A continuación reproducimos el mensaje de bienvenida enviado por Abdullah Öcalan a los asistentes a la Conferencia “Desafiar la Modernidad Capitalista”, que se realizó en Hamburgo en 2015. Por su importancia intelectual, el análisis del líder kurdo tiene una importante vigencia.
Queridos participantes:
Saludo a todos los participantes de esta conferencia, a todos los que buscan la verdad, va todo mi respeto. Esta conferencia tiene una importancia histórica en cuanto a la presentación e implementación de nuestro paradigma de la libertad, fundamental para nuestro presente y futuro, y creo que contribuirá significativamente a la realización de la utopía libertaria de la humanidad. Me hubiera encantado haber participado también, pero siento que estoy entre vosotros, con toda mi emoción, pensamiento y espíritu combativo. Como luchador por la libertad, que se define en oposición a la modernidad capitalista, estoy muy emocionado de poder compartir mis ideas con vosotros.
La modernidad capitalista ha alcanzado su límite de sostenibilidad en muchos campos, entre otros en el crecimiento extremo de la población, el agotamiento de recursos, la destrucción del medio ambiente, las diferencias sociales cada vez más grandes, la disolución de los lazos éticos, la pérdida de la magia y de la poesía de la vida a causa del estrés extremo, la construcción de armas nucleares que pueden convertir el mundo en un desierto, y las infinitas nuevas formas de guerra que abarcan todas las áreas de la sociedad y evocan un verdadero apocalipsis. El hecho de haber llegado a este estado, muestra que nuestro Régimen de la Verdad ha fallado. No es mi intención presentar un panorama desesperado, pero no podemos permanecer en silencio y no gritar contra la destrucción de la vida que está dentro y delante nuestro.
La modernidad occidental, compuesta por el trío: el industrialismo, el Estado nación, y el capitalismo, ha llegado a tal grado que se ha convertido en el periodo y civilización más sangrienta de la historia de la civilización. La modernidad, que se basa en este trío entrelazado, lleva a la guerra dentro de la sociedad (fascismo), y a guerras nacionales, regionales y globales entre estados. La causa subyacente, como siempre repetimos, es la producción y distribución del beneficio. Aunque los estados-nación señalen que su objetivo principal es la industrialización, es evidente que están en fase de convertirse, o al menos esa es su intención, en capitalistas. Mientras que los capitalistas definen sus objetivos políticos en la forma del Estado-nación, revelan que solo uniendo el nacionalismo y la nación se puede crear un Estado-nación, que es la forma de Estado necesaria para que funcione bien un plan de beneficio.
La guerra total de la modernidad capitalista contra la sociedad hace que cada vez sea más necesaria una modernidad democrática alternativa. La modernidad democrática, que es la forma actual de las fuerzas civilizatorias democráticas, no es ni una memoria que hace referencia a una edad de oro pasada, ni tampoco una utopía para el futuro. Es la existencia y la actitud de todas las unidades sociales e individuos cuya existencia e intereses se oponen y chocan con el sistema capitalista.
Una alternativa solo es posible si se desarrolla un sistema propio contra los tres pilares de la modernidad: el capitalismo, el industrialismo y el Estado-nación. La sociedad democrática, la eco-industria y el confederalismo democrático pueden servir como un sistema alternativo en nombre de la modernidad democrática. Gracias a la herencia de una civilización democrática, aquellos que se oponen al sistema pueden aumentar sus posibilidades de éxito uniéndose al nuevo sistema.
El confederalismo democrático es la forma política fundamental de la modernidad democrática y juega un papel vital en su reconstrucción. Propone la opción de una nación democrática como herramienta principal para solucionar los problemas étnicos, religiosos, urbanos, locales, regionales y nacionales causados por el modelo monolítico, homogéneo y fascista que se implementa a través del Estado-nación. En una nación democrática, cada etnia, creencia religiosa, realidad urbana, local o nacional tiene derecho a participar con su propia identidad y estructura democrática federal.
La ventaja de la teoría de la modernidad democrática es que no mira los problemas desde una perspectiva hegemónica o estatista. Los sistemas civilizatorios hegemónicos y Estadocéntricos, así como la modernidad capitalista, abordan las cuestiones sociales desde una perspectiva hegemónica y estatista. Pero el poder y el Estado son los mismos focos de los problemas que intentan resolver a través de la violencia.
El deseo de poder mata la vida. La era de la modernidad democrática es la era en la que la vida de las mujeres libres se encuentra en la comunalidad ecológica y económica. Las naciones de la modernidad democrática no serán posibles sin la libertad de las mujeres. Al contrario, son revoluciones que solo podrán llevarse a cabo compartiendo la sabiduría y el activismo de las mujeres. Igual que la construcción de una sociedad económica desarrollada bajo el liderazgo de mujeres, su reconstrucción también requerirá el poder comunal de las mujeres. La ciencia de la ecología es una ciencia que solo podrá ser reunificada con la sociedad a través de la sensibilidad de las mujeres. Sencillamente, la modernidad democrática es una revolución de las mujeres y una era civilizatoria. Busca la verdad analizando la realidad de las mujeres y a través de la participación de las mujeres libres como el instrumento constitutivo fundamental de la vida en su sistema.
La fase capitalista del Estado y su civilización basada en el poder no es la fase final de la mente humana. Es una fase en la que una mentalidad tradicional en la que se basa, se reduce, mientras que el pensamiento libre emerge con toda su riqueza. Por ello es importante vivir y mantener viva la modernidad democrática frente a la modernidad capitalista, que es un paradigma de guerra contra las comunalidades y las libertades. En otras palabras: “otro mundo es posible”.
Queridos amigos:
En general, las discusiones sobre modernidad, y específicamente sobre modernidad democrática, pueden cambiar nuestras percepciones de la realidad. Si nos apartamos de las vidas equivocadas, feas y malas, y por ello malgastadas, podemos dirigirnos hacia otros caminos que sean justos y bellos. Con la mentalidad revolucionaria de la modernidad democrática podemos fortalecer nuestra comprensión de conceptos comunales de filosofía, arte y ciencia y llevar una vida justa, buena y bella. Pues no hay nada que tenga más valor que el llegar a la verdad sobre la vida mientras se está viviendo. La búsqueda de la verdad es la actividad humana más valiosa. Si tuviéramos que definir al ser humano, diríamos que es el ser el que hace que la verdad sea posible. La verdad es amor y el amor es una vida libre.
Quiero volver a saludar a todos los participantes de esta conferencia. Estoy deseando escuchar las reflexiones y conclusiones y os deseo el mayor éxito posible. La libertad vencerá.
Cárcel de Imrali
Abdullah Öcalan
Fuente: Rojava Azadi / Introducción al ciclo de ponencias del encuentro “Desafiar la Modernidad Capitalista II”, que Rojava Azadi publica semanalmente.