La economía de Rojava y el futuro de la revolución

La economía de Rojava ha sido un tema de mucho debate. Rojava ha sido alabada por los izquierdistas de todo el mundo como una especie de utopía comunista, socialista y confederal, sin precedente alguno en el mundo actual, por lo que la cuestión de cómo podría organizarse la economía en un lugar tan místico parece ser una cuestión importante, y ya ha sido fuente de mucha controversia, tanto dentro como fuera de Rojava.

Sin embargo, primero son necesarias algunas definiciones.

Rojava significa “Occidente” en kurdo y representa el Kurdistán Occidental, una denominación para los territorios kurdos dentro de las fronteras de Siria. La cuestión de qué territorio es y no es Rojava ha sido debatida tanto entre las diferentes facciones políticas kurdas como entre los kurdos y otros pueblos que habitan la región. No obstante, las regiones que son relevantes en este artículo, son las que en un momento dado formaban parte de la administración de la Xweseriya Demokratîk (Autonomía Democrática) y más tarde, de la Federación Siria del Norte, las cuales son el marco político actual de la revolución social en Rojava y norte de Siria.

Una corta historia económica

El área es parte de lo que se denomina “creciente fértil” y en su mayoría está situado entre los ríos Éufrates y Tigris y los montes Tauro al norte. Esta gran región de la Mesopotamia ha sido probablemente el lugar de la revolución agrícola durante el período neolítico, y hasta el día de hoy, la agricultura es la actividad económica más importante en todo el norte de Siria. El tejido socioeconómico feudal constituido por tribus rurales y en parte nómadas, no cambió demasiado hasta que la colonización europea comenzó en la década de 1920, aunque otro factor importante en este hecho fue la afluencia de asirios, caldeos, armenios y otras minorías cristianas que sobrevivieron al genocidio en Turquía, y se asentaron en la llanura del norte de Siria, fundando algunas de las primeras ciudades como Qamişlo, hoy uno de los grandes centros económicos de la región.

Muchos de los que procedían de pueblos y ciudades siguieron profesiones más urbanas, trabajando como comerciantes y artesanos. Los colonizadores franceses participaron mucho en la formación y expansión de ciudades como Qamişlo o Heseke, y la construcción del ferrocarril Berlín-Bagdad generó muchos otros nuevos asentamientos a lo largo de su curso, el más notable de los cuales es Kobanê. El ferrocarril pronto se convertiría en la línea de demarcación de la frontera que separa los entonces nuevos estados de Turquía y Siria. Tras su establecimiento, dividió muchos asentamientos en dos, siendo el más grande Qamişlo, quedando familias, comunidades y pueblos que allí vivían a ambos lados del ferrocarril. Esta separación forzada tuvo un enorme impacto en el desarrollo de la región y no fue menos severa que la de Corea del Norte y Corea del Sur, Alemania Oriental y Occidental, y otra cantidad  innumerable menos conocidas que fueron el resultado del colonialismo imperial.

El siguiente gran cambio llegó en los años 60 y 70 cuando el régimen del Baaz tomó el poder. Los baazistas se propusieron crear una economía planeada y centralista en la que designaron al Noreste de Siria como el granero de la nación. El modo comunal y tradicional de producción agrícola fue reemplazado por enormes monocultivos de trigo industrializado en manos de empresas estatales, que dependían en gran medida de fertilizantes químicos y pesticidas. En menor medida se cultivaba algodón. Hacia el oeste, en el campo más montañoso al norte de Alepo, la producción agrícola se mantuvo más diversificada, con muchos tipos diferentes de frutas y verduras cultivadas, y menos industriales. A lo largo de las regiones kurdas se destacaron los huertos de olivos y pistachos, pero muchos de ellos fueron talados primero por el Estado y más tarde por los lugareños que necesitaban leña. La cría de ovejas y cabras continúa en el presente, aunque la mayoría de los pastores nómadas  se vieron obligados a establecerse finalmente.

Junto a la agricultura, la explotación del crudo y más tarde el gas mineral, emergieron como el nuevo gran negocio, especialmente en el noreste del país. El Estado, sin embargo, no era visto favorablemente en la región, en gran parte debido a su lejanía del corazón del país y también por el pasado rebelde de los kurdos. Todas las industrias de procesamiento de los productos de la región, como molinos y refinerías, se construyeron muy lejos, en Homs, Hama y Alepo. El aceite era extraído, el trigo cultivado, luego llevado al centro, y más tarde el diesel y la harina se volvían a vender a la misma gente que había producido la materia prima. Rojava compartió el destino de muchas regiones y países cuya economía se basa en la producción de materias primas, en el sentido de que permaneció completamente dependiente de las entidades que procesaban sus productos, así como de todos los demás bienes y aún más, porque no había ningún grado de autonomía que hubiera permitido una iniciativa económica propia. Por el contrario, el Estado hizo un esfuerzo continuo para mantener a la región tan dependiente como fuera posible, negando la ciudadanía a los kurdos y otras minorías, persiguiendo a miembros de organizaciones políticas y sindicales que no formaban parte del partido Baaz, cortando muchos árboles para eliminar la autosuficiencia económica y haciendo prácticamente imposible construir algo más alto que un piso o incluso plantar un árbol sin el permiso explícito de las autoridades y de una membresía partidaria.

La  gran ciudad de Alepo se convirtió en el primer centro industrial de Siria y siguió siendo el centro comercial y económico más importante de la nación, incluso durante la guerra. Muchas personas de Rojava y del norte de Siria, la mayoría de ellos campesinos y pastores empobrecidos, se trasladaron a los centros urbanos, de los cuales Alepo era el más grande y más cercano. Los kurdos y otras minorías generalmente se instalaban en barrios separados, como Şêx Meqsûd y Eşrefiye en Alepo, o Zorava y Kurdan en Damasco. También las personas que cursaban estudios superiores debían emigrar a las grandes ciudades, especialmente a las más septentrionales como Alepo, Raqqa y Heseke que es donde se encontraban las principales universidades.

En los años 90 y desde allí en adelante, el régimen baazista llevó a cabo algunas reformas neoliberales manteniendo intacto el núcleo del Estado autoritario centralista. Mientras que las compañías extranjeras reemplazaron en parte a las empresas estatales, el modo general de producción permaneció igual.

En los inicios del levantamiento de marzo de 2011, los principales productos de Rojava eran trigo, algodón, petróleo crudo y gas mineral, y en menor medida otros productos agrícolas como carne, aceitunas, pistachos, huevos y diferentes productos lácteos.

Filosofía económica de la Revolución

He citado muchas veces a (Abdullah) Öcalan pero lo haré una vez más. Él compara la sociedad con un campo. Si crece un monocultivo necesitará fertilizantes, pesticidas, una valla, equipo industrial y así sucesivamente o los cultivos morirán. En la sociedad esto está representado por el Estado. Una sociedad monocultural, o nacionalista, no puede existir sin un Estado porque es débil como los cultivos en una plantación industrial. Sin embargo, de acuerdo con los principios de la permacultura y la agrosilvicultura (agroforestería), el campo se convertirá en un ecosistema que se regula a sí mismo y no tiene necesidad de intromisión, algo muy parecido a lo que ocurre en una sociedad sana y diversa, que no necesita instituciones autoritarias.

Hoy en día, los seres humanos tratan de regular y “domesticar” los ecosistemas de diversas maneras, al igual que tratan de solucionar los problemas sociales con políticas inteligentes, legislación sofisticada, guerra u otros métodos externos que ignoran la sociedad, sus orígenes, dinámicas y complejidad y reducen a miles de millones de personas a sujetos pasivos de los esquemas de una desconectada clase de “gerentes”. En ambos casos es el mismo proceso de dividir al mundo en una masa pasiva e inanimada para ser sometida (naturaleza, mujeres, humanidad, “pueblo”) y un dominador activo (hombre, dios, gobierno). La teoría emancipadora rechaza esta ideología positivista, patriarcal y materialista. Pero para romper el poder del regulador externo, el grupo en cuestión debe, por supuesto, convertirse en activo, auto-organizarse y dar forma a su propio ecosistema para hacer redundantes las construcciones de poder.

Por lo tanto, la autonomía económica es crucial para lograr cualquier cambio sustancial del statu quo. El concepto moral y ético de la solidaridad debe ser desarrollado e internalizado antes de que cualquier grupo pueda satisfacer sus necesidades materiales de una manera verdaderamente igualitaria.

La economía de Rojava desde 2012

Después de que las fuerzas del régimen dejaron la ciudad de Rojava el 19 de julio de 2012, las empresas estatales fueron expropiadas y los consejos asumieron el control de las tierras agrícolas. La nueva administración se construyó alrededor de comunas recién creadas que en su mayoría se habían conformado en el pueblo y las aldeas circundantes. Las comunas distribuyeron la tierra entre sus familias según la necesidad y la capacidad de manejarla, quedando algunas tierras en manos de los consejos superiores para convertirse desde cero en las primeras cooperativas.

El primer invierno de la revolución fue muy duro. Debido a la falta de molinos, el pan se volvió tan escaso que algunas áreas de Rojava sufrieron hambre. Muchos de los árboles que quedaban fueron cortados para leña. Debido a la imposibilidad de importar muchos de los tan necesarios bienes y maquinarias, el desarrollo económico fue impulsado a una velocidad sorprendente con el objetivo de proporcionar autosuficiencia básica. Esto incluyó la construcción de molinos improvisados y refinerías, un enorme auge en los negocios y el comercio a pequeña escala y un auge general de la construcción, cosas que habían sido imposibles bajo la regulación gubernamental.

Los agricultores comenzaron a cultivar hortalizas y especias, para uso personal principalmente, una vez que pudieron utilizar libremente sus tierras, aunque en muchos lugares -bajo el gobierno del Baaz- el conocimiento de la agricultura tradicional había disminuido. Casi toda la tierra continuó siendo utilizada para cultivar trigo, que era necesario tanto en Rojava como en Siria en general como fuente principal de alimentos. En consecuencia, el modo de su producción también permaneció industrial y dependía de los pesticidas y fertilizantes importados. Las semillas de trigo continuaron siendo producidas por una empresa estatal en Dêrik.

El Estado siguió participando en la industria petrolera, en la cual los consejos no tenían medios para auto-administrarse. Confiaron en los ingenieros del gobierno y en el mantenimiento de la infraestructura de la industria. Los ingresos se dividieron a la mitad entre el Estado y la Xweseriya Demokratîk y así mismo, el Estado proporcionó a Rojava algunos refinados diesel y gasolina.

Hay que recordar que las instituciones del Estado han estado presentes en Rojava después de la Revolución, algunas hasta hoy. Por una parte, era imposible asumir de inmediato la gestión de todas las esferas de interés público. También era inevitable que la Xweserî (Autonomía) hiciera algunas concesiones al Estado para evitar una confrontación militar a gran escala, ya que la oposición árabe-siria en ese momento no estaba dispuesta a reconocer la autonomía kurda o a cooperar con las fuerzas que la representaban. Finalmente, expulsar todas las instituciones del Estado no era deseable desde un punto de vista revolucionario. Cuando Riza Altun, un alto diplomático de la KCK (Unión de Comunidades del Kurdistán), en una entrevista con Al Monitor en 2016 fue consultado sobre la cooperación de Rojava con el régimen sirio, respondió que expulsar enteramente al Estado y de forma inmediata, provocaría inevitablemente la creación de un nuevo Estado independiente. Como el objetivo de la revolución es precisamente evitar esto, es necesario tolerar la presencia del Estado en algunas áreas, hasta que surja una forma de organizarlo democráticamente.

Durante algún tiempo, el Estado tuvo a cargo el sistema sanitario, el de agua, electricidad y educación y mantuvo en funcionamiento varias otras instituciones civiles, incluidas las oficinas municipales de algunas ciudades, que a veces al funcionar en forma paralela a las nuevas instituciones Xweser (autónomas), poco a poco se fueron volviendo ociosas. Hoy la educación primaria y la sanidad local están organizadas de manera completamente autónoma, así como gran parte de la educación secundaria y universitaria, las redes de agua y electricidad y muchos hospitales.

Los consejos más importantes de la Xweserî nunca han tratado de ejercer una fuerte autoridad sobre el desarrollo económico. Nunca ha habido un impuesto sobre las empresas o el comercio; los principales ingresos de la  Xweserî proceden de las antiguas empresas estatales absorbidas por los consejos. Ha habido muy pocas expropiaciones por fuera de aquellas relativas a la propiedad estatal. Las políticas económicas más notables han sido los límites de precios de los bienes básicos como la harina y el azúcar, el establecimiento de servicios de bienestar social y la proclamación del derecho de los trabajadores a auto-organizarse junto con muchas otras liberalizaciones que fueron de facto, la eliminación de las regulaciones estatales.

Los revolucionarios de Rojava, los Apoístas (Apocî), nunca han tenido el monopolio del poder social o político dentro de Rojava. El partido Baaz y el KDP (Partido Democrático de Kurdistán), diferentes líderes tribales y religiosos y también algunas facciones islamistas tenían importantes bases de poder en Rojava al comienzo de la revolución. El KDP especialmente, quien durante mucho tiempo había tenido una fuerte presencia en Cizîre, trató de tomar el poder dentro de la Xweserí y presionar hacia políticas reaccionarias, nacionalistas y económicamente neoliberales; cuando comenzó a perder cada vez más influencia frente a los Apoístas, recurrieron a la implementación de un embargo aún más duro junto a Turquía, lanzando una campaña masiva de difamación mediática y unas cuantas veces, al terrorismo.

La red eléctrica de Rojava nunca fue desarrollada adecuadamente y el Estado no estuvo dispuesto a proporcionar más que unas horas de electricidad diaria a determinadas comunidades; los consejos comenzaron a usar generadores diesel para suministrar energía. Después de la expropiación de los departamentos estatales, estos generadores fueron explotados originalmente por las Oficinas de Electricidad del Comité Económico cantonal, más tarde por las comunas y los barrios, quedando las oficinas a cargo sólo de algunos generadores en lugares públicos como los mercados. Grandes partes de Cizîre se suministran con energía de grandes generadores en la ciudad de Rimêlan. La energía eléctrica sigue siendo un problema, ya que es muy difícil y costoso importar piezas de repuesto para los generadores, en su mayoría muy antiguos, mientras que el deterioro de la maquinaria es acelerada por el diesel de baja calidad. La captura de la represa hidroeléctrica de Tişrîn por parte de las QSD (Fuerzas Democráticas Sirias) redujo la escasez de energía en Kobanê y en el oeste de Cizîre, pero con el Éufrates llevando muy poca agua, debido por un lado al sabotaje de Daesh, y en gran parte a la interferencia turca sobre el flujo del río, lo cual reduce considerablemente la eficiencia de la planta; en otras partes está demorada la construcción de redes capaces del suministro a grandes áreas de Rojava con el poder de Tişrîn, por consiguiente  provocando una inevitable y continua dependencia de los generadores de diesel.

El suministro de agua ha mejorado bastante en los últimos años, sin embargo la interrupción de Turquía del flujo de arroyos y ríos hacia Rojava aún provoca una grave escasez de agua. Además, a lo largo de las últimas décadas se han cavado excesivamente pozos en toda la región, agotando en gran medida las reservas de agua subterránea. En algunas zonas cultivables los pozos tienen ahora más de 200 metros de profundidad, en otros el agua es demasiado ácida para el consumo debido a la contaminación generada por los fertilizantes industriales.

Comunalismo, ecología, liberación de las mujeres

El embargo contra Rojava ha significado una especie de proteccionismo forzado externamente que permitió desarrollar parte de la economía local. Pero el impacto negativo de la guerra ha sido mucho mayor, con más de las tres cuartas partes de los ingresos totales destinados al esfuerzo bélico. Sin embargo, los revolucionarios de Rojava han visto el establecimiento de instituciones económicas alternativas como esenciales y han empujado desde el principio hacia la creación de cooperativas y otros modelos de economía comunal. Los cantones asignaron fondos para financiar nuevas cooperativas. Una vez que estuvieron en funcionamiento, devolvieron el 30 por ciento de sus ingresos al Fondo. La mayoría de las cooperativas son cooperativas de agricultores, unos pocos tienen vacas y ovejas propias y producen lácteos. En menor medida, hay cooperativas que producen ropa, dirigen negocios gastronómicos y otros servicios y comercian bienes.

La recepción del modelo cooperativo actual ha sido algo variado hasta ahora, con menos de 100.000 miembros activos en las cooperativas de los 4,5 millones de habitantes estimados de la Federación. El modelo cooperativo de economía más exitoso por mucho es el de Afrin, donde la economía es la más diversa pero donde también enfrentan un embargo total.

Las cooperativas de mujeres están creciendo en tamaño y número, ya que son una forma eficaz para que las mujeres se vuelvan cada vez menos dependientes de sus padres o esposos. En general, la lucha en curso de la liberación de las mujeres también ha influido en la economía porque por primera vez en los tiempos modernos, las mujeres pueden participar a gran escala en la economía y ser precisamente independientes de sus familias en términos económicos. En general, las funciones predominantes de las mujeres siguen siendo las tradicionales centradas en el trabajo doméstico y la maternidad, pero el porcentaje de mujeres que siguen caminos diferentes está creciendo rápidamente.

Las mejores cooperativas se encuentran en los pueblos que han formado Comunas Económicas. Las Comunas Económicas son la síntesis de los modelos cooperativos y comunales. El término se refiere a una comunidad que no sólo coopera en una cierta actividad económica como podría ser una cooperativa, sino que comunaliza toda su propiedad y se organiza colectivamente para satisfacer las necesidades y demandas de la comunidad. En la actualidad sólo hay unas pocas comunas de este tipo, sin embargo los consejos superiores de la Xweserî  llegaron a una decisión en la primavera de 2016 con el objetivo de que el 50 por ciento de las aldeas de Rojava se conviertan en comunas económicas en un plazo no mayor a dos años. Esto se logrará a través de incentivos tales como subsidios provenientes de los fondos centrales y con un fuerte apoyo de todo tipo de instituciones revolucionarias -municipios que proveen herramientas y maquinaria, cooperativas comerciales y de producción que ofrecen precios reducidos, sindicatos que ayudan a ingenieros y trabajadores especializados, etc. Los pueblos que prefieran adherir a una economía capitalista son libres de hacerlo, pero no podrán ser parte de la red económica comunal.

Una de las principales críticas expresadas a menudo en los Consejos de la Xweserí y ahora en la Federación, es la falta de desarrollo ecológico. A pesar de ser uno de los principios de la revolución y de que se han alcanzado logros fundamentales en la educación ecológica y el establecimiento de algunos parques naturales protegidos, la economía ha podido avanzar muy poco en una dirección  más ecológica y sustentable. La razón principal es la incapacidad de alejarse de la agricultura industrial bajo las actuales condiciones de guerra y embargo. Después de una grave escasez de fertilizantes, el Comité Económico del cantón de Cizîre dio un primer paso al comenzar a construir plantas de compost en las ciudades de Til Temir y Tirbespiyê, con el plan de crear más plantas de este tipo en Rojava si las primeras resultan ser eficaces en la producción de fertilizantes ecológicos. Si el modelo tiene éxito no sólo hará que la Federación sea en gran medida independiente de la importación de fertilizantes, sino también posibilitará reponer el suelo que se ha convertido en mucho menos fértil a través de décadas de monocultivos y fertilizantes químicos.

Industria

En los primeros años Rojava tenía muy poca industria -en particular algunos talleres de ropa en Afrin, un par de pequeñas fábricas que producían alimentos, jabones, botellas de plástico y otros artículos de plástico en Amûdê, Qamişlo y Dêrik. También había varios talleres más pequeños para la reparación y el mantenimiento de vehículos y algunos un poco más grandes que producían máquinas agrícolas y piezas de repuesto para diferentes tipos de maquinaria. Muchos mecánicos e ingenieros de estos talleres han demostrado ser expertos e inventores excepcionales, ya que se les puede atribuir la construcción de muchos de los tanques, vehículos blindados y armas, incluyendo morteros y cañones, gracias a los cuales Rojava y las YPG se hicieron conocidos internacionalmente.

En los últimos años, los enormes avances de las YPG y las QSD han atraído hacia la Federación a más ciudades industriales como Heseke y Minbic. Muchas de las fábricas allí han sido destruidas por Daesh cuando se retiraron, otras han sido saqueadas y otras no pueden ser operadas porque los ingenieros que entienden la maquinaria se han ido o bien, porque el material del proceso no existe en la Federación y tampoco puede ser importado. Los Comités Económicos están trabajando duro para conseguir que las fábricas más importantes funcionen de nuevo gracias a los trabajadores y a los ingenieros y a la adquisición de las piezas de repuesto necesarias, lo que ha llevado a varias fábricas de textiles e hilados a reanudar el servicio.

Comercio

Con un embargo cada vez más estricto, las importaciones de diversos bienes necesarios pasaron a depender de los grandes comerciantes del Kurdistán Meridional. El KDP sólo permitía exportar a Rojava a los comerciantes aliados con éste -comerciantes que, vale decir, exigían precios horrendos. Estos comerciantes vendían sus mercancías a otros comerciantes en Rojava, que luego eran vendidas en los mercados, generando enormes márgenes de ganancias debido a que se generó un monopolio sobre la importación. Para combatir esta tendencia, los Comités Económicos formaron la Kooperatîfa Hevgirtin (Cooperativa Solidaria), con sendas secciones en todas las grandes ciudades. Las Secciones son financiadas principalmente por la base de ciudadanos que son miembros cooperativos; la Hevgirtin entonces actúa como un gran mayorista, comprando los bienes directamente a los comerciantes del Kurdistán del Sur y vendiéndolos en tiendas especiales que existen en todas las ciudades donde funcionan Secciones de la Hevgirtin y que son por ella administradas. Los miembros cooperativos pueden comprar bienes exactamente al precio de compra original, mientras que todos los demás pagan un poco más. Este modelo funcionó bastante bien hasta que el KDP prohibió a sus comerciantes vender a la Hevgirtin, obligándola a comprar a los intermediarios, lo que en algunos casos hizo que el precio de un bien determinado fuera mayor que el precio regular de mercado. Sin embargo, la Hevgirtin sigue funcionando, sus tiendas abren seis días a la semana, ofreciendo muchos productos a precios asequibles, en su mayoría mercancías producidas dentro de la Federación.

A pesar del embargo, la Federación sigue importando diferentes bienes de consumo provenientes del Kurdistán del Sur, y exportando ovejas vivas. Desde Alepo, que a pesar de la guerra ha seguido siendo el centro económico de Siria, son importados los materiales de construcción y diferentes productos industriales y mecánicos como filtros de combustible, repuestos de maquinaria, herramientas y aceites de motor, así como una variedad de otros artículos. Desde Damasco la Federación importa vía aérea, medicamentos, productos electrónicos y otros. De Idlib, Latakia, Raqqa, Deir ez-Zor y otras partes de Siria, se importan verduras, otros productos alimenticios y materiales de construcción. La Federación exporta trigo, crudo, gas y algunos otros productos agrícolas a otras áreas de Siria. Cabe señalar que todas las diferentes facciones de la guerra civil siria están de alguna manera haciendo negocios entre sí, aunque no están muy interesados en publicitar este hecho.

El único país vecino interesado en el comercio directo con la Federación es Irak. El desarrollo de la guerra en y alrededor de Mosul es clave de este modo, ya que si el gobierno central iraquí tomara el control del paso fronterizo entre Şengal y al-Hol, habría una ruta directa para el comercio con Irak y gran parte de la presión del embargo podría ser levantada.

Conclusión

La Meclîsa Sûriya Demokratîk o MSD, Consejo Democrático Sirio, presentó una propuesta global para la solución de la crisis siria a principios de 2016. Se esbozó el restablecimiento de Siria como una confederación de diferentes regiones autónomas, unidas por una constitución y una representación diplomática común. Junto a la creación de una federación árabe-kurda en el norte sugirió una federación árabe sunita en el este y el centro, una federación Alawi en el oeste y una región drusa autónoma en el sur. Todos los grupos étnicos, religiosos y sociales conservarían el derecho de auto-organizarse y administrar sus propios asuntos de forma autónoma dentro de los lineamientos marcados por los principios fundamentales esbozados en la Constitución. La propuesta incluía un marco de distribución equitativa de recursos entre las regiones, por lo que ninguna región tendría que importar los bienes y artículos necesarios desde ningún otro lugar en la medida que estuviera disponible en alguna de las otras regiones.

La propuesta del MSD sigue siendo el único plan real que excluye el derramamiento de sangre y miseria hasta el día de hoy. Todos los asistentes a las vanas conferencias de paz no pudieron nunca llegar a un acuerdo, salvo que “la integridad territorial de Siria” sea preservada, y no formular nada más que la exigencia de colocar a sus candidatos en la cima de un Estado que fracasó mucho antes de 2011.

Los problemas económicos de la Federación sólo pueden resolverse si la guerra en Siria llega a su fin. Es necesario excavar canales de riego desde el Tigris y el Éufrates para aliviar la escasez de agua, establecer un cinturón verde en el sur contra la desertificación y permitir una revolución agrícola- ecológica. Los experimentos con energía solar, bio-gas y otras energías renovables deben ser puestos en práctica para poder resolver la crisis energética. Estos y muchos otros pasos que deben tomarse requieren rutas comerciales abiertas y condiciones bajo las cuales la destrucción total a través de invasiones y bombardeos sea prácticamente nula.

Los Apoístas (Apocî) son la única gran fuerza unida que ha permanecido fiel a las promesas de la revolución siria. Los revolucionarios árabes han sido en gran parte destruidos o marginados por los grupos salafistas respaldados por Turquía. Pero alcanzar la autonomía y la relativa paz de la Federación podría no suceder a corto plazo. Su renuente aliado estadounidense parece decidido a abandonar el teatro sirio, abriendo el camino para una invasión turca plena. Al mismo tiempo, Irán ha utilizado numerosas veces su influencia en las fuerzas armadas del Estado del Baaz para provocar una guerra con la Federación, atacándola en Qamişlo y Heseke. Durante muchas semanas, los barrios de las YPG de Alepo han estado completamente rodeados por las fuerzas del régimen, otorgándoles un ultimátum para dejar la ciudad pasado el 31 de diciembre de 2016. Las negociaciones en curso entre Turquía, Irán, Rusia y el Estado del Baaz son en efecto siniestras.

El sueño de los levantamientos de Oriente Medio, de la revolución siria, perecerá si el pueblo sirio no asume la causa de la autonomía democrática y la revolución confederal. La Federación, al mismo tiempo, debe mejorar en gran medida su alcance público y hacer conocer sus ideales, sus propuestas y transmitir su esperanza a una mayor cantidad de gente en todo Oriente Medio. Para ello son necesarios más medios de comunicación honestos y críticos.

Los revolucionarios de Oriente Medio -como los revolucionarios en todas partes- sólo pueden tener éxito si permanecen unidos. La ventana de oportunidad se está cerrando rápidamente.

Notas

1- Refiere a los partidarios de Abdullah Öcalan, llamado “Apo”(tío) por los kurdos. Es el líder del líder del Partido de los Trabajadores del Kurdistan (PKK) . (N.de T.)

FUENTE: Salvador Zana es escritor y voluntario de las YPG ex miembro del comité económico del cantón de Cizire / Kurdish Question / Traducción: Nathalia Benavides