La campaña Anfal, botín de guerra en árabe, se considera que empezó el 16 de marzo de 1988 a pesar de que hacía años que se aplicaba en una versión “suave” con el programa de arabización. Entre el 16 y el 19 de marzo la aviación iraquí bombardeó la población kurda de Halabja con armamento químico.
La matanza de Halabja encontró el silencio internacional absoluto. Irak era entonces aliado de Estados Unidos que permitieron la acción y no hicieron ningún movimiento ni de amonestación. La impunidad fue absoluta. Habría que esperar al año 2003 cuando Saddam Hussein se enfrentó al mundo occidental para encontrar una mínima, mínima, acción a aquella atrocidad. Fue entonces cuando Hussein fue ejecutado en la horca en 2006. Su primo Alí Hassan al Majid ‘Alí el Químico’ fue el máximo responsable del operativo de Halabja. Fue ahorcado el 25 de enero de 2010.
Hoy, todavía, los kurdos son atacados con armamento químico.
Lo son por parte de miembros del Estado Islámico, muchos de ellos antiguos oficiales árabes de Saddam Hussein.
Y también son atacados con armamento químico, fósforo amarillo, por parte de la oposición siria en Alepo.
Por todo ello Halabja no es un recuerdo, es hoy.