El 9 de enero de 2013 fueron asesinadas en París las militantes kurdas Fidan Dogan, Leyla Saylemez y Sakine Cansiz, esta última fundadora del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK).
Cuatro años después el triple asesinato, no ha sido investigado ni se ha aclarado quién fue el autor, pero las pruebas aportadas han dejado en claro la implicación en los hechos de los servicios secretos de Turquía.
Francia, por su parte, no se expidió frente a este asesinato ocurrido en su propio territorio y el silencio del resto de los gobiernos de Europa en torno al caso ha sido vergonzoso.
En enero debía empezar el juicio del caso en Paris, pero en diciembre, Ömer Güney, el principal sospechoso del triple asesinato, encarcelado desde el 21 de enero de 2013 murió en un hospital francés. Aunque se le había detectado una enfermedad terminal, las dudas sobre su muerte son inevitables.
Ayer en París se volvió a reclamar por la reapertura del juicio y el fin de la impunidad. Con una marcha que cubrió el recorrido desde el local del Centro Democrático de Kurdistán hasta el número 147 de la Rue Lafayette, donde fueron asesinadas las militantes kurdas, los manifestantes exigieron una solución política para el Kurdistán y el fin del régimen fascista de Turquía.
FUENTE: Nathalia Benavides (Integrante del Comité de Mujeres en Solidaridad con Kurdistán en Argentina)