Por Devris Cimen
“Vine a Kurdistán del Sur (KRG) en 2013. Desde entonces, y especialmente en el transcurso del año pasado, muchas cosas han cambiado. La gente se ha empobrecido muy rápidamente. Cuando llegué por primera vez, los grandes centros comerciales estaban llenos de multitudes. En todas partes, cafeterías, restaurantes, hoteles y tiendas estaban llenas de gente. Los jóvenes poseían todo tipo de dispositivos tecnológicos. De hecho, no utilizaban sólo uno, sino dos o tres de los últimos modelos de teléfono. En cada casa, había varios coches, televisores y ordenadores. Todo el mundo vivía en el lujo.
Sin embargo, ahora el gobierno lleva sin pagar los salarios seis meses. La gente se ha convertido en la víctima. Cafeterías, centros comerciales, restaurantes, hoteles y todo tipo de lugares se han quedado vacíos, nadie compra nada. Los proyectos de construcción se han detenido. No se ve dinero. La gente está enojada y a la espera de una solución. Pero la administración, en lugar de encontrar una solución, simplemente está esperando el momento oportuno”. Así es como la situación actual en Kurdistán del Sur (Bashur) la resume una mujer que se trasladó desde Estambul a Süleymaniye …
Entonces, ¿qué tipo de “riqueza” es, que ha sido capaz de tocar fondo en apenas medio año?
¿Qué clase de “sistema” es, que, mientras los problemas son tan evidentes y comunes, no se desarrolla ningún tipo de alternativa?
¿Qué clase de “administración” es, que, al tiempo que crea los problemas, pretende ser vista como la fuente de la solución?
Atrapado entre “Gendali” y “Qeyran” …
De los 5,2 millones de habitantes de Kurdistán del Sur, 1,4 millones son empleados del gobierno. Se estima que casi la mitad de ellos son empleados por los peshmergas y varias organizaciones de paz y seguridad. Tanto el hecho de que 1,4 millones de los 5,2 millones de habitantes reciban un sueldo del gobierno, o que la mitad de éstos 1,4 millones de trabajadores sean empleados por diversos sectores de la seguridad, es un problema significativo. En los últimos seis meses, personas de diferentes profesiones, funcionarios públicos en particular, solo pudieron recibir una pequeña parte de sus salarios, si acaso. Que algunas personas perciben salarios no de uno sino de varios lugares, no es un secreto, sino un robo o corrupción aceptadas. A lo largo de los últimos años, una clase elitista de la sociedad, ha allanado el camino a la crisis actual, contribuyendo a la aceptación de la corrupción, poniendo énfasis en los recursos petrolíferos y sacando provecho de ellos.
La corrupción en Kurdistán del Sur se ha denominado “Gendali”, y la crisis provocada por ella, “Qeyran.” Estos dos términos se utilizan con tanta frecuencia que actualmente han llegado a ser como un bálsamo en la lengua de todo el mundo. Es casi imposible mantener una conversación sin hacer referencia a estos dos términos. Ellos resumen toda la congestión y desesperación experimentadas. Sin embargo, este tipo no transparente de riqueza ha sido sistematizada desde hace mucho tiempo. Es extraño, pero la ambición de adquirir riqueza se ha convertido en la agenda de todo el mundo, y la gente se ha mantenido ocupada en su búsqueda. Esta mentalidad, en la que se venera el dinero y se utiliza para medir todo, ha calado en la sociedad. Así pues, ahora existe una situación injusta en la que unos tienen de todo y otros no tienen nada.
Un informe publicado recientemente por la organización británica Oxfam ha llamado la atención sobre la desigualdad de la distribución de ingresos en todo el mundo. El estudio ha revelado que sólo 62 personas tienen la mitad de la riqueza del mundo, o tanto como los 3.500 millones de personas más pobres. En el mismo informe se explica que en el año 2016, el 1%, lo que equivale a sólo 70 millones de personas, tiene más riqueza que el 99% restante. Si se realizara un informe similar para Kurdistán del Sur, creo que las cifras revelarían resultados sorprendentemente similares.
Sin embargo, por ahora, no sabemos cómo son estas cifras en Kurdistán del Sur. Pero sí sabemos que la “riqueza” en la región proporcionada por los ingresos del petróleo ha llevado a la desigualdad y a la crisis que la ha provocado.
Explicando la crisis …
Voy a explicar brevemente los orígenes de esta crisis salarial: En diciembre de 2014, los gobiernos de Bagdad y Erbil negociaron el suministro para la exportación de 550 mil barriles de petróleo diarios desde Kirkuk al gobierno iraquí. A cambio, el gobierno federal iraquí decidió enviar a la administración de Erbil el 17% del presupuesto para los sueldos de los funcionarios públicos. Sin embargo, el Kurdistán y el gobierno de Bagdad no cumplieron con sus obligaciones mutuas. El 1 de julio de 2015, el Gobierno Regional del Kurdistán (KRG) decidió vender sus recursos naturales con independencia del gobierno central iraquí. Para Bagdad, el punto principal de la controversia es que el Kurdistán, independientemente del gobierno central iraquí, se ha beneficiado “oficialmente” de las ventas de gasolina y gas a varios estados. Sin embargo, la razón de la crisis actual en el Kurdistán es mucho más profunda que esta explicación.
“Nuestra única relación con Bagdad es sobre los permisos de dinero y de aviones. Y el envío de un diputado al parlamento”, ha dicho un representante kurdo del Parlamento iraquí. Lo que dice no es incorrecto, porque mientras su relación con el gobierno central iraquí es complicada, la relación de Kurdistán con los países occidentales y con la vecina Turquía e Irán están mucho más avanzadas. La razón fundamental de ello es que la relación entre el Kurdistán y el gobierno federal iraquí se basa en el petróleo. Imaginemos que mañana el petróleo pierde por completo su valor y es sustituido por otro recurso. Me pregunto cómo se expresarían entonces estos problemas y crisis…
La crisis es estructural …
Durante mucho tiempo, el petróleo de Kurdistán ha servido a Turquía, los Estados Unidos y otros países occidentales para llevar a cabo sus políticas. Los países occidentales, así como muchas empresas turcas, realizan actividades de exploración de petróleo en la región. El año pasado, el primer ministro Nechirvan Barzani anunció que la región kurda, a pesar de la reticencia de Turquía, los EE.UU. y Bagdad, había firmado un acuerdo por 50 años, que puede ampliarse por otro período si fuera necesario. En la página oficial del Gobierno, se explica que se han firmado acuerdos en los sectores del petróleo, gas y energía con 17 países, entre ellos los EE.UU., China, Inglaterra, Francia, Noruega, Canadá, Turquía, Rusia, los EAU e India. Lo que resulta extraño es que personas que no tienen ni siquiera una visión con alcance de seis meses, hagan acuerdos de 50 años y el pueblo permanezca en silencio.
La crisis no es, como se ha insistido, tanto económica como política. Por tanto, se trata de una crisis social. Dicen que “es económica” porque eliminan la economía de su contexto social y la conectan solamente con asuntos de mercado y de consumidores. Al tiempo que, tras una intensa batalla, se permiten decir, “resistimos, luchamos … comamos algo también”. El enfoque de la administración de Kurdistán del Sur se auto exime de toda culpa. Por ejemplo, es necesario no sólo consumir, sino producir recíprocamente. Ahora nadie está interesado en la producción, ni en asumir la responsabilidad… La inversión indiferente del gobierno en los pueblos y en iniciativas de producción no ha conducido a ningún resultado. Nadie quiere sufrir molestia alguna. Porque todo se basa en el mercado… Dado que el mercado determina el precio, parece difícil desarrollar la producción interna y la competencia. El mercado desarrollado aquí y su dominio se han convertido en una especie de patio de recreo para los vecinos del KRG, Turquía e Irán. Los kurdos se limitan a hacer las ventas con las mercancías procedentes de los tenderos y comerciantes, lo que no es un tipo serio de producción en sí mismo.
Mientras que el KRG lucha para hacer frente a estos problemas, un modelo de estado-nación, que pueblos en muchas partes del mundo están tratando de superar y cambiar, se ha puesto en marcha en Kurdistán con gran entusiasmo. La hazaña del Presidente del KRG Massoud Barzani aún se cumple con la resistencia de muchos partidos políticos fuera del PDK. A pesar de esto y todos los demás problemas y crisis a las que se enfrenta, Barzani ha asegurado que, dentro de un año, la independencia del Kurdistán será posible a través de un referéndum. Muchos dicen que no es un paso realista y acusan al gobierno de usar la independencia como comodín para apartar la atención de la corrupción, las crisis y otras objeciones a la presidencia. Las cuestiones políticas son el centro de este eje.
¿Quién es culpable?
De cualquier manera, el gobernante ha creado una brecha entre la política y la sociedad. Una profunda desesperación, inseguridad y pesimismo han cubierto la sociedad. Las conversaciones rara vez van más allá de hablar de la crisis. Las discusiones en este sentido no generan soluciones al problema. La cuestión no es identificar el problema, sino crear una alternativa. Incluso esto es un problema fundamental. El sistema aquí, en lugar de desarrollar una solución con una organización social, polariza la sociedad en torno a los intereses de los partidos políticos. La polarización de la que hablo puede crecer hasta alcanzar el tamaño del odio y la desconfianza mutua. Esta inseguridad, que se ha vuelto muy común entre el pueblo, se ha convertido en un obstáculo fundamental para la organización social. Ésta es la razón por la que los partidarios del PDK, la Unión Patriótica del Kurdistán (YNK) y Goran (Movimiento por el Cambio) resultan todos igualmente culpables. He tenido la oportunidad de escuchar a los tres. Respeto lo que los seguidores de las tres partes expresan y proponen. Pero la raíz de los problemas se encuentra en la política llevada a cabo por las tres partes.
Una profunda inseguridad se ha desarrollado entre la sociedad y la política. Que el público aún no se haya revelado es sorprendente. El miedo a una posible revuelta es una preocupación fundamental de todos los políticos. Porque un levantamiento de la sociedad y una demanda de libertad significaría el colapso de su gobierno. El miedo y la ansiedad derivan de esta situación.
Divisiones y la búsqueda de una solución
Con la crisis actual, la administración del Gobierno Regional del Kurdistán (KRG) se enfrenta a una encrucijada. Las formas previas en que se administró son inútiles, mientras que un nuevo orden está condicionando una transformación radical y valiente tanto en el sistema como en los factores políticos. A pesar de que todos los partidos políticos se apuntan mutuamente, el Partido Democrático del Kurdistán (KDP), la Unión Patriótica del Kurdistán (PUK), el Movimiento por el Cambio (Goran) y los demás partidos, deben aceptar su contribución a la crisis y encontrar rápidamente alternativas para proponer una solución duradera. Por desgracia esto es algo que se está planteando continuamente y que nunca se lleva a término, pues es la menor de sus preocupaciones. Ellos asumen que vendrá un salvador político, mientras que la solución solo florecerá con la contribución de la sociedad en su conjunto, creando la concepción de la verdadera democracia en el Gobierno Regional del Kurdistán.
En relación a las constantes demandas de independencia del Partido Democrático del Kurdistán a través de un referéndum, la Unión Patriótica del Kurdistán y el Movimiento por el Cambio acordaron formar una coalición el 17 de mayo, con la aprobación de Jalal Talabani, tras una serie de debates en los que se llevaron a cabo las negociaciones. Esta alianza permitió a ambos partidos convertirse en las principales fuerzas en Bashur, obstaculizando el liderazgo del KDP – algo que este partido califica como una amenaza directa para su existencia.
¿Podrá la recién formada alianza, que se produce en un momento de agitación social, política y económica, proponer una alternativa? Solo el tiempo dirá si este acuerdo tiene el potencial para actuar como pionero para la democracia o si la solución precisa de la total reconstrucción del KRG. El nacimiento de tal acuerdo entre el Movimiento Goran y el PUK ocurre en un momento desafortunado en que Bashur está sufriendo políticas y medidas económicas mal gestionadas y corruptas, que están llevando a la imposición de un estado de caos en la región.
Fundamentalmente, el estado de caos se alarga en el tiempo y está constantemente alimentado por las políticas del KRG y la administración del KDP, aunque la crisis política entre Bagdad y el Gobierno Regional del Kurdistán también juega un papel en esto.
El enfoque del KDP por conseguir el poder absoluto en Bashur, ha llevado estos asuntos a un punto muerto. La persistencia de Massoud Barzani en servir como líder en la búsqueda del control absoluto, a pesar de su tiempo en el poder, allanó el camino para la suspensión del parlamento, intensificando la crisis.
Fundamentalmente, en la situación actual en que todos los partidos están en el poder, el KRG sigue sin oposición. El gobierno no está trabajando, pero todos los partidos con diputados han sido colocados dentro de él. Lo que significa que el gobierno, pero también el parlamento, se vuelven inútiles. Esto ha llegado a un punto de que a los parlamentarios de Goran, incluyendo su portavoz, Yousif Mohammed, se les impidió la entrada en Hewler (Erbil).
La polarización política, que ha sido evidente durante décadas entre KDP y PUK, el primero con base en Erbil y el segundo en Slemani, ha alcanzado niveles significativamente altos con la administración dual.
Un periodista ha analizado la situación de la siguiente manera: “Ellos quieren administrar el parlamento como si fuera una corporación. Al igual que las grandes corporaciones tienen jefes, gerentes y empleados, nuestro parlamento también los tiene.” Con la desafortunada contribución de la corrupción, con respecto a los ingresos del petróleo y las aduanas, la actual crisis política y económica ha llegado a su punto más bajo.
El Clima actual en el Kurdistán Sur
Desde el punto de vista político, desde Hewler a Slemani a Duhok, Bashur no es diferente de un sitio en construcción. Se ha convertido en algo cotidiano ver rascacielos, plazas y residencias de lujo, siendo construidas junto a chabolas. Sin embargo, la exitosa finalización de estas construcciones puede ser una tarea laboriosa. Se carece del dinero requerido para ello. El trabajo no puede ser pagado, por lo que los empleados no tienen ningún deseo de trabajar. Patrick Cockburn, un periodista experimentado, analizó esto: “Los prestigiosos hoteles y centros comerciales están vacíos. Los intentos del KRG de replicar a los estados petroleros, como Dubai y Kuwait, han fracasado miserablemente.” Bashur está repleto de centros comerciales, bancos, plazas, complejos, residencias, concesionarios de automóviles y enormes hoteles, que esencialmente orquestan los cimientos de una sociedad basada en el consumo a través de todas sus manifestaciones. Todos los demás espacios y lugares, con su apariencia, son signos de aislamiento del capitalismo. Los habitantes están condicionados para creer que deben comprar de estas construcciones. Estos acontecimientos, que son cada vez más frecuentes día a día, se hacen para desempeñar un papel fundamental en la vida cotidiana de las personas, los pensamientos y las relaciones. Particularmente, ellos resuelven las necesidades de la sociedad. Artículos innecesarios, se presentan a la sociedad como esenciales a través de la publicidad constante y la competencia. Curiosamente, la gente está consumiendo estos productos. En contraste con Halabja, que con una población de 100.000 habitantes solo cuenta con un hotel, Erbil tiene un total de 490 hoteles, moteles y hostales, diez de los cuales son de cinco estrellas y sesenta de cuatro. Un hotelero de Bashur declaró recientemente: “Hace tres años, era imposible hallar una habitación libre. Ahora, la mayoría de ellas están vacías, nadie viene nunca. No hay un solo hotel que no haya experimentado pérdidas. Más de cien hoteles se han visto obligados a cerrar debido a esto.” Se estima que hay alrededor de 200 hoteles, moteles y hostales en Slemani que están experimentando el mismo destino que los de Hewler.
Podemos ver un aumento en los negocios de hoteles en Bashur, sin embargo, un importante servicio civil como es el servicio postal, no existe. Los suministros de electricidad son irregulares. No hay agua limpia para beber del grifo. Se carece de un sistema de transporte público que funcione. Faltan desarrollos importantes como un sistema de alcantarillado. No hay servicios de tratamiento de agua. Los contenedores de basura, suministrados por los municipios, son inadecuados. No existe un sistema de reciclaje. No se están aplicando políticas para prevenir la contaminación del aire. Los pavimentos no son lo suficientemente decentes para caminar… sin embargo; todo esto que he mencionado requiere de esfuerzo y mano de obra. Son cuestiones que sirven como prerrequisitos para que una sociedad funcione bien, dejando a los municipios sin otra opción que la de organizarse y reunirse para proveer al público de estos servicios. Lamentablemente, los políticos sólo están preocupados por obtener ganancias, o bien estos asuntos se trasladan a la periferia. No son conscientes de que ciertos desarrollos de infraestructura son esenciales para una vida comunitaria y para ello se requiere responsabilidad, devoción, consideración y mano de obra. En una sociedad que está preparada para experimentar tales desarrollos, sigue siendo un misterio por qué no son satisfechos por los políticos …
Residencias de ensueño que están lejos de la realidad
Recuerden, ¿dije que la región estaba llena de obras? Bueno, los ingenieros no atienden las necesidades de la sociedad. La sociedad cambia de acuerdo con las residencias. Si ustedes se preguntan cómo, les diré. Veamos la entrevista de Mariam Kahil en “Exporting Iraq”, que es la directora de ventas de Park View, un conjunto de apartamentos de lujo situado en el corazón de Hewler. Sólo por dejarlo claro: “Exporting Iraq” es una revista de negocios y economía con sede en Turquía y los lectores deben ser particularmente conscientes de la mentalidad colonial que prevalece en toda la revista. La entrevista comienza así:
“Erbil está creciendo rápidamente y ha abierto los brazos a la innovación. Hay un mercado abierto para todos los sectores de la economía. En particular, el sector de la vivienda es el mercado más avanzado, debido a la migración masiva hacia la ciudad. Llegamos a Erbil con la esperanza de cambiar el sector de la vivienda. No sólo aspiramos a construir casas, sino que también queremos crear espacios óptimos para las familias. El proyecto Park View, consistente en residencias compactas y lujosas, cobró vida en Erbil con la esperanza de alcanzar estas aspiraciones”.
Mariam Kahil promete proporcionar espacios vitales que supuestamente aseguran estilos de vida cómodos y saludables para las familias, en particular un estilo de vida de ensueño que combina la cultura y el nivel de vida de Europa y Hewler:
“Park Club proporcionará en sus residencias un gimnasio de cinco estrellas. Nuestro gimnasio está totalmente equipado con la última tecnología de cardio y máquinas de fitness, una piscina cubierta y squash, pilates y yoga con entrenadores profesionales preparados en centros recién creados. Además, tenemos un baño finlandés, instalaciones de masaje, salón de belleza y una cafetería para aquéllos que quieran relajarse y distenderse”.
Sí, ciertamente suena como un sueño … La adopción por Mariam Kahil de actividades “europeas” como “Park Club, fitness, cardio, squash, pilates, yoga, sauna, baño finlandés” amplifica el encanto de su fantasía. ¿No es fascinante ver la armonía entre el sueño de Mariam y la realidad del Kurdistán? Con Daesh a 50 kilómetros de la frontera y un futuro incierto, esto parece un esfuerzo precario y delirante.
Los “esclavos” de la vida lujosa
Varias residencias en Hewler han estado inspiradas por estas fantasías, tales como el Pueblo Americana, la Ciudad Italiana, la Aldea Inglesa, el Pueblo Sueco y la Ciudad Ideal, así como en Slemani, con Ciudad Jardín, la Aldea Alemana. Mundo Imperial, situado en Hewler, consta de una serie de rascacielos que actúan como centro de negocios y empleadores. No hace falta decir que me recuerda a un palacio imperial. Me pregunto cómo funciona este centro de negocios en una región que carece de cualquier forma de producción nacional.
Todos los desarrollos antes mencionados se presentan como fortalezas de los ricos e imponen valores a los pobres. Se han convertido en símbolos de la división de clases. Simultáneamente, estas estructuras privadas mantienen fuerzas de seguridad y limpiadores privados. Vidas lujosas que se limitan a estas residencias lujosas se presentan como único indicador de una “buena vida”. La regla final es ésta: “si posees riqueza, debes aspirar a construir sobre esta riqueza para vivir”. Además, hay villas y mansiones que levantan una barrera entre ricos y pobres. Podría escribir un artículo completamente nuevo sobre este tema, por lo tanto, sólo tocaré algunos puntos. Estas viviendas contienen “doncellas”, que tienden a proceder de Extremo Oriente. Viviendo al borde de la pobreza, estas criadas reciben salarios mínimos y, sin duda, son explotadas; no sólo como criadas domésticas, sino también como limpiadoras en centros comerciales y aeropuertos. Estas opciones tienden a socavar la dignidad de la gente, a lo que Kurdistán del Sur no es extraño, considerando las políticas del régimen Baaz de no hace mucho tiempo. Similar a la trata de esclavos, este fenómeno presiona los límites de mis valores morales y debe ser cuestionado. El dilema lleva a la elección tomada aquí. Soy rico y, por lo tanto, los pobres deben trabajar para mí. ¿No recuerda esto a los aristócratas norteamericanos y británicos?
En su documental, “Capitalismo: Una historia de amor”, Michael Moore señala, “somos adictos al placer y entregados al consumo. Nuestra identidad se define por lo que poseemos más que por las cosas que conseguimos. Esto no transmite un mensaje de felicidad o seguridad”. Kurdistán del Sur, en mi opinión, se encamina en una dirección similar.
Aldeas abandonadas
Una vez salimos de los centros urbanos del sur de Kurdistán, nos espera un extraño viaje. Las cicatrices de las guerras previas siguen siendo realmente ásperas. Las aldeas son el hogar del grito lamentable de una nación moribunda. Las atrocidades de la guerra de los años 80, en especial la campaña de Anfal, significaron la demolición e inutilización de pueblos enteros. Según las cifras oficiales publicadas por el Gobierno Regional del Kurdistán, se estima que 2.500 aldeas fueron completamente destruidas y otras 2.000 sufrieron daños. Después del Raperin, el levantamiento kurdo de 1991, Kurdistán del Sur fue liberado del régimen de Baaz. Esto significó que los civiles pudieran finalmente regresar a sus aldeas y reconstruir sus hogares. Sin embargo, tras la invasión estadounidense de Irak, los civiles fueron dirigidos hacia las ciudades, lo que supuso que sus hogares previos se convirtieran en pueblos fantasma. Estos pueblos abandonados son el producto de la urbanización de lugares como Slemani, Hewler y Duhok. Quienes permanecen son los ancianos, que no se sienten atraídos por las ciudades superpobladas y no están dispuestos a aceptar el ritmo de la vida urbana, o tal vez por el verdadero patriotismo que albergan en sus corazones. ¿Y los que se fueron? Abandonaron su historia, sus antepasados y su pasado para vivir una vida de incertidumbre en las ciudades.
Sin embargo, la guerra ha terminado y los kurdos ahora tienen autonomía, pero nada se ha hecho para salvar estos pueblos. Se podría hacer mucho para restaurar una vida llena de significado en estas áreas; desde la producción agrícola y las granjas hasta una nueva forma de producción y vida comunales. De hecho, la gran mayoría del suelo en el sur de Kurdistán es extremadamente fértil, pero está sin trabajar. El gobierno no parece preocupado; no se prevé ningún proyecto o inversión actual o futura. Mientras que el suelo fértil anhela ser procesado, las panaderías importan su harina y trigo de Turquía.
Todo el mundo consume, pero nadie produce
La economía en el sur de Kurdistán es meramente alimentada por los consumidores codiciosos; sin embargo, la producción debería generarse simultáneamente al consumo. La gente se ve obligada a vivir en grandes ciudades, como se ha descrito anteriormente, habitar en plazas y villas. La élite, por otra parte, está profundamente comprometida con ideas para aumentar su poder y riqueza a costa del pueblo. El deseo de obtener riqueza excedente proviene de una economía dedicada al consumismo.
El análisis de Cockburn dice: “La mayoría de los bienes se importan de Turquía e Irán. ‘Ni siquiera podemos producir nuestros propios tomates’, se quejan los kurdos de todo Kurdistán del Sur”. Entonces, ¿qué hay detrás de la “realidad” que los medios occidentales llaman ‘bienestar, auge económico y paraíso’, pero que Cockburn describe como el “monumento infructuoso”?
No hace mucho tiempo los kurdos, a pesar de la represión y la guerra, eran capaces de sobrevivir con la agricultura y la ganadería. ¿Qué hay detrás de la realidad actual, en la que los kurdos ni siquiera pueden producir sus propios tomates?
La competitividad entre Irán y Turquía
Mientras que los centros comerciales se construyen para parecerse a sus homólogos estadounidenses, de hecho la mayoría incluso están diseñados allí, se han abarrotado con productos iraníes y turcos. Los restaurantes de comida rápida ocupan todos los rincones. Esto tiene como objetivo alentar a la sociedad a consumir. Cada día algo nuevo se pone a disposición del público, lo que hace de estos lugares el centro de atención. Lo que es más importante, el impacto de la urbanización y la globalización en las pequeñas empresas, así como en la naturaleza, ha sido mortal.
Mientras que los pequeños negocios dan gran importancia a la construcción de sólidas relaciones sociales entre el cliente y, por ejemplo, el tendero, los centros comerciales vuelven inútil la lealtad del cliente. Por otro lado, varios centros comerciales, restaurantes, tiendas y cafés han recibido nombres ingleses y turcos. Al capitalizar empresas que utilizan nombres extranjeros, los kurdos han demostrado una vez más que no valoran nada el ser kurdos.
Tomemos esto como ejemplo. A pesar de las condiciones óptimas en las aldeas para la producción de yogur, las personas siguen consumiendo marcas turcas importadas como “Mersin”, “Pinat” y “Yoruksut”. Los aldeanos se presentan con todo tipo de excusas para no producir. Por ejemplo, Kamuran Bakir procedente de Mawat, Slemani, dice: “No vale la pena hacer nuestro propio yogur porque podemos comprarlo más barato en las tiendas. Por eso nadie se molesta. Además, si yo produzco mi propio yogur, ¿quién me lo comprará? Todo el mundo va a las tiendas actualmente”. Este ejemplo se puede aplicar a casi todo en Kurdistán. Aparte de las frutas y hortalizas de temporada, es muy difícil encontrar productos de producción nacional. El capitalismo hace valer la idea de que la producción sólo puede existir si se intercambia con dinero. Esto es puramente porque sólo está interesado en alcanzar un beneficio.
Siempre que la producción no necesite tener un valor monetario, sino que pueda incluso representar una acción que está en el pensamiento. Siempre que los valores morales de la humanidad no queden reemplazados por la codicia por acumular riqueza, podríamos reemplazar la ‘producción’ por la palabra ‘creatividad’, para que las personas se vuelvan ‘creativas’ y ‘productivas’.
Continuará…
Fuente: Kurdish Question
Traducido por Rojava Azadî