistán hay cada vez más posibilidades de lograr éxitos y progresos. El pueblo kurdo se ha convertido en un pueblo combativo. El sistema imperialista internacional nos ataca para destruirnos. Estamos ofreciendo una difícil resistencia. Si expulsamos al imperialismo de Kurdistán, nuestra revolución será al menos tan efectiva como la Revolución de Octubre, quizás incluso más efectiva.
La realización gradual de la liberación es también un ejemplo para los pueblos de la región y los pueblos en situaciones similares. Representa la renovación del socialismo a un alto nivel, la revolución de la mujer, la revolución de la moral y, en este sentido, la posibilidad de desarrollar una nueva filosofía. Puede que nosotros mismos no lo experimentemos plenamente, pero es un buen desarrollo para la humanidad, para nuestro pueblo y para nuestros amigos.
FUENTE: ANF / Edición: Kurdistán América Latina