La Administración Autónoma del Norte y el Este de Siria (AANES), a través de oficina de prensa condenó un nuevo ataque del Estado turco contra civiles. El bombardeo se produjo ayer contra un vehículo que circulaba por la ruta que une a las ciudades de Amude y Qamishlo. En la camioneta atacada se trasladaba un equipo de periodista del medio JIN TV.
Por el ataque, el conductor Necmedîn Faysal Hecî Sînan perdió la vida, mientras que la reportera Delila Agît resultó herida.
Desde la AANES expresaron que “el Estado turco y sus mercenarios continúan sus masacres contra la población del Norte y el Este de Siria, violando todas las normas y acuerdos internacionales que estipulan la protección de los civiles en los conflictos”.
En la declaración, se añadió que “el Estado turco invasor utiliza el pretexto de la lucha contra el terrorismo como prueba contra los periodistas en la mayoría de las condenas y juicios”. También se subrayó que “según la clasificación mundial de la libertad de prensa 2022 de Reporteros sin Fronteras, Turquía ocupa el puesto 149 de 180 países, en lo que se refiere a libertad de prensa”.
En la AANES recordaron que un total de seis periodistas fueron asesinados en diferentes regiones de Siria en 2023.“Un avión armado no tripulado, perteneciente al Estado invasor turco, atacó un vehículo de la prensa en el norte y el este de Siria, ante la ONU, el Consejo de Seguridad y asociaciones de defensa de los derechos humanos”.
“Hacemos un llamamiento a la comunidad internacional y a las partes legales y pertinentes para que intervengan y exijan responsabilidades por los crímenes cometidos por el Estado turco ocupante contra la región”, concluyeron desde la AANES.
Los drones turcos se mueven sin oposición en el espacio aéreo sirio controlado por Estados Unidos y Rusia. En los últimos tres años, Turquía lanzó alrededor de 200 ataques con aviones no tripulados en la región autónoma del norte y este de Siria. Desde Derik hasta Shehba, apenas hubo un lugar que no fuera bombardeado por drones armados. Los ataques se dirigieron a representantes de la AANES, miembros de las unidades de autodefensa, así como a la población civil, y se cobraron más de cien vidas. Además, al menos 46 miembros de las fuerzas del gobierno de Damasco fueron asesinados por el ejército turco en ataques.
Por su parte, la Asociación de la Prensa Libre (YRA, por sus siglas originales) condenó el ataque contra el equipo de JIN TV y denunció a Turquía por utilizar “a ISIS para implementar sus sucias políticas hacia la región”.
“Temiendo la cámara y la pluma de la prensa libre, que ha estado en constante movimiento para revelar los planes y las políticas sucias desarrolladas por el Estado turco invasor y otros opositores de la revolución, desde el comienzo de la revolución, el Estado turco invasor ha estado atacando a los trabajadores de la prensa”, expresó la asociación.
Desde la YRA recordaron que “nuestros amigos periodistas, Seed Ehemed, Mihemed Reşo, Welat e Îsam Ebdullah, que han documentado atrocidades contra civiles en Serêkaniye y Dêrik, murieron en los ataques aéreos llevados a cabo por el Estado turco invasor en los últimos meses, y muchos periodistas resultaron heridos”.
“El Estado turco, que comete crímenes inhumanos ante todo el mundo, viola las convenciones y leyes internacionales de derechos humanos –advirtió la asociación-. Desgraciadamente, todas las organizaciones de derechos humanos, incluidas la Coalición Internacional, Rusia, Naciones Unidas y la Unión Internacional de Periodistas, Reporteros sin Fronteras, observan en silencio estos crímenes”.
En tanto, Kongra Star, la principal organización de mujeres del noreste sirio, también se manifestó al respecto. En un comunicado, denunció que el Estado turco “siempre ha considerado a la Revolución de Rojava como su enemiga, y por ello sigue atacándola. Ha desestabilizado la vida de mujeres, niños y hombres durante la última década, poniendo en peligro el medio ambiente de la región”.
“Turquía lleva a cabo masacres contra la humanidad apoyando a organizaciones terroristas –advirtió el texto-. Para cambiar la estructura demográfica, muchas regiones fueron ocupadas por Turquía y sus habitantes fueron desplazados a la fuerza. Todos estos crímenes siguen cometiéndose ante la comunidad internacional y las organizaciones de derechos humanos”.
Desde Kongra Star calificaron el ataque contra JIN TV como un acto “cobarde” contra “civiles y periodistas que trabajan día y noche para seguir e informar de estas amenazas”. “Según el derecho internacional, atacar a un trabajador de los medios de comunicación es inaceptable. Pero, aprovechando el silencio de la comunidad internacional, Turquía continúa sus ataques”, resumió la organización.FUENTE: ANF / Edición: Kurdistán América Latina
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