La dramática propagación de ISIS en Siria a Iraq en 2013 fue otro paso hacia la aceleración del colapso del acuerdo Sykes-Picot, impulsado por Gran Bretaña y Francia, y que dividió a las provincias del Imperio Otomano hace casi un siglo. Este acuerdo dio lugar a que los kurdos y otros grupos étnicos pierdan el estatus semiautónomo que habían disfrutado durante los tiempos otomanos.
El acuerdo Sykes-Picot (1916) fue una herramienta política ideada por Gran Bretaña y Francia como un medio para poner en práctica sus intereses políticos y estratégicos en Medio Oriente para el siglo XX.
El modelo colonial e imperial de gobierno en Medio Oriente fue sustituido por los estados-nación. Como resultado directo de la imposición de este modelo europeo, la mayoría de los regímenes de Oriente Medio ahora están dominados por un único grupo étnico y religioso. Pero la mayoría de los grupos étnicos y religiosos de la región resisten las líneas fronterizas artificiales y los también artificiales estados-nación.
Con el tiempo, el control de estos estados cambió a través de golpes militares y no por la aplicación de políticas y elecciones democráticas. Sólo en Turquía se han producido dos golpes militares y varias intervenciones militares: golpe de Estado en 1960; memorándum militar en 1971; golpe de Estado en 1980; presunto golpe militar en 1993; memorándum militar en 1997; presunto golpe de Estado en 2016.
Mientras estos estados-nación mantuvieron una relación rentable con el mundo occidental, hubo poca intervención externa. Hoy, con la excepción de Irán, todas estas regiones kurdas (Turquía, Siria, Iraq) están enredadas en las guerras.
El colapso de los estados-nación
Un siglo después del inicio de la Primera Guerra Mundial y del acuerdo de Sykes-Picot (1916), que determinó el marco para la re-división en estados del Medio Oriente, finalmente hoy estos estados están cayendo. Esto se manifiesta actualmente en Iraq, Siria y Turquía. Por eso, se necesita una transformación radical de los estados-nación, de corte nacionalistas, hacia la democracia.
Los estados-nación de Turquía, Irán, Iraq y Siria fueron creados y reconocidos por la Liga de las Naciones (en la actualidad Naciones Unidas) después de la Primera Guerra Mundial. Luego de la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos emergieron como el poder occidental más activo en la región.
Tercer Guerra Mundial para repartir Medio Oriente
Medio Oriente es una región en la que se está construyendo el nuevo equilibrio político del mundo. “La Tercera Guerra Mundial” puede dar lugar a la formación de un nuevo equilibrio internacional después de la caída del viejo orden que ya ha comenzado. Los poderes internacionales quieren influir en Medio Oriente. Las fuerzas regresivas y del status quo también quieren mantener sus posiciones; los pueblos antiguos, que no están contentos con su posición actual, participan en esta guerra. Como los kurdos son los peores afectados por el viejo equilibrio político y el status quo, quieren ocupar su lugar en el equilibrio político para lograr una vida democrática y libre a través de las organizaciones y la lucha política que han creado durante décadas. Con las insurgencias de 2011, apodada Primavera Árabe, los pueblos árabes también han declarado que no están contentos y quieren lograr una vida libre y democrática.
En la Tercera Guerra Mundial, donde los viejos equilibrios descienden y se crean nuevos dentro de una conflagración multidimensional, todo el mundo quiere fortalecer su posición y participar en los nuevos equilibrios políticos que se están construyendo. Con este fin, continúa una guerra violenta en la que las alianzas caen y otras nuevas crecen cada día. Esta situación expresa la realidad de que los kurdos, que fueron sometidos a genocidios en el siglo XX, deberían evaluar la situación con la máxima prioridad.
Los kurdos en la agitación de Medio Oriente
Uno de los resultados principales de la Primavera Árabe fue la pérdida de la hegemonía del Estado-nación árabe en Medio Oriente. El levantamiento del pueblo en demanda de más derechos y libertades democráticos fue una clara señal de que la ideología del panarabismo, como una forma de hegemonía árabe, ya no podía sobrevivir.
Desde el acuerdo Sykes-Picot en 1916, dos partes del Kurdistán han vivido bajo el control de estados árabes. El Kurdistán del Sur (Kurdistán iraquí) fue gobernado durante décadas por el régimen Baas de Irak. El Kurdistán occidental (norte de Siria), conocido como Rojava, estaba bajo el control del régimen Baas de Siria.
En 2003, después de la caída del régimen de Saddam Husein, el Kurdistán iraquí ganó la autonomía en el nuevo Iraq federal. Hoy, los kurdos han ganado su autonomía. El Kurdistán del Sur se ha convertido en un Estado de facto en la región. Después de la guerra de Siria que comenzó en 2011, los kurdos de Rojava se prepararon para ganar su libertad del régimen del Baas. En una revolución silenciosa, a partir del 19 de julio de 2012, los kurdos asumieron el control en Rojava.
La estabilidad a largo plazo en Turquía, Irán, Iraq y Siria es imposible sin abordar las demandas kurdas, lo que a su vez hace necesario crear sistemas más abiertos para el reparto del poder.
Turquía, el jugador más agresivo de la región
Turquía, un miembro clave de la OTAN en Medio Oriente, ha optado hasta ahora por detener la guerra contra ISIS. En cambio, está en guerra con los kurdos en el norte de Siria, la única fuerza que, hasta ahora, ha tenido éxito en la lucha contra los terroristas. La intervención y los ataques actuales del Estado turco en Siria e Iraq están exacerbando el caos existente en Medio Oriente, profundizando la guerra y creando tragedias humanas.
Después de la guerra en Siria iniciada en 2011, los kurdos de Rojava se prepararon para obtener su libertad del régimen Baas y tomaron el control en el norte de Siria a través de una revolución silenciosa el 19 de julio de 2012. Los kurdos junto con árabes, asirios, turcomanos, chechenos y armenios crearon, en 2016, una Federación Democrática en el Norte de Siria.
Los triunfos kurdos fueron entendidos por Turquía como una amenaza seria. Para Turquía es un nuevo desafío cambiar la estrategia panturquista hacia los kurdos y otros componentes de los países, o sino enfrentar un colapso del Estado-nación, como en Siria, Egipto, Libia, etc. Turquía ha visto la libertad de los kurdos en Iraq y Siria como una amenaza a su propia ideología de negación y aniquilación. Con 25.000.000 personas, los kurdos son el grupo étnico más grande del país, y han planteado el desafío más grave y persistente para el nacionalismo turco. La mayoría de los kurdos en Turquía viven en el sureste, cerca de las fronteras siria, iraní e iraquí. Mientras que Turquía acoge a la población kurda más grande en Medio Oriente, la cuestión de los derechos kurdos debe ser tratada separadamente de los casos kurdos en Iraq, Siria e Irán. Los kurdos en Turquía han logrado, después de 40 años de profunda lucha por la libertad, liderados por el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), obligar a Turquía a implementar cambios democráticos radicales, exigiendo el reconocimiento constitucional de la identidad kurda.
Turquía teme a la autonomía kurda en cualquier parte del mundo más de lo que teme a cualquier otra cosa. La Federación Democrática del Norte de Siria, que ofrece a los kurdos y otros componentes sirios la autonomía, desde el punto de vista de Ankara podría amenazar la ideología de Turquía de ser un Estado-nación de base étnica. Turquía comparte una frontera de 900 kilómetros con Siria, que está habitada en ambos lados por el pueblo kurdo. El pánico de Turquía de que los kurdos puedan obtener el reconocimiento de su autonomía, les ha llevado a construir un muro. Sí, un muro de 511 km fue construido sobre la frontera de Turquía con Siria.
El presidente turco Erdogan amenazó a los kurdos diciendo: “Nunca vamos a permitir el establecimiento de un Estado en nuestra frontera con el norte de Siria. Vamos a continuar nuestra lucha en ese sentido, cualquiera que sea el costo puede ser”.
La única preocupación de Turquía es promover sus intereses en la región y evitar que las Fuerzas Democráticas de Siria y el pueblo kurdo triunfen en Rojava.
Las relaciones de Turquía con el ISIS
El apoyo de Turquía a ISIS fue revelado por el entonces Secretario de Estado de los Estados Unidos, John Kerry, quién dijo que el 75 por ciento de la frontera fue cortada (las áreas controladas por el YPG de Rojava), y están entrando en una operación con los turcos para cortar el otro restante 98 kilómetros (controlado por ISIS). ¿Podría haber evidencia más clara que exponga la cooperación entre Turquía e ISIS?
Superar el obstáculo de Turquía significará que ISIS ha llegado a su fin. Esta realidad debe ser conocida por los poderes internacionales. Si las potencias internacionales quieren derrotar a ISIS, primero deben impedir que Turquía actúe como un obstáculo en la lucha contra el grupo terrorista.
El sueño turco de un imperio neo Otomano
El presidente Erdogan volvió a referirse al Tratado de Lausana de 1923, afirmando que su país ha sido “atrapado” en este documento que define las fronteras de la Turquía actual.
“Los otomanos tenían un Estado con raíces tan profundas que su colapso causó heridas materiales y morales a nuestra nación”, dijo Erdogan, añadiendo que el Tratado de Lausana ha llamado la atención del Consejo Nacional de Turquía. “Nuestros territorios eran de 2.500.000 kilómetros cuadrados en 1914 y fueron reducidos a 780.000 kilómetros cuadrados con la firma del Tratado de Lausana. El futuro debe planificarse sobre la base de un análisis profundo de la historia, Turquía construirá un país más grande con la ayuda de Alá”, declaró Erdogan a los participantes en la conferencia sobre un nuevo concepto de seguridad, que se realizó el año pasado en Estambul.
La corriente turca se desmorona
La política antikurda y expansionista de Turquía fue otra víctima de la agitación en Medio Oriente. La política de Turquía en la región se ha derrumbado. Hace apenas unos años, Turquía era el país más exitoso y respetado, tanto a nivel local como internacional. Era un modelo de democracia dentro del Islam; así como era destacada la denominada estrategia de “cero problemas con los vecinos”; también existía una asociación entre Turquía y Siria, tanto comercial como política, que pronto se expandió a una política de una zona de libre comercio con el resto de los países árabes; Turquía apoyaba la causa Palestina; se buscaba hacer las paces con los armenios y Grecia; existía un proceso de paz con el PKK; había buenas relaciones con Irán, etc.
Todo este concepto de una Turquía muy respetada, siendo una máscara del partido gobernante AKP, se desmoronó después de la Primavera Árabe y particularmente cuando comenzó el conflicto en Siria.
En la actualidad, Turquía tiene graves problemas y conflictos en casi todos los frentes, en lugar de “cero problemas con los vecinos”. La única opción es la paz con los kurdos en Turquía, Siria e Iraq.
FUENTE: Nilüfer Koc (Co-presidenta del KNK –Congreso Nacional del Kurdistán-/Artículo especial para Kurdistán América Latina