La destrucción ambiental y patrimonial se ha acelerado en la histórica ciudad de Hasankeyf (Kurdistán del norte), ya que las cuadrillas trabajan día y noche, siete días a la semana, para colapsar partes vulnerables de los acantilados que rodean la ciudad y rellenar unas 200 cuevas. El objetivo declarado de la obra es reforzar la antigua ciudadela de Hasankeyf antes de que se finalice la presa de Ilısu, que inundaría la mayor parte de la ciudad con aproximadamente 60 metros de agua. También se están haciendo preparativos para construir una pared que cubra el acantilado de la ciudadela. Y se ha construido una nueva carretera a través del río Tigris para transportar equipos y escombros hacia y desde el sitio de trabajo, lo que altera significativamente el curso del río y reduce drásticamente la calidad del agua.
Los graves riesgos para el patrimonio histórico de Hasankeyf y el ecosistema natural de la cuenca del Alto Tigris provocados por estos trabajos, que se llevan a cabo sin la transparencia adecuada o la participación pública, están siendo documentados por la “Iniciativa para mantener Vivo Hasankeyf” (Hasankeyf’i Yaşatma Girişimi) y “Hasankeyf Importa” (Hasankeyf Matters). Los trabajos para reforzar los acantilados están causando un daño irreparable al tejido histórico y cultural de Hasankeyf, reduciendo significativamente el valor de la ciudadela y las formaciones rocosas naturales circundantes como patrimonio cultural.
Del mismo modo, el uso de equipos pesados para colapsar los acantilados a partir de agosto, junto con la construcción en curso del nuevo puente a un kilómetro al este de Hasankeyf, ha contaminado el río Tigris y está destruyendo extensas áreas de hábitat para numerosas especies de peces, plantas y vida silvestre. En el curso de estos trabajos, los árboles en las orillas del río se cortan innecesariamente y se acumulan montones de escombros. Debido al cambio en el curso del Tigris, el hábitat de los peces en el lecho del río ha sido severamente dañado a lo largo al menos de un kilómetro y medio. Los observadores locales informan que miles de peces han aparecido muertos.
Esta destrucción se está llevando a cabo en violación de los requisitos legales de transparencia, que requieren que los nombres de los contratistas y subcontratistas que realizan estos trabajos sean revelados. Sin embargo, en el cartel que describe los trabajos en progreso, el espacio reservado para los nombres de los contratistas y subcontratistas del proyecto aparece en blanco. Nuestra investigación revela que el contratista es el Grupo ICC (ICC Grup), mientras que el subcontratista que colapsa los acantilados es Rüzgar Industrial Mountaineering (Rüzgar Endüstriyel Dağcılık). Ambas empresas tienen su sede en Ankara.
Los artículos de noticias y comunicados de prensa en el sitio web de State Hydraulic Works (DSİ), responsable del Proyecto de la Presa de Ilısu, indican que después del colapso de los acantilados alrededor de la ciudadela -un área que incluye las colinas de Ra’s Tibbah y Darphane- porciones de los acantilados y los valles circundantes se llenarían con 4,75 metros cúbicos de desechos/escombros y hormigón. Sin embargo, no se ha compartido ningún plan con el público.
El hecho de no informar y consultar regularmente al público sobre los detalles sustantivos del proyecto de refuerzo de la ciudadela contraviene las leyes de la República de Turquía, específicamente la Ley 3534, que obligó al país a cumplir legalmente la Convención para la Preservación del Patrimonio Arquitectónico de Europa del Consejo de Europa (CETS 121). El artículo 14, párrafo 1, de esa ley establece que cada parte en la Convención se comprometerá a “establecer en las diversas etapas del proceso de adopción de decisiones, un mecanismo apropiado para el suministro de información, consulta y cooperación entre el Estado, las autoridades locales y regionales, instituciones y asociaciones culturales, y el público”.
El derecho internacional estipula que el patrimonio cultural inmaterial debe protegerse y que el público debe ser consultado de manera sustantiva y sistemática sobre los proyectos de conservación del patrimonio cultural inmueble. Al contrario de estos requisitos legales, el trabajo continuo en Hasankeyf y sus alrededores, sus objetivos, planes técnicos, métodos detallados y cronograma, está envuelto en un secreto extremo.
Mientras tanto, los residentes de Hasankeyf y las aldeas y pueblos vecinos son testigos cada día del desmembramiento del paisaje donde ellos y sus antepasados han vivido durante siglos. Experimentar el polvo y los sonidos de las explosiones creadas por este proyecto, y ver la destrucción de hitos históricos y piedras de toque para la memoria colectiva, está intensificando el trauma y la incertidumbre con los que han vivido durante 50 años, desde la primera propuesta para el proyecto Ilısu Dam, que significa la muerte de su comunidad y forma de vida.
Como el relleno y la cobertura de los acantilados están causando daños significativos a la estructura histórica inamovible de Hasankeyf y al tejido del patrimonio cultural inmaterial de la ciudad, el proyecto también viola el derecho humano a la cultura defendido por la Resolución 33/20 del Consejo de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
Por tanto, pedimos de nuevo a las compañías que destruyen el tejido histórico de Hasankeyf y el ecosistema de la cuenca del Tigris que se retiren inmediatamente de estos destructores proyectos.
FUENTE: Hasankeys Matters / Traducido por Rojava Azadi