Seyit Riza (1863–1937) fue un líder político aleví y kurdo zaza de la región de Dersim, en Kurdistán del Norte (hoy parte del Estado turco). Es conocido y recordado en el Movimiento de Liberación Kurdo como el jefe de la rebelión de Dersim, un levantamiento militar que ocurrió durante los años 1937 y 1938 para protestar por la opresión del pueblo kurdo por parte del Estado turco. Esta revuelta supuso el 27º levantamiento kurdo desde la creación del Estado turco en 1923 y el último del siglo XX hasta la aparición del PKK (Partido de los Trabajadores de Kurdistán) y el inicio de su lucha armada en 1984.
La revuelta de Dersim tuvo lugar en la continuidad de los múltiples levantamientos kurdos que siguieron al proceso de formación del Estado-nación turco tras la caída del Imperio Otomano. Todos esos levantamientos fueron provocados por la turquificación del país por parte de su primer presidente, Mustafa Kemal (Atatürk). En efecto, desde su llegada al poder en 1923 hasta su muerte en 1928, este último siguió una política represiva de homogeneización del país imponiendo la identidad étnica turca en todos los aspectos de la vida social: desde la lengua que se habla en las calles hasta la que debe enseñarse en las escuelas, desde la educación hasta la vida industrial, desde el comercio hasta los cuadros de funcionarios estatales, desde el derecho civil hasta el asentamiento de ciudadanos en regiones particulares (tengamos en cuenta que esta política no cambió en absoluto y continúa viva en la política actual de Recep Tayyip Erdogan). Muchas minorías protestaron contra ello, pero todas sus revueltas fueron ahogadas en sangre.
Sin embargo, hasta 1936 la región montañosa de Dersim, conocida por su carácter rebelde (habían ocurrido 11 revueltas en los 40 años anteriores), se había visto poco afectada por las campañas de asimilación del Estado turco. Las tribus kurdas zaza que vivían allí rechazaban a las autoridades turcas y también se negaban a pagar impuestos. Su interferencia fue tal que Atatürk consideró a Dersim como el problema interno más importante del país.
Para poner fin a la resistencia de Dersim, Atatürk nombró al general Abdullah Alpdoğan responsable de la región, dándole autoridad para exiliar a personas que se negaran a la asimilación. Para que esto fuera posible se construyeron varios puestos de observación militar alrededor de Dersim y se trajeron más soldados turcos a la región. Se dice que los aviones sobrevolaban todos los días.
A medida que la tensión entre los soldados turcos y la población aumentaba cada vez más, Seyit Reza decidió enviar a uno de sus propios hijos a negociar con el general Alpdoğan para evitar una guerra y proteger a la población y sus derechos. Pero éste mató al emisario. En respuesta a la muerte de su hijo, Seyit Reza decidió llamar a los líderes del clan Dersim y, a principios de 1937, unieron fuerzas para contrarrestar el ataque turco. La primera acción fue el ataque a un convoy policial.
El ejército turco, bajo las órdenes directas de Atatürk, intentó doblegar a los rebeldes por la fuerza y envió más de 25.000 soldados apoyados por bombardeos aéreos. Pero los combatientes de Seyit Riza resistieron ferozmente y se negaron a rendirse. Lucharon tan duro que el ejército turco tuvo que engañarlos para poner fin a la resistencia.
En el otoño de 1937, el general Alpdoğan invitó a Seyit Riza a discutir un acuerdo de paz. Cuando Seyit Riza llegó allí, lo hicieron prisionero junto con su hijo de 16 años y ocho de sus hombres. Una acción tan traicionera era tan inconcebible en las reglas del honor y la tradición de la época que se dice que Seyit Riza sólo escupió las siguientes palabras: “¡Gobierno sin honor y engañoso!”.
Después de ocho días, todos fueron ahorcados. Antes de su ejecución, las últimas palabras de Seyit Riza fueron: “Ahora tengo 75 años. Derrotaré a Sehid y me uniré a los Sehids del Kurdistán. Dersim perdió, pero los kurdos y el Kurdistán ganarán. Los jóvenes kurdos se vengarán por mí. Así morirán los hombres crueles, así morirán los hombres viles y engañosos”.
Tras su muerte, la resistencia continuó un año más. Pero la atrocidad de la represión que cayó sobre Dersim, donde hombres, mujeres y niños fueron masacrados por soldados turcos, acabó con las tropas rebeldes. Según informes oficiales, más de 10.000 civiles fueron masacrados y más de 11.000 fueron llevados al exilio, despoblando la provincia. Muchos rebeldes que se rindieron fueron ejecutados y mujeres y niños quemados vivos. Murieron un total de 40.000 kurdos.
FUENTE: Comuna Internacionalista de Rojava / ANF / Edición: Kurdistán América Latina
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