Desde que el Estado turco y las facciones respaldadas por Anakara ocuparon Serêkaniyê (Ras al-Ayn), una ciudad en el noreste de Siria, miles de personas fueron desplazadas por la fuerza y algunas vivieron en el campo de Washokani, un campamento informal de desplazados internos en Hasakah. Ahora, las mujeres desplazadas de Serêkaniyê quieren regresar a su ciudad natal.
El Estado turco violó el derecho internacional al ocupar nuestra ciudad, dijo Şemsa Elî, una de las desplazadas que viven en el campo. “Llevamos cinco años resistiendo en el campo de Washokani. Las mujeres son las que más sufren y las que más luchan -contó-. Teníamos casas y tierras agrícolas en Serêkaniyê. Allí hicimos grandes esfuerzos. La ocupación de nuestra ciudad destruyó todos nuestros esfuerzos. El Estado turco subestima a las personas y su dignidad”.
Şemsa además criticó el silencio de la comunidad internacional contra la ocupación turca.
“Con motivo del Día Internacional de los Trabajadores, me gustaría decir que queremos regresar a nuestra ciudad natal”, remarcó.
“Nuestra presencia en el campo es importante para regresar a nuestra ciudad natal”, dijo, por su parte, Cemîla Mihemed, otra mujer desplazada que vive en el campamento.
“Nadie debería hablar de derechos humanos ni del Día Internacional de los Trabajadores porque todos permanecimos en silencio mientras fuimos desplazados de nuestra ciudad natal -aseveró-. Ninguna organización humanitaria nos ha brindado apoyo hasta ahora. Sólo la Administración Autónoma del Norte y Este de Siria nos ha brindado apoyo. Sigue brindándonos apoyo a pesar de todos los ataques al norte y este de Siria”.
Cemîla explicó que sus condiciones de vida en el campo se deterioraron en verano. “No esperamos nada de nadie. Resistimos y resistiremos hasta que regresemos a nuestra ciudad natal”, resumió.
FUENTE: Ronida Haci / JINHA / Traducción y edición: Kurdistán América Latina
Be the first to comment