Al analizar y comprender la situación política, social y económica existente en Medio Oriente, podremos entender la crisis de la modernidad capitalista de una mejor manera y puede brindarnos perspectivas para construir alternativas que puedan resolver los problemas que hoy enfrentan las personas oprimidas.
Medio Oriente, y especialmente la región que se llama Mesopotamia entre los dos grandes ríos Éufrates y Tigris, que cubre una gran parte de la tierra que llamamos Kurdistán, es en muchos sentidos una región rica, llena de recursos naturales que son necesarios para que la vida y la sociedad humana existan, crezcan y mejoren. Esta es, por un lado, la razón por la cual la revolución agrícola primero ocurrió aquí y luego se extendió al mundo. Grupos de cazadores y recolectores se establecieron y comenzaron a cultivar diferentes plantas y animales domesticados. El lenguaje, la cultura, la economía social y muchos otros atributos de la sociedad humana se desarrollaron desde esta región. La sociedad creció y nació de una manera nueva, que no existía antes. Por otro lado, se convirtió más tarde en el motivo por el que surgió el primer Estado -el Estado sumerio- y con él, el patriarcado, la esclavitud y los primeros imperios. Por esa razón, comenzó un tiempo en la historia humana que dura hasta el día de hoy: más de 5000 años de imperios que suben y bajan; más de 5000 años de guerra, dolor, esclavitud, opresión de clases y explotación.
Para describir todo lo que es necesario para comprender nuestra situación en este momento, por supuesto tendremos que escribir un montón de libros, pero afortunadamente hay otros que lo hicieron antes, como Abdullah Öcalan. Entonces, para profundizar en la historia de Medio Oriente y sus vínculos con el presente, recomendamos que todos lean sus estudios.
Entendemos la sociedad que se formó a través de la revolución agrícola como la “sociedad natural”. Hasta hoy, especialmente el pueblo de Kurdistán ha defendido esa vida de muchas maneras: estilo de vida comunitario, fuerza de la solidaridad social y una economía basada en la agricultura y la domesticación de los animales. Incluso con una gran influencia de la mentalidad patriarcal sobre la sociedad kurda y sus estructuras sociales feudales, las mujeres tienen una posición diferente a la de otras sociedades feudales. Encontrarás muchas regiones donde todavía hablan sobre la diosa Ishtar y las mujeres parecen mucho más fuertes e influyentes que los hombres, por no hablar de los cambios a través de la lucha por la libertad de las mujeres, que hoy son obvios para todos en Rojava y en todas las partes de Kurdistán.
Es importante ver esos patrones diferentes en la sociedad, porque primero necesitamos entender que no existe una sociedad 100 por ciento capitalista o feudal. Algo así, a excepción de la teoría, no es posible de que exista. Esa es nuestra esperanza para la humanidad, porque si bien el sistema capitalista hegemónico intenta formar la sociedad como quiere que sea, es un sistema antisocial. La existencia de la sociedad misma está en oposición a la mentalidad e interés del capitalista. Ese es, de alguna manera, el dilema del capitalismo mismo, porque sin la sociedad tampoco puede existir. Depende de nosotros, pero no dependemos de eso. Este es el punto donde tenemos que ver nuestra fortaleza y cómo podemos entender por qué la crisis de la modernidad capitalista en todo el mundo se está concretando en el actual caos de Medio Oriente. Las estructuras creadas por el imperialismo después de la Primera Guerra Mundial no encajan en la región. Con el Acuerdo Sykes-Picot, de 1916, entre Gran Bretaña y Francia, comenzaron a tratar de capitalizar totalmente la región mediante la construcción de estados nacionales. Desde el principio, este proyecto fue seguido por muchas crisis sociales y políticas, ya que muchas etnias y comunidades diferentes se vieron obligadas a vivir bajo la bandera de una nación con ciertas fronteras, una identidad y un idioma, pero la realidad era que había muchas identidades, muchos idiomas, creencias y etnias. El caos actual que condujo cono los levantamientos en 2011, llamados Primavera Árabe; las guerras en Siria, Yemen y muchas otras partes de la región, es el resultado de las políticas fallidas de imperialismo a lo largo del último siglo. Por supuesto, esto es parte de los planes de los estados imperialistas internacionales, como los Estados Unidos, para desestabilizar la región para su propio interés y como parte de la realización de su llamado “Proyecto del Gran Medio Oriente”, pero hasta hoy ninguno de sus intentos pueden analizarse como exitosos. ¿Por qué? Porque intervienen con mentalidad capitalista, pero la mentalidad de la región no se ajusta a eso en absoluto. Arraigados en la sociedad natural e influenciados por la mentalidad y la religión feudal, no hay forma de que los enfoques occidentales y orientalistas puedan realmente establecerse en esta región.
Durante el tiempo de la Guerra Fría, el conflicto creciente en Medio Oriente podría no haber sido tan obvio para todos, porque cada conflicto y contradicción se definió como una parte del conflicto entre los dos bloques (Estados Unidos y la URSS). Pero no pueden ocultarlo más. La crisis del Estado nación en Medio Oriente ha llevado al caos existente. Este caos existente, los intentos de los estados regionales e internacionales y las pandillas violentas de rediseñar la región para sus propios intereses en el poder, y la lucha del pueblo por la libertad, han puesto la cuestión sobre la mesa sobre cómo continuará el capitalismo mismo. ¿Va a poder renovarse o nacerá una alternativa? La importancia histórica de Medio Oriente, y especialmente de la región de Mesopotamia, ha convertido a la región en el campo de batalla para el futuro de toda la humanidad. Esta región, por un lado, es la madre de la sociedad misma y, por otro, el padre del patriarcado, el sistema estatal, la esclavitud y las clases, por eso tiene el potencial de conmocionar al mundo entero y puede tener un papel clave en su configuración. Es por eso que llamamos a los conflictos y lugares de guerra existentes en esta región la Tercera Guerra Mundial, donde existen tres líneas principales. Primero, las fuerzas imperialistas internacionales; en segundo lugar, las fuerzas regionales que quieren defender el status quo; y en tercer lugar, las fuerzas democráticas y revolucionarias de los pueblos.
Siria, y especialmente el norte de Siria/Rojava -el lugar donde vivimos ahora-, pasa a ser uno de los centros de esta confrontación. Un lugar donde la gente se ha levantado, organizando una revolución y construyendo un sistema alternativo, basado en su paradigma de una sociedad democrática, ecológica y la libertad de las mujeres. Un lugar donde las fuerzas regionales como el régimen sirio, el Estado turco fascista, Irán y las pandillas operativas como ISIS y Al Nusra están tratando de oprimir y esclavizar a la gente, al forzar una guerra horrible y brutal. Y un lugar donde todos los grandes jugadores internacionales como Estados Unidos, Rusia, Alemania, Gran Bretaña, Francia, Israel y otros más, tratan de garantizar el poder político, la influencia y los recursos económicos para sus propios intereses.
FUENTE: https://internationalistcommune.com / Traducción y edición: Kurdistán América Latina