Zahra Shexo se inclina sobre su máquina de coser y, meticulosa pero expertamente, permite que el material pase por sus dedos y bajo la aguja puntiaguda de la máquina. El sonido de más de una docena de risas de mujeres y conversaciones se mezcla con los repetitivos sonidos mecánicos en la gran sala.
La sala de costura es un caleidoscopio de diferentes materiales de color, muestras, hilos y otros elementos de costura necesarios. Zahra es la actual administradora de la cooperativa textil Amargi, en la ciudad de Kobane.
Para los foráneos, la Revolución de Rojava llegó a la atención internacional en 2014, cuando la organización terrorista ISIS intentó tomar la ciudad de Kobane. A esto siguió una batalla épica. La tenaz resistencia de los combatientes kurdos de las YPG-YPJ, defendió y liberó con éxito a Kobane el 26 de enero de 2015. Sin embargo, incluso antes del levantamiento contra Bashar Al Assad en 2011, durante la ola de la Primavera Árabe, y la posterior revolución de Rojava en 2012 que atrajo la ira de ISIS, se estaban haciendo esfuerzos en el norte de Kurdistán, conocido como Rojava, para implementar redes de asambleas de base. La cooperativa Amargi es un ejemplo. Establecida hace más de seis años, la cooperativa ha estado funcionando constantemente con el objetivo de proporcionar a las mujeres en Kobane oportunidades económicas. Actualmente, según Zahra, 17 mujeres trabajan en la cooperativa.
Las redes de asambleas y cooperativas de base que el pueblo de Rojava está llevando a cabo se basa en el modelo radical del Confederalismo Democrático, fundado por el líder kurdo encarcelado Abdullah Öcalan, e inspirado en las obras del ecologista estadounidense de Murray Bookchin mucho antes de 2011. La ideología de Öcalan sobre el Confederalismo Democrático incluye tres pilares: una sociedad democrática y autónoma, sostenibilidad ecológica e igualdad de género. Dentro de este marco, el modelo en Rojava es una economía alternativa basada en un modelo social comunal. Las cooperativas forman parte de las redes autónomas de asambleas populares con el objetivo de lograr una vida libre para todos y todas.
Las cooperativas son empresas creadas localmente, autónomas y democráticas, con el objetivo de permitir que las personas puedan satisfacer sus necesidades económicas y proporcionar a la comunidad alternativas asequibles. Por ejemplo, las cooperativas de mujeres a menudo tratan de producir productos de origen local, “hechos a mano” y “caseros” que están disponibles estacionalmente. Los productos de las cooperativas a menudo se venden en el mercado a un precio inferior, lo que resulta en una mayor demanda de los artículos.
Las cooperativas también son en sí ejercicios en prácticas democráticas con el principio fundamental de “un miembro, un voto”, con cada miembro beneficiándose de la cooperativa por igual. Esto contrasta con el sistema basado en los inversores dentro del mercado capitalista, donde el beneficio se basa en el nivel de propiedad de un negocio. En todo el mundo, miles de cooperativas operan actualmente en más de 100 países, incluyendo Reino Unido, España, Canadá, Estados Unidos, India y muchos otros. Pero en Rojava la visión es un poco diferente.
En Rojava, la importancia del sistema cooperativo radica en los esfuerzos para democratizar todos los sectores de la sociedad, incluida la economía. Por esta razón, la creación de medios alternativos y caminos que permitan a los grupos tradicionalmente marginados -como las mujeres- participar activamente en el mercado; ese es un aspecto esencial del modelo democrático radical. Además, este modelo alternativo permite a la sociedad llevar las experiencias vividas de la democracia al nivel de la base, quitando la capacidad de poder del Estado para controlar y dirigir el mercado. Pero las cooperativas permiten a la comunidad crear empleos a nivel local, producir productos originados y generados localmente, crear empleos que no requieren habilidades especializadas y permitir a los trabajadores no calificados adquirir habilidades y acceso al mercado. Además, teniendo en cuenta la actual situación de guerra y su impacto en la economía de Rojava, en combinación con el actual embargo impuesto por Turquía a la región, garantiza que el sistema cooperativo se ocupe de un problema permanente dentro de la comunidad. Los cantones de la Federación Democrática en Rojava y el Norte de Siria tienen economías basadas en la agricultura y la ganadería. Por esta razón, tratando de abordar las cuestiones del desempleo, alentando a las mujeres a participar en el sector público, promoviendo un modelo económico y social radical alternativo basado en la protección de la base ecológica de la sociedad, la cooperativa es una forma natural de organización y desarrollo económico. También estas experiencias apuntan a desafiar la base patriarcal y capitalista fundacional de la sociedad actual.
En Rojava, las cooperativas de mujeres son establecidas y supervisadas bajo el liderazgo de la organización contenedora Kongreya Star. El movimiento de mujeres se estableció en 2005, mientras que la región todavía estaba bajo la autoridad del régimen de Assad. Debido a esta fundación establecida, cuando la Revolución de Rojava comenzó el 19 de julio de 2012, las mujeres de Rojava ya habían adquirido experiencia en la autoorganización y, desde entonces, han desempeñado un papel continuo de liderazgo en la organización de la sociedad. Dirigen programas ideológicos, consejos, comunas y cooperativas a través del sector de la educación, economía, autodefensa, asuntos sociales, justicia, política, ecología, arte y otros. La creación de las cooperativas de mujeres se lleva a cabo bajo el liderazgo y el apoyo del Kongreya Star, donde en cada cantón tiene una sede central, con cada ciudad dentro de los cantones que contiene su propia oficina y personal y desde allí se coordina con la Junta Económica de Mujeres para apoyar el establecimiento y funcionamiento de las cooperativas.
Según Midya Qamishlo, ingeniera agrícola y representante de la Junta Económica para Mujeres de Qamishlo, en esa ciudad sólo existen unas 10 cooperativas de mujeres, con especial atención a la industria textil, de catering, de productos lácteos y agrícolas. Midya señala que “las mujeres pueden ganar 30.000-45.000 (80-90 dólares) al mes”. Ella afirma además que las cooperativas de mujeres “permiten a las mujeres ganar confianza y apoyar a su familia durante la actual crisis económica”.
Sin embargo, de mayor importancia es el rol que las cooperativas juegan en los esfuerzos colectivos para lograr una vida libre y más específicamente, mujeres libres. Ayudan a desafiar la estructura patriarcal de la sociedad garantizando un nivel de igualdad establecido. Cuando las mujeres retoman su papel tradicional de ser las principales contribuyentes dentro de la economía, los hombres se ven obligados a ver y revisar su percepción del papel de la mujer dentro de la sociedad. “Algunas de las cooperativas más conocidas son Warshin, que es una textil. Shieler que se centra en los productos lácteos. Dastar que consiste en un conglomerado de pequeñas cooperativas que crean conservas. Adar que es una cooperativa de panadería dirigida por mujeres”, enumera la representante de la Junta Económica.
Según Midya, se está creando un nuevo tipo de cooperativa que se ha movido recientemente desde las primeras etapas de planificación. Estas cooperativas involucran mercados centrados en las mujeres, consistentes en puestos liderados y dirigidos por mujeres que venden sus propios artículos hechos a mano. El objetivo es crear estos mercados en todas las ciudades del cantón de Cizre y en las ciudades de Qamishlo, Amude, Dirbesiye, Hasakah, Serekaniye, Tirbespiye, Rimelan, Derik y Til Tamir. Actualmente, el mercado de la mujer en Derik está cerca de terminar, mientras que los planes se están programando y asignado la tierra en Qamishlo y Amude.
Este proyecto es indicativo del esfuerzo de la gente de Rojava para cambiar toda la base de la situación económica, llevando a las mujeres a todos los aspectos de la economía. Las cooperativas dentro del sistema de Rojava permiten a la comunidad alejarse de las prácticas capitalistas tradicionales, tales como los objetivos centrados en el beneficio, fomentan la independencia del trabajador frente al patrón tradicional y la consecuente explotación de los salarios y el trabajo, garantiza que las mujeres participan en los procesos de toma de decisiones; un lugar donde la gente puede organizar y desarrollar su conciencia ideológica.
Como resultado de la guerra en curso contra ISIS, los enfrentamientos continuados con el régimen de Assad, los bombardeos en curso por los EEUU, Rusia y el régimen, la invasión reciente de Siria por Turquía y la anexión de Jarablus con la ayuda de las facciones del Ejército Libre Sirio (ELS), incluidos varios grupos terroristas islámicos, miles de personas han sido desplazadas con cientos de aldeas, granjas y hogares destruidos. Por eso, las tasas de desempleo comenzaron a subir en la región. Al mismo tiempo, cada cantón ha recibido miles de refugiados de lugares como Manbij, Raqqa y Al Bab, que ha ejercido una mayor presión sobre la economía local. El apoyo a una comunidad bajo embargo, con países vecinos que cerraron sus fronteras e impidieron incluso que los suministros humanitarios cruzaran el área, ha asegurado que buscar alternativas es una política necesaria de supervivencia y autoprotección.
Por esta razón, las cooperativas a gran escala también son una alternativa propuesta bajo el nuevo sistema. Una de las mayores cooperativas que actualmente opera se encuentra en el área de Dirbesiye, llamada la Sociedad Cooperativa Kasrek, que consta de varios proyectos, en su mayoría centrados en la producción agrícola y ganadera. El proyecto involucra a 4.000 personas. Cada miembro participó en el proyecto y compró “acciones” contribuyendo con alrededor de 100 dólares al proyecto. Más de 37.000 acres de tierra comunal (gubernamental) fueron asignados al proyecto y la cooperativa ya ha comenzado a sembrar leguminosas como trigo, comino, frijoles, garbanzos y lentejas. De las tierras asignadas se destinan 25 hectáreas para el crecimiento de hortalizas, incluyendo invernaderos para tomates, perejil, pepinos, ajo, cebolla, rábano, lechuga, espinaca, zanahorias entre otros. Otros aspectos del proyecto incluyen áreas asignadas para la cría de ganado, así como árboles frutales incluyendo olivos. Ya se han comprado 1000 cabezas de ovejas con el objetivo de aumentar el ganado y así establecer una fábrica lechera en el futuro. Para asegurar que el proyecto continúe, la cooperativa ha comprado maquinaria agrícola, así como ha establecido una clínica veterinaria.
Otra cooperativa mixta de gran escala es Hevgirtin, ubicada en la ciudad de Tirbespiye, Cizre, y fue lanzada hace más de seis meses. La cooperativa cuenta con sucursales en todo el cantón de Cizre. El objetivo del proyecto es proveer a la comunidad con fuentes de alimentos más baratos y otras necesidades diarias, mientras que son dirigidas y organizadas por la comunidad misma. En Hesekê la primera cooperativa de mujeres fue establecida en junio de 2016 con el primer proyecto de cocinar Muhammar, una salsa a base de pimiento rojo. A menudo hay cooperación entre las diversas cooperativas, como la cooperativa Hesekê, que envía sus artículos para ser vendidos en las cooperativas Hevgirtin. La cooperativa Amude garantiza la subsistencia de más de 2.000 familias.
El modelo cooperativo complementa las necesidades de las comunidades dentro de Rojava, pero el objetivo del liderazgo de la región a largo plazo es más complejo. Durante el período del régimen, tal como sucede actualmente con el Kurdistán del norte (Turquía), el gobierno sirio efectuó y aún continúa una política deliberada de subdesarrollo, especialmente en las áreas de infraestructura, educación y salud, que ha causado continuos dilemas económicos. Todas las principales industrias, fábricas y productores se encontraban fuera de Rojava, en las zonas predominantemente dominadas por los árabes. Por esta razón, Rojava se enfrenta a un desafío constante de desarrollar su capacidad económica a largo plazo. Además, teniendo en cuenta la inestabilidad en Siria y la posibilidad de que el conflicto se prolongue, mantener la independencia del gobierno y asegurar un buen estado socioeconómico es esencial para la continuidad de Rojava.
El objetivo a largo plazo es fomentar la industrialización, pero no en el método tradicional de apertura del mercado nacional a los mercados occidentales. Garantizar la autonomía económica a través del proceso de desarrollo de procesos de auto-organización local y comunitaria es un medio de autodefensa social dentro del mercado y de Rojava.
Otro objetivo importante es asegurar que la región de Rojava no dependa de los recursos, a diferencia del sur de Kurdistán (norte de Irak), cuya economía ha llegado a depender por completo del petróleo y, por lo tanto, de los inversores y mercados extranjeros. El embargo actual y los cierres de fronteras han asegurado que Rojava no pueda importar petróleo, algodón, trigo u otros recursos naturales producidos localmente. Asimismo, se ha impedido la dependencia de la ayuda, ya que muchas ONG y organizaciones, los portadores tradicionales de las agendas neoliberales del capitalismo, han sido impedidas de atravesar la región.
Tal vez en este sentido el cierre de la frontera en curso de Turquía y KRG en Rojava es una bendición mixta.
Mientras tanto, Kongreya Star junto con la Junta Económica continúan estableciendo más cooperativas como un medio de autoprotección de la sociedad y la resistencia anticapitalista.
FUENTE: Hawzhin Azeez/Kurdish Questión/Traducción: Lucrecia Fernández