El viernes a la madrugada fueron detenidos arbitrariamente por la policía turca los co-presidentes del HDP de Turquía, Selahattin Demirtas y Figen Yüksekdag, junto a otros 9 diputados nacionales, en una operación coordinada en varias ciudades ordenada por la justicia adicta del presidente Erdogan, quien ejerce el gobierno turco con poder absoluto.
Esta acción autoritaria, sin ningún respeto por las garantías legales, procesales y de apelación propias de una democracia, es un eslabón más en la larga cadena de represión y desprecio por los DDHH que el gobierno turco ejerce contra el pueblo kurdo, pero también contra medios de comunicación, profesores y maestros, periodistas e intelectuales de Turquía.
Hacemos responsable al gobierno de Erdogan por la vida de los compañeros del HDP y también hacemos responsable a quienes desde Europa han permitido está escalada sin mover un dedo ni aplicar sanciones contra el gobierno turco. La Unión Europea, con excepción de algunas pocas expresiones políticas democráticas, ha permitido finalmente en Turquía que la democracia haya sido reemplazada por una dictadura al permitir que el tercer partido parlamentario, elegido por 6 millones de personas, sea no solo proscripto de hecho, sino que 180 alcaldes y concejales y 300 dirigentes locales de formaciones kurdas permanezcan en prisión de hace meses y más de treinta ayuntamientos, el último el de Diyarbakir, hayan sido intervenidos por el Gobierno.
Cualquier gobierno que se considere democrático debería mínimamente llamar al embajador turco para pedir explicaciones y solicitar la inmediata libertad de los detenidos quienes se encuentran aislados en cárceles de máxima seguridad y si no romper relaciones diplomáticas y comerciales con Turquía. Esto debería hacer ya el gobierno argentino si considera que los DDHH deben defenderse ante ataques como el del gobierno de Erdogan hacia el HDP y el pueblo kurdo. Gobierno, el de Erdogan, demostrado cómplice de una de las máximas atrocidades terroristas en la región, el Estado Islámico o ISIS. También el parlamento argentino debería votar una declaración exigiendo la libertad de los detenidos y enviarla a las autoridades turcas.
Pero más allá de lo que debería hacer el gobierno y que por su carácter afín a las políticas imperiales y de sus aliados casi con seguridad no hará, es fundamental lo que hagamos desde nuestro país en solidaridad con los detenidos en particular y con la causa kurda en general. Es por eso que convocamos a todas las organizaciones políticas, de DDHH, sindicales, sociales, estudiantiles y del movimiento de mujeres a que expresemos en común y bien fuerte la solidaridad incondicional con el HDP exigiendo la liberta de todos los detenidos, reforzar también el apoyo al pueblo kurdo, repudiar al gobierno de Erdogan por estas medidas represivas y organizar para esta semana una gran movilización en apoyo a todas estas demandas.
Por la Dirección Nacional del MST – Nueva Izquierda
Alejandro Bodart y Vilma Ripoll