El comandante de las HPG (Fuerzas de Defensa Popular), Yaşar Çiya, habló con la agencia de noticias ANF sobre los últimos ocho años de lucha por la libertad del pueblo kurdo. Tras la revolución de Rojava y los crecientes éxitos políticos del paradigma democrático radical del movimiento por la libertad kurdo, en 2015 el Estado turco lanzó el “plan de subyugación” y puso fin al alto el fuego.
Además, Turquía atacó las ciudades kurdas del norte de Siria, donde la población había proclamado la autonomía democrática. Desde entonces, se ha desatado una guerra caliente de gran intensidad. El comandante Çiya subrayó que el Estado turco no tuvo éxito con su plan de aniquilación y, en cambio, empujó al país a una profunda crisis económica, política y social, gastando el dinero en la guerra.
“Para superar esta crisis, el régimen esperaba prolongar su vida mediante elecciones. Tras el terremoto del 6 de febrero, la situación del Estado turco se deterioró aún más –analizó Çiya-. Antes de las elecciones, todo el mundo había visto ya que el Estado turco había fracasado en sus ataques contra el pueblo kurdo y su movimiento. Se esperaba que éste fuera el último período del gobierno AKP-MHP. La gente también pensaba esto. De hecho, tanto el pueblo del Kurdistán como el de Turquía querían deshacerse de este régimen”.
El comandante de la insurgencia kurdo, agregó: “Pero estas elecciones no fueron elecciones, fueron un robo por parte del régimen. El gobierno hizo el siguiente cálculo: militarmente hablando, el régimen del AKP-MHP fue derrotado, pero esto no fue sólo la derrota del AKP-MHP, sino también la del Estado turco. Aunque las elecciones se presentaron ostensiblemente como unas elecciones democráticas, no fue así en absoluto”.
“El régimen intentó crear una imagen como si el pueblo lo apoyara. Sin embargo, esto no fue cierto –aseveró-. El régimen actuó como si las elecciones se hubieran celebrado en un entorno democrático y el pueblo las hubiera apoyado. Como si el pueblo hubiera elegido al régimen en tales circunstancias. Pero la verdad es otra. El Estado turco ha cometido un fraude sistemático. Esto es una novedad”.
Çiya explicó que “el problema no es el AKP-MHP. El problema es la mentalidad fascista del Estado turco. El AKP y Erdogan son marionetas en manos del Estado. El Estado ha tomado a Erdogan como rehén; él no es más que una marioneta. Erdogan tiene ciertas cualidades, el Estado las utiliza. Como la identidad islámica, por ejemplo. Estas propiedades se utilizan mucho. Tanto en relación con el Kurdistán del Norte (sudeste de Turquía) como con todo Oriente Medio. Hay que ver esta realidad. La gente debe entenderlo”.
El comandante de las HPG remarcó que “los resultados electorales, por tanto, no reflejan la voluntad del pueblo de Turquía”. “Nuestro pueblo del Kurdistán Norte ha dejado clara su voluntad. Durante las elecciones, la voluntad del Kurdistán quedó clara. El pueblo rechazó al régimen. Mostró la tarjeta roja al régimen. Es un éxito histórico, un mensaje histórico al Estado fascista turco”, finalizó.
FUENTE: ANF / Edición: Kurdistán América Latina
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